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SANCHO ABARCA

Castillo situado en la extremidad SE. de Navarra, límites de las Bardenas Reales, cercano a la ermita del mismo nombre y sobre el cerro del Águila; no sólo fue un puesto militar avanzado, sino, también, un vigía contra las incursiones de malhechores desde Aragón. Construido hacia el año 985 por el monarca navarro Sancho Abarca, tuvo diferentes alcaides a lo largo de su historia, siendo el último conocido Pedro de Carcastillo en 1494. Cuando Fernando el Católico conquistó el reino de Navarra, la fortaleza fue demolida (1516). Del castillo primitivo no queda apenas nada, pero sí un gran caserón, de época medieval, que fue posteriormente posada y albergue.
Romance anónimo que figura en la Rosa de romances de Juan de Timoneda. Fue uno de los escogidos, ordenados y anotados por Fernando José Wolft y publicados en Leipsique (Leipzig), 1846. Puede leerse también en el manuscrito de Poesías del siglo XVI de la Biblioteca de la Hispanic Sociery of America (N.Y.). Ref. Elizalde, I.: Navarra en las literaturas románicas. t. II, Pamplona, 1977.
Nuestra Señora de Sancho Abarca. Respecto al culto en Aragón de una Virgen de esta advocación, J. Altadill relata lo siguiente (original Arch. Auñamendi): «Derrumbado el castillo por ese mandato (cardenal Cisneros) no cesó por eso de atraer la atención de las gentes pues la fantasía popular presentó como cautiva en las solitarias cambras de la fortaleza, a una infeliz mora que allí quedara y aun sigue encantada; y la realidad hizo brotar de las viejas ruinas del castillo un acontecimiento de resonancia en el país: el día 7 de abril de 1569, derruido ya el viejo castro, un pastorcillo roncalés, de Garde o de Urzainqui, halló entre los escombros de la fortaleza una imagen de Nuestra Señora con un Niñito, muy enramada de romeros florecidos y de unos ramos de sabina, teniendo a sus pies una vela de cera, once dineros aragoneses y un cornado navarro. Alborozado el pastorcillo con su descubrimiento marchó a comunicarlo a Fustiñana; en su caminata halló a un cazador de Tauste, el cual lo hizo correr en su pueblo, resultando que ambas villas aragonesa y navarra, se encontraron en el cabezo del Fraile; el pastorcillo había marchado también a su pueblo muy lejano y como se trataba de un jovenzuelo extraño y sin crédito, los de Fustiñana tardaron en acudir y cuando lo hicieron, los aragoneses más crédulos o más activos, se llevaban la imagen. Protestaron los navarros pero el Arzobispado de Zaragoza falló el litigio en favor de los suyos, y en el reino de Aragón recibe veneración la Virgen de Sancho Abarca, a la cual se ha reservado esa advocación; y que con tal motivo, son numerosísimas las peregrinaciones desde Tafalla y del Roncal en demanda de su intercesión para los favores espirituales y temporales que se la suplican. Según el historiador Lafuente se hace remontar al siglo X la data de dicha imagen. De esta suene ha venido a conservarse viva la memoria del Castillo, memoria embellecida, engalanada y abrillantada merced a la leyenda romántica relatada».
Capilla en Fustiñana, Nav.