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PRINCIPADO DE VIANA

Conjunto de lugares, villas, castillos y rentas instituidos como señorío por Carlos III de Navarra a semejanza de lo obrado en otros reinos (Principado de Gales, 1283; Delfín de Francia, 1346; Ducado de Gerona -Aragón- en 1350 y Principado de Asturias en Castilla, 1388) a favor de su nieto Carlos de Aragón y Navarra, en Tudela, el 20 de enero de 1423. Concesión desprovista de real soberanía, dos son las razones de su creación: la preocupación por asegurar la continuidad dinástica navarra y el afán de consolidar la frontera con Castilla; ambos motivos frente al creciente poderío y ambiciones sobre Navarra de los Trastamara, a la sazón reinantes en Castilla y Aragón. Previamente a la creación del principado fue Carlos jurado como heredero del reino por las Cortes de Olite en noviembre de 1397. El nacimiento de un hijo varón de la princesa heredera Blanca, tras la muerte de doña Juana y de los hijos varones del rey -extinguiéndose de este modo la casa de Evreux- hizo al monarca revisar el sistema sucesorio, siendo jurado Carlos como rey de Navarra, una vez hubieron muerto su abuelo y su madre, en Olite el 11 de junio de 1422. Pese a ser el conde de Foix pretendiente de doña Blanca, todo el "aparato trastamarista" -como señala Carrasco Pérez, 1992- se puso en marcha con el fin de reinar en Navarra, casándose la princesa con el heredero de Aragón, futuro Juan II, quien usurparía a su hijo el gobierno efectivo del reino, antecedente directo del fin de la soberanía navarra. El territorio elegido fue el extremo occidental de la Merindad de Estella, avanzada frente a Castilla. Zona de fricciones recientes y de choque de intereses y soberanías, con una fiscalidad y organización concejil con altas cotas de autonomía por su carácter fronterizo, que condicionan el grado de vinculación política de esta tierra con la Corona y posibilitan, como recoge Carrasco citando a Guenée, la transformación de los límites feudales en fronteras del reino. A este aspecto de frontera colabora el medio físico (sierras de Kodés y Cantabria, ríos Ebro y Ega) que refuerza las líneas de delimitación del principado. Se compuso de las villas -y sus aldeas- de Viana, Laguardia, San Vicente de La Sonsierra, Bernedo, Aguilar, Genevilla, La Población de Marañón, San Pedro, Cabredo y el Val de Campezo (Acedo, Zúñiga y Santa Cruz). A ello se le añadieron los castillos y plazas fuertes de Laguardia, Viana, San Vicente, Bernedo, Marañón, Toro, Ferrera y Buradón. En un eje transversal, ocupando una posición central y bisectriz del territorio paralela al Ebro, se ubican las tres comunidades de mayor peso demográfico -de E. a O.- Viana, Laguardia y San Vicente, "únicos focos generadores de vida urbana" (Carrasco), los primeros en ser admitidos como "buenas villas", de realengo y con asiento en Cortes. Con el advenimiento de la casa de Evreux se habían elevado a buenas villas Bernedo, Aguilar, Genevilla, Labraza y la Población de Marañón. En 1390, con motivo de la coronación de Carlos III, lo serán Cabredo, Desojo y El Busto. Esta concentración de buenas villas en el extremo occidental del reino responde al inicio de una política de especial atención a la frontera con Castilla, política coronada por la creación del Principado. Una vez fijado el territorio del "honor" principal, se le otorgan otros dominios dispersos, de gran valor estratégico en las comarcas meridionales de la merindad ribera, también cercanos a la frontera castellana. Así, Corella, Cintruénigo, Peralta y Cadreita. v. CARLOS (IV) DE NAVARRA. Ref. Carrasco Pérez, J.: El Principado de Viana, "P. de V.", 195 (1992); J. M. L.: Historia política del reino de Navarra, III, Pamplona, 1973.

Xabier LASALLE