Lexikoa

PRERROMÁNICO

Arquitectura religiosa cristiana. No quedan vestigios de la arquitectura religiosa cristiana que pudo existir, si existió, en la primera época vascona. Las excavaciones efectuadas en Leire (Navarra) atestiguan empero la existencia del monasterio visitado por San Eulogio en el año 848, de estructura de tipo carolingio, del que apenas queda nada, ya que la cripta o iglesia inferior prerrománica es a todas luces posterior, v. LEIRE. Poco conocemos asimismo del templo prerrománico subyacente en Santa Elena de Irún. De influencia también carolingia, es decir, septentrional, es la pequeña capilla prerrománica del s. IX localizada en el interior del santuario románico de San Miguel de Aralar en clavado en la sierra de este nombre. Esta capilla debió de sobrevivir a las diferentes razzias musulmanas siendo reparada en los siglos posteriores, v. MIGUEL DE ARALAR, Santuario de San. Prosiguiendo nuestro recorrido por la Navarra nuclear, serían también prerrománicos el torreón claustral, contiguo a la cillería, de la catedral de Pamplona, y los capiteles conservados en el Museo de Navarra, algunos de origen desconocido y uno de San Martín de Unx de influencia asturiana. Esta influencia es aún más patente en el hórreo de Iratxeta (Valdorba) de los ss. X-XI, que recuerda a Santa María del Naranco y a algunas iglesias normandas. Citemos asimismo la ermita de Gomazin (Gares-Puente la Reina), del s. X, y las esculturas de San Miguel de Villatuerta (971-979) y, dentro del reino entonces, la parte mozárabe del monasterio de San Millán de la Cogolla, edificio consagrado por los Reyes de Pamplona en 929 y 984. En lo referente a la cornisa cantábrica, existen testimonios escritos sobre la fundación o la existencia de templos en la zona vizcaína (Axpe, S. M. de Bermeo, Iurreta, Albóniga) entre los s. IX y XI aunque queden muy escasos vestigios de su construcción original. Ello se debe, no sólo a su escasez sino a que el tipo de construcción, muy elemental, no ha podido resistir el paso del tiempo, especialmente por estar basado en elementos tan perecederos como la madera. Se conservó, sin embargo, por razones de "auctoritas" parte de sus componentes, probablemente los más nobles, en las fábricas posteriores de las iglesias que, fuera de su contexto original y no siendo muy depurados desde el punto de vista estilístico, resultan difícil de datar. En 1963 daba cuenta D. M. Lecuona en el "Boletín de la R. S. B. de los Amigos del País" del "descubrimiento" de un ventanal en arco de herradura en el ábside de la iglesia de San Andrés, de Astigarribia, jurisdicción de Mutriku, ventanal muy antiguo en una iglesia popular del s. XIII, "¿arte visigótico en Guipúzcoa?". Y como ambientación posible, recordaba, entre otras cosas, que en el Museo Arqueológico de Bilbao figura un cáliz, procedente de Mañaria, del que se decía autorizadamente que era un cáliz visigótico para la administración del Bautismo. Con posterioridad publicó un par de artículos, abundando sobre el mismo tema visigotizante: el primero de ellos a propósito de una Pila Bautismal de Idiazabal, decorada cerca de su borde superior con una greca de arquitos en herradura, con la particularidad de que en aquella parroquia idiazabaldarra había dos pilas, una de las cuales es la de referencia, y de la que se dice que es procedente de la Ermita de Serotegi, antigua parroquia del lugar; y el otro artículo a propósito de otra pila bautismal, de la parroquia de San Andrés de Ormaiztegi, pila decorada con símbolos extraordinariamente estilizados, que desbordan el simbolismo románico y bien pudieran ser prerrománicos. La impresión que causó este primer artículo sobre Astigarribia fue de sorpresa en general. La iglesia en cuestión es citada en el 1086 con motivo de su donación al monasterio de San Millán de la Cogolla y fue objeto de consagración en 1108 por el obispo de Bayona, Bernardo, a instancias del abad emilianense, citándose como prior al monje Pedro. El comentario, sin embargo, que le mereció al Decano de la Facultad de Letras, de Zaragoza, Lacarra, fue que la cosa no era de extrañar, dado que en la Edad Media había importante navegación de cabotaje entre Bayona y la Costa Cantábrica, con arribos parciales en los puertos de la costa intermedia, como podía ser el puerto de Astigarribia. Con posterioridad ( 1969-1970), el profesor Ignacio Barandiarán hizo objeto de concienzudas catas el suelo del templo, así como el arqueólogo Agustín Azcárate (1988) hizo objeto de un estudio comparativo con otros ventanales el de la herradura en cuestión, llegando los arqueólogos a la conclusión de que se trata de una ventana visigotizante en herradura de la época mozárabe, prerrománica de los ss. X u XI , juicio verbalmente participado por el profesor de la Sorbona de París, autor de un acabado libro sobre el Prerrománico español, Jacques Fontaine. Pasando a Vizcaya, hallamos elementos prerrománicos evidentes en Iurreta, Bermejillo, Zeanuri, Abadiño, Larrabezua, Iurre y Zenarruza. Al igual que Guipúzcoa en Astigarribia de Mutriku, Vizcaya cuenta con un curiosísimo caso de prerrománico en la ermita de San Pedro de Abrisketa en Arrigorriaga, en una doble manifestación, dice Gaya Nuño, de "clara ascendencia visigótica" la una y de "pleno visigodo" la otra; doble manifestación visigotizante, que, sin embargo, al haber de asignar fechas, el preclaro profesor no extiende más allá de "los primeros tiempos del s. XII". Las manifestaciones visigotizantes de Abrisketa de Arrigorriaga, son dos: 1) El ventanal del ábside -ventanal monolítico, una gran losa perforada- y 2) Una cruz en el imafronte con letras apocalípticas. 1) En el ventanal monolítico son de apreciar alrededor del hueco -estrecho hueco a modo de saetera- unas curvas incisas, paralelas, que quieren ornamentarlo, insinuando una especie de arquivolta en herradura, y rematando la parte baja, a ambos lados del hueco, sendas cruces de gran carácter visigótico, que recuerdan incoerciblemente las que adornan la parte absidal del conocidísimo ejemplar visigótico burgalés de Quintanilla de las Viñas. 2) En el muro del imafronte, además de la puerta de arco románico, de arquivolta sencilla sobre jambas más una imposta de billetes, hay a cierta altura un sillar incrustado, que efigia, encuadrada dentro de un arco de ornamento en zig-zag una ancha cruz, de cuyos brazos cuelgan muy visigóticamente un alfa y un omega; y a sus pies hay unas aspas, quizá diseños de letras. En el muro E. del edificio hay asimismo un arco cegado, al parecer resto de antigua puerta, con efigies en las enjutas del arco, representando la una un caballero posible y la otra una pareja. Citemos también los testimonios altomedievales de Elorrio (Bizkaia) en cuya necrópolis de Argiñeta se hallan un buen número de sarcófagos y estelas procedentes de diversas ermitas del término de la anteiglesia de San Andrés de Etxebarria. Destacan tres epígrafes funerarios del año 883, correspondientes a los enterramientos de Nariates de Ibater (desaparecido) y, con expresa indicación cristiana, a Momus -que lo dedica aún a vida- y a Baterria -que añade la cruz con letras apocalípticas-.

Conclusiones de García Camino, González Cembellín y Santana Ezquerra sobre el Prerrománico vizcaíno ("Kobie", Bilbao, 1987). 1. Las iglesias que se contruyeron durante el s. XI en Vizcaya eran edificios muy rústicos, de estilo tardomozárabe. Las únicas piezas conservadas son dieciséis ventanas monolíticas, de talla rudísima, que reflejan una gran pobreza de creación estética y de ejecución técnica. 2. El grupo más significativo de las ventanas presenta óculos derivados de la atrofia de arcos de herradura. Esta tipología era conocida en todos los reinos cristianos de la comisa cantábrica, aunque las fases de su evolución sólo se han podido seguir de foma completa en el área astur-galáica. En Vizcaya se importaron los modelos más degenerados, que fueron reproducidos por canteros locales. 3. Los templos vizcaínos debieron ser mayoritariamente modestas construcciones con aspecto de cabañas, cuyo espacio interior resultaría inadecuado para la celebración de complejas y suntuosas ceremonias litúrgicas. 4. Se conocen los emplazamientos de cincuenta y cuatro iglesias de diversa categoría y existen referencias documentales sobre, al menos, una veintena más, lo que supone una densidad parroquial comparable a la de cualquier otra zona cristiana de la península. Su distribución en el territorio es irregular: la mayoría de los hallazgos se concentran en el Duranguesado, laderas del monte Oiz y ría de Gernika. 5. Existen dos tipos de asentamientos preferentes: los rellanos a media ladera y, en menor medida, las pequeñas lomas en vegas abiertas. 6. Las instituciones religiosas se organizan en una pirámide jerárquica de límites mal definidos, como consecuencia de la constante interferencia de la jurisdicción canónica y civil en el control espiritual y material de los templos.

Ahora bien, si, por vía de digresión volvemos de Vizcaya a Guipúzcoa, es cosa sabida que en el caso de Astigarribia -que nosotros calificamos de estilo visigótico, y los más sobrios de entre nosotros lo califican de mozárabe- se trata de un ventanal, no ya monolítico, como en la región asturiana es normal lo sean los similares absidales -y en efecto lo es entre nosotros el caso de San Julián de Zalduendo--, sino que es un ejemplar de "construcción", piedra sobre piedra, en arco de herradura. Ventanales en herradura, de las que, por cierto, el profesor Gaya Nuño asienta taxativamente que por Vizcaya "no aparecen nunca en lo constructivo" y sí sólo en lo ornamental -y cita el caso de los balaustres del Coro de Tabira en Durango y el caso de Zenarruza y de la Colisa-, en cambio, en Guipúzcoa, como decimos, tenemos en Astigarribia un flamante caso "constructivo", además de un curioso caso de arcos de herradura, decorativos, ornamentales, como hemos dicho, en la antigua pila bautismal de Idiazabal. Por lo que respecta a Alava, podemos citar un ejemplo de ventanal monolítico, tan típico de las basílicas asturianas en Zalduendo de Alava, en la ermita de San Julián de Astrea (Haiztara en doc. 1025). Ejemplar éste de construcción de sólidos sillares. Enriquecido con un ventanal absidal de carácter monolítico, cuya abertura viene a ser una estrecha saetera, coronada con un ensanchamiento a modo de cabeza en el extremo superior, y para nuestro caso de Zalduendo, la saetera decorada lateralmente con una doble línea incisa, paralela a la recta de la saetera, a diferencia de las líneas incisas que decoran el caso de Abrisketa, que sus líneas proyectan más bien un dibujo de arco de herradura. Lástima grande que alguna vez, en este caso de Abrisketa, con intento de lograr más luz, ensancharon la estrecha saetera, desfigurando en parte las líneas de herradura que decimos y mutilando la doble cruz de la parte inferior. La proximidad de la antigua calzada Astorga-Burdeos, del túnel de San Adrián y de la iglesia de Araya hacen que esta zona sea una de las que recibieron también antes una mayor influencia romana. Citemos finalmente los sepulcros de Respaldiza (s. XI) donde reposan los primeros Ayala, las sepulturas antropoides de Madaria y las de la iglesia de Añes. Y los restos de material aprovechado en Cirujano, Hermua (Barrundia), Caranca, Elburgo, o más al norte, en Idiazabal o San Andrés de Ormaiztegi (Gipuzkoa).