Control sanitario. En el año 1721, con motivo de una epidemia contagiosa que había brotado en Marsella, el Señorío de Vizcaya puso en práctica varias medidas sanitarias, entre ellas vigilar los pasos con Gipuzkoa. En la frontera de Ondarroa se puso una guardia permanente de cuatro hombres, bajo el mando del alcalde con un sueldo de cuatro reales de vellón, pagaderos por el Señorío. [E. J. L.: «H. G. S. B. », t. Vl, p. 121 ].