Toponimoak

MUNAIN

Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora. Construcción del s. XVI realizada en piedra de sillar. Posee una compacta torre de planta cuadrada con cuatro pisos. El primero hace de pórtico abierto en sencillo arco y con bóveda de arista. El segundo y tercero rematan en impostas lisas y en cornisa moldurada el campanario abierto por cuatro ventanales de distinto trazado. Sus artífices fueron Pedro de Ibarra y Juan de Arteaga, quien trabajó también las cubiertas de la iglesia. Una portada, del s. XIII, apuntada y abocinada en cuatro arquivoltas y con trasdós ajedrezado más hilera de hojas sirve de acceso al templo. Interior de dos tramos y cabecera recta. La nave lleva bóvedas nervadas, con medallones de madera tallados y dorados y pinturas entre los plementos, que llenan toda la superficie en el primer tramo y se ejecutaron durante el XVIII. Ocupan las bóvedas una menor extensión en el segundo, datando del s. VI. Recaen en columnas adosadas al muro con capiteles entre los que alternan los de gusto más renacentista, a base de bolas y molduras y otros con motivos medievales (hojas, una figura humana...). Del lado del Evangelio se ubica la capilla de los Vicuñas, realizada a fines del XVI. Sobre ella se levantó en 1785 una espadaña con un solo vano coronada por frontón triangular partido. Se abre a la nave, mediante arco de medio punto, enmarcado y coronado por elementos clásicos que le dan un gran empaque. Tiene una buena reja en la que alternan los balaustres verticales con los radiales de la parte alta, separados por un frontón con escudo pintado. Cubierta por cúpula sobre pechinas que llevan óvalos en resalte. Tenía coro y sacristía propios. Guarda la pila bautismal de línea bajo-renacentista. La sacristía, situada a la derecha, cubre con nervaduras rectas entrecruzadas y a ella se le añade otra dependencia a fines del XVII. El contenido mueble es el siguiente: Hermoso retablo mayor de comienzos del XVII, realizado por Miguel de Zozaya en su parte arquitectónica y por José de Angulo en la escultórica. Recibe un tratamiento bajo-renacentista que anticipa ya el primer barroco. Tres cuerpos articulados en tres calles por columnas de fuste torso y acanalado en el último, apean sobre basamento con relieves de los santos Doctores y Evangelistas, flanqueando el sagrario de dos pisos, que ocupa a su vez el primer cuerpo y remata en frontón triangular denticulado y partido. A los lados, nichos rectangulares alojan las tallas de San Pedro y San Pablo, contemporáneas del retablo, como el resto de la imaginería, exceptuando el Santo Domingo de la Calzada colocado en el segundo cuerpo. Encima, va una efigie de la titular. A ambos lados del presbiterio, se hallan dos retablos, obra de Miguel López de Porras, ejecutados en estilo rococó. De un solo cuerpo, veneran la Virgen del Rosario y un San Roque, talla de algún interés del s. XVII, y a San José, imagen reseñable hecha por los Valdiviesos. En la capilla de los Vicuña, hay otro retablo erigido bajo la advocación de San Juan Bautista. Talla de buena factura que preside el conjunto. Debajo de las esculturas de este cuerpo y en el basamento van pinturas algo manieristas en su tratamiento. En el cuerpo superior, la Virgen y San Juan enmarcan un San Sebastián en vez del típico Crucificado. La imagen de cuidado estudio anatómico, ha sido recientemente trasladada a la iglesia de Ocáriz. Poseyó variadas y ricas piezas de orfebrería, muchas de las cuales se perdieron durante el s. XIX. Se conserva una bella custodia de plata sobredorada que data del XVII y un relicario de madera policromada, con la reliquia de San Eustaquio, de la segunda mitad del s. XVI. El término contó con las ermitas, hoy desaparecidas, de la Inmaculada Concepción y la de Santo Domingo de la Calzada. («C. M. D. V.», V).