El primero del linaje de Martiartu del que hay noticia es Diego Pérez de Martiartu «el Viejo», del que procedía don Martín Ortiz de Martiartu, que mandó construir la torre de Martiartu y estuvo casado con hija natural de don Gómez u Ochoa de Butrón, cuarto señor de Butrón, en la que hubo a su homónimo don Martín Ortiz de Martiartu, que casó con doña Mayora de Zamudio y Leguizamón de Begoña (hija de don Ordoño de Zamudio, séptimo señor de Zamudio y de su segunda mujer, doña Mayor o María López de Leguizamón de Begoña, a su vez hija legítima del segundo Patrón de Begoña), que son los que están enterrados en la iglesia de Santa María de Erandio. Fue hija y heredera de este matrimonio doña María López de Martiartu, señora de la torre de Martiartu, que casó con don Ochoa Ortiz de Guecho, señor de la torre de Guecho como hemos dicho al ocuparnos de ella, por lo que vincularon ambos señoríos. Este matrimonio tuvo por hijos a don Martín Ortiz de Guecho y Martiartu, casado sin consentimiento de sus padres con doña Beatriz de Butrón Mújica, hija natural de don Juan Alonso de Butrón, señor de Butrón, por lo que fue desheredado, y proceden de él los señores de la torre de Basagoiti, como referimos al hacer relación de ella; y a don Diego Pérez de Guecho y Martiartu, que sucedió en las casas de Guecho y Martiartu, aun siendo el hijo segundo, por haber sido desheredado su hermano mayor, y que casó con doña Juana de Basaldúa, en la que no tuvo sucesión, pero hubo un hijo natural llamado don Diego Pérez de Guecho y Martiartu, que sucedió en ambas casas de Guecho y Martiartu. Este contrajo matrimonio con doña Francisca de Butrón, hija legítima de don Gómez González de Butrón, noveno señor de Butrón, y de doña María Manrique, en la que hubo a don Diego Pérez de Guecho y Martiartu, señor de las torres de Guecho y Martiartu, que casó con doña Leonor Ossorio, hija del Tesorero don Juan de Porres. Estos tuvieron por hijos a doña Francisca de Guecho y Martiartu, señora de las torres de Guecho y Martiartu, que falleció en 1560, y estuvo casada con don Ordoño de Zamudio (que le hizo padre de don Jerónimo de Zamudio, señor de las torres de Guecho y Martiartu que hubo a doña Antonia de Zamudio, casada con don Alvaro de Mendoza sin descendencia- y de doña Antonia de Zamudio, que casó con el contador don Ochoa de Urquijo, del que no tuvo hijos), y a doña Agueda de Guecho y Martiartu, que al morir su sobrino heredó las casas de Guecho y Martiartu, y que casó con don Ochoa Ortiz de Asúa y Sangróniz, señor de las torres de Asúa y Sangróniz, en las anteiglesias de Erandio y Lujúa, como diremos al ocuparnos de ellas. Hijo de ellos fue don Juan Ortiz de Asúa Sangróniz Guecho y Martiartu, señor de estas torres, que contrajo matrimonio con doña Ana María de Salazar y Bañales, de la casa de Salazar de Portugalete, en la que hubo a don Diego de Asúa Guecho y Martiartu, señor de las torres de Asúa, Guecho y Martiartu y de la de Sangróniz, casado con doña Francisca de Herrera e Inglés, señora del mayorazgo de Inglés, en la villa de Plencia, cuya ascendencia por el apellido Inglés hasta el siglo XIV en que se encuentra en la citada villa, aparece en un expediente que se conserva en la Real Chancillería de Valladolid. El citado matrimonio fue padre de don Diego de Asúa Guecho y Martiartu, señor de las torres de Asúa, Guecho y Martiartu, y de la de Sangróniz, que casó con doña Ana María de Sarabia y Larrea, en la que hubo a don Ignacio de Asúa Guecho y Martiartu, casado con doña Isabel de Arespacochaga (que le hizo padre de su homónimo, que murió sin descendencia), y a doña María Teresa de Asúa Guecho y Martiartu, señora de las citadas torres y patrona de las iglesias de Sondica, Guecho y Lejona, casada con don Juan de Barraicúa, señor de la torre de Basurto de Acha, de la anteiglesia de Abando, como hemos dicho al ocuparnos de ella. Hoy en día la torre de Martiartu pertenece a los herederos del recientemente fallecido señor marqués de Villarías, ya que como dijimos al tratar de la torre de Basurto de Acha, en dicho título vincularon los mayorazgos de Martiartu, Guecho, Asúa, etc. Ref. Ybarra- Garmendia: Torres de Vizcaya, II, 1946, 221 -225.