Pintor navarro nacido en Bera en 1917, fallece en la misma localidad en 2005.
Su vocación se despierta en la niñez. Alcanza a ilustrar, antes de la guerra, cuentos cortos en el diario donostiarra El Día. Se exilia y vuelve en 1940. Su primera exposición tiene lugar en Bilbao en 1944 y en Pamplona el año siguiente, al que sigue su aparición en San Sebastián. Viaja, exponiendo por Argentina y Venezuela, tras una estancia en París (taller de Souverbie) en la que se siente decepcionado. Vuelve a Bera en 1969 reemprendiendo el cultivo de la pintura y las exposiciones. Le caracteriza un trazo seguro de sí mismo, un dominio de la técnica del dibujo que se complementa con un feliz empleo del color lleno de luz y de tonalidades luminosas. Su pintura ha evolucionado desde un puntillismo inicial a paisajes impresionistas de sólida belleza en los que, a veces, una figura humana acaba de dar más vida al conjunto. Es un pintor que ha sabido arrostrar la "travesía del desierto" que supone para un artista que su calidad apenas sea reconocida por los críticos, en especial los de su propia tierra.