Kontzejuak

LARRAGUETA

Urbanismo y construcciones civiles

El casco urbano se dispone en alto, en una zona dominante en la que la iglesia ocupa la zona más elevada. Sus casas se hallan algo dispersas, y esto debió ser más acusado antes de que algunas construcciones modernas, fruto de la proximidad a Pamplona, colmataran algunos espacios abiertos.

Cerca de la iglesia se levanta una casa de planta irregular, adaptada al trazado de la calle. Tiene tres alturas y tejado igualmente irregular, con cuatro vertientes. Presenta muros bien enlucidos, con cadenas de sillar en vanos y esquinas. En planta baja lleva un arco de acceso de medio punto, con dovelas cortas, primera planta con ventanas cuadradas, una de ellas transformada en balcón, y tercera altura con ventanucos muy reducidos. A la parte trasera de este inmueble se adosa el frontón, que va presidido por la casa concejil, muy sencilla y que intenta todavía seguir los parámetros de la arquitectura tradicional. Más adelante encontramos un caserón de planta rectangular y desarrollo horizontal, con dos alturas más ático y con tejado a doble vertiente con limas en los extremos. Los muros van enlucidos y los vanos, que llevan enmarques de ladrillo rojo, son rectos en el caso de las ventanas, y con arco rebajado en la puerta.

En un nivel más bajo y hacia el lado opuesto del casco urbano, encontramos varias casas que siguen patrones cercanos a lo que encontraremos en el corredor de Arakil-Sakana. Uno de ellos es un bloque exento de planta rectangular, que ocupa gran superficie, con tres alturas y tejado a doble vertiente. Los muros conservan su enlucido y los vanos, de tamaño reducido, son rectos a excepción de la puerta, de medio punto. El otro constituye una versión más ennoblecida del mismo modelo. Es conocido en el lugar como "casa Taberna", y tiene cuatro alturas divididas por impostas resaltadas, muros de mampostería a la que se ha eliminado el enlucido y vanos rectos salvo en la puerta, en este caso rebajada. Dos escudos superpuestos ocupan el eje central de la fachada, uno de ellos renacentista y el otro barroco del siglo XVIII. Un tercer edificio de similares características formales presenta también escudo presidiendo el conjunto, que en este caso puede adscribirse al estilo rococó.

Ermitas

Nuestra Señora del Rosario, que estaba situada en el propio casco urbano. El obispo Igual de Soria mandaba repararla en 1796, y hoy se halla desaparecida.

Parroquia de San Esteban

El templo se sitúa en la zona alta del pueblo, en una zona dominante, muy bien cuidada con jardines y abundante arbolado, y constituye un templo protogótico de hacia el año 1200, aunque se realizaron importantes reformas en el siglo XVI. Fue restaurado a mediados del siglo XX. Su planta es de una única nave, dividida en cinco tramos iguales, más una cabecera poligonal de tres lados. Dos pequeñas capillas se abren en el cuarto tramo de la nave, creando una especie de transepto embrionario, mientras que la sacristía, de planta cuadrada, se encuentra en el lado del Evangelio, a la altura del tramo que precede a la cabecera. En cuanto al acceso, se practica en el segundo tramo, por el lado de la Epístola.

Los muros son de sillería, que al exterior despieza en bloques regulares y de buen tamaño, y una imposta recorre todo el perímetro interior en el punto de arranque de la bóveda. Dan luz al interior una serie de ventanas, dos de las cuales se abren en la cabecera, una apuntada y con derrame para salvar el muro, con guardalluvias exterior que apea en cabecitas humanas pareadas, y la otra más pequeña y de medio punto. Apenas son más que meras aspilleras. Otra ventana apuntada se abre en la capillita meridional, y otra recta en el muro del mismo lado. Por último, un vano semicircular se abre en el muro de los pies. En este mismo ámbito encontramos un coro del siglo XVI, con arco de embocadura rebajado.

La nave se cubre con bóveda de cañón apuntado, con arcos fajones del mismo perfil, que dividen los tramos y apean en ménsulas encastradas en el muro. La cabecera recibe un tramo de bóveda de paños, con nervios de sección cuadrangular que apean sus cargas en ménsulas. Las capillitas se cubren mediante sendos tramos de bóveda de cañón, y la sacristía se cubre con el mismo tipo de bóveda.

Al exterior, la torre se levanta, como suele ser habitual en este tipo de templos del medievo rural navarro, sobre el primer tramo de la nave. Se trata de un volumen prismático con fuste muy corto, perforado por vanos de medio punto para alojamiento de las campanas.

En cuanto a la puerta, va alojada entre dos machones adosados a otros tantos contrafuertes, y se protege en alto con un tejaroz. Se trata de un arco apuntado gótico, cuyo derrame se salva mediante cuatro arquivoltas aboceladas, separadas por baquetones intermedios y bordeadas exteriormente por un guardalluvias. Va presidida en alto por un crismón trinitario. Las arquivoltas apean en columnitas que llevan basas poligonales y capiteles con decoración figurada, entre la que distinguimos varios animales, incluyendo un reptil que devora una presa, un obispo en actitud de orar, varios "green man" y una sirena.

En el interior del templo, el presbiterio está ocupado por varias imágenes, como un San Esteban de bulto, obra del siglo XVI, un Crucificado barroco algo tosco, y un San Pedro como pontífice, sedente, obra gótica del siglo XIV y de cierto interés. En el lado del Evangelio nos encontramos el retablo de San Blas, obra del primer barroco, datable como del siglo XVII. Su traza presenta banco, un único cuerpo y remate recto. Se articula mediante dobles columnas de orden corintio, que flanquean la hornacina central, y aletones en el ático. En cuanto a la iconografía, el nicho está ocupado por la talla de San Blas, ataviado como obispo, figura alargada y un tanto hierática, aunque no carente de naturalismo, y en el ático un relieve en el que se representa la Decapitación del titular.

En el bajo coro se encuentra una pila bautismal medieval, que presenta fuste ochavado decorado con una moldura en su parte inferior, capitel avolutado y taza semiesférica gallonada. Por último, y como suele ser habitual, en la sacristía se custodian varias obras de arte, como una Virgen con el Niño, renacentista del XVI, un Crucificado también renacentista aunque de inferior calidad, y alguna pieza de orfebrería.

Joseba ASIRON SAEZ (2008)