Kontzejuak

ITURGOYEN

Sobre una prolongada pendiente que corona la parroquia discurre el entramado urbanístico de Iturgoyen. La tipología de las viviendas repite modelos arquitectónicos de los siglos XVI y XVII; presentan una fachada de sillarejo con sillería en vanos, adintelados, y esquinales, de dos cuerpos más ático, con portada adovelada de ingreso de medio punto. Escudos barrocos. En las inmediaciones de la iglesia de San Millán y en varias plazas como la de San Antón se localizan algunas casas señoriales de los siglos XVII y XVIII que responden a esta descripción.

La iglesia de San Millán es una edificación original del siglo XIV que ha sufrido numerosas reformas hasta el siglo XVIII. Presenta planta rectangular con una sola nave dividida en triple tramo, que se prolonga hasta la zona de la cabecera poligonal. Tanto la cabecera como los dos tramos de la nave obedecen a las reformas acometidas en la iglesia por el maestro cantero Cristóbal Aguirre, mientras que el primero de los tramos se convierte en la única estructura del siglo XIV conservada. La cubierta del conjunto es del siglo XVI; para la zona de los pies se dispone una bóveda de crucería, mientras que tanto en la cabecera como en los otros tramos de la nave se alzan sendas bóvedas de terceletes con ligaduras sobre ménsulas de estilo Reyes Católicos. En el exterior se aprecia cierta tradición medieval por la escasez de vanos y los contrafuertes que se suceden sobre los muros de sillarejo. Preside el conjunto la torre de origen medieval ubicada en la zona de los pies, rematada mediante un cuerpo con dos arcos rebajados del siglo XVI, que hace la función de campanario. La portada gótica del siglo XIV está situada en la zona de los pies sobre un gran pórtico barroco. Presenta forma abocinada con cuatro arquivoltas baquetonadas, que descansan sobre pequeños capiteles decorados mediante sencillos motivos antropomorfos y vegetales. Descansan los capiteles sobre columnillas de basa y fuste liso.

El retablo mayor es un conjunto de estilo romanista de finales del siglo XVI, comenzado por Pedro de Gabiria hacia 1584 y realizado en su mayor parte por Martín de Morgota. Se estructura en un banco sobre en el que alzan tres cuerpos divididos en tres calles y dos entrecalles, divididos mediante columnas de orden compuesto. El conjunto se remata por medio de un gran frontón curvo. Los motivos iconográficos son de tradición y estilo romanista. Se trata de imágenes y relieves con pormenorizados estudios de pliegues y llenos de dramatismo. En los lados de la Epístola y del Evangelio respectivamente, se localizan los retablos de San José y de la Virgen del Rosario. Del siglo XVII, su estructura se articula en torno a un cuerpo de dobles columnas de orden compuesto. Completan este inventario retablístico, una pieza de Juan Angel Nagusia dedicada a la Inmaculada y el retablo del Crucificado, que alberga una sobresaliente imagen romanista de la primera mitad del siglo XVII. La imagen de la Trinidad, titular de su ermita, es una monumental talla romanista de finales del XVI; su iconografía se asemeja a la de la catedral de Jaca, atribuida a Anchieta. De gran interés es asimismo el sepulcro del obispo Gabriel del Esparza, de hacia 1685, en la antigua capilla de Santa Bárbara.

En la sierra de Andía se encuentra ubicada la ermita de la Santísima Trinidad. Es una construcción rural de origen románico, que presenta una planta rectangular con una nave de seis tramos y cabecera en forma de semicírculo. Entre robustos arcos fajones discurre la bóveda de medio cañón, que se convierte en cuarto de esfera en la zona de la cabecera. En el exterior, portada de medio punto con tres arquivoltas de molduraje mixtilíneo.

La ermita de la Virgen del Camino, constituye un sencillo edificio de carácter rural de origen románico muy modificado durante el Barroco. Presenta una sencilla planta de un solo tramo rectangular, y cabecera resuelta en forma de semicírculo. Se cubre mediante una bóveda de sección apuntada en la nave y de cuarto de esfera para la zona de la cabecera. La talla de la titular es una imagen de candelero del siglo XVIII. Destacan sobre los muros de sillarejo del exterior, la cornisa de canes lisos.

También en la sierra de Andía, se localiza la austera ermita de San Adrián. Se corresponde con un templo de planta rectangular de cabecera recta y cubierta a dos aguas sobre vigas de madera. La talla del titular es del siglo XVII. En el exterior presenta muros de sillarejo con sillar reforzando las esquinas y en el enmarque de los vanos adintelados.

Fernando GARCÍA NIETO