Monarkia eta noblezia

Isabel I de Castilla

Reina de Castilla y Señora de Bizkaia nació en 1451 y murió en 1504.

Era hermana de Enrique IV de Castilla que designó como heredera suya a su hija Juana denominada maliciosamente "la Beltraneja", cosa que Isabel no aceptó declarándose en rebeldía. Isabel sería así reina en Gipuzkoa y en Álava y Señora -por herencia recaída en su familia en 1379- de Bizkaia. Sus vasallos de estas tierras alzaron pendones por ella apoyándose en el conde de Treviño enemigo de los Haro. Labayru relata así lo ocurrido en Bizkaia:

"Pacífica quedó Bizcaya por todo el año de 1472, á la cual trabajaron sin embargo el conde de Treviño y los suyos para que en la división que existía sobre la sucesión á la corona, punto que también á los bizcaínos concernía, se inclinasen por doña Isabel y don Fernando, desamparando el irreflexivo y nada digno proyecto de don Enrique, el cual se obstinaba en que la heredera fuese la Beltraneja, que no era descendencia suya, según generalmente se ha creído. Grande fué el resultado obtenido con la derrota del conde de Haro, porque después de ella, don Enrique trató de alcanzar que Bizcaya secundase sus miras, pero por medios suaves. Como no se dió letra ninguna desapoderando al conde de Haro de su predominio en el Señorío y las cosas subsistiesen como antes, la tierra llana, las villas y la encartación bizcaínas, embiaron su embajada á doña Isabel, la después reina católica, reconociéndola por heredera y dándose á su obediencia. Y en ésto se cumplió lo que Mosén Valera escribió: "e como los vizcainos tengan antiguas leyes é costumbres que puedan desnaturarse del Rey si atentase quebrantarlas", si antes (1471) combatieron la gestión antiforal del conde de Haro, ahora, (1472) fundándose en esta libertad y en que doña Isabel era la heredera del trono, desoyeron á don Enrique y reconocieron por señora á doña Isabel y á su marido Fernando, los futuros reyes de España. Los tratos que tanto don Enrique como el maestre de Santiago (el marqués de Villena), el mismo condestable ó sea don Pedro Fernández de Velasco y aún comisionados del rey de Francia interpusieron con los bizcaínos, fueron infructuosos. Apoyados segunda vez por el conde de Treviño y sus aliados, resistieron de nuevo la potente correría del conde de Haro, que penetró en Bizkaia para asentar los derechos de don Enrique, el cual rey y señor declaró traidores á los vizcaínos y facilitó á don Pedro Fernández de Velasco cinco cuentos para meter la guerra en el Señorío y ocuparlo por completo. Tampoco en esta segunda intentona prevaleció el conde de Haro y se vió forzado á abandonar la tierra. En esta ocasión Bizkaia apareció completamente unida, é identificados los intereses de las villas, tierra llana y encartación con todas sus justicias, incluso el corregidor, que era el representante de su alteza. La villa de Bilbao comisionó en 1473 por sí y en su nombre á su vecino Lope de Quincoces, vasallo del rey, para que prestase juramento á doña Isabel de reconocerla por señora á la muerte de su hermano, y á su requerimiento el secretario de la princesa heredera expidió de orden de ésta una carta, en la cual doña Isabel jura á la villa guardarle sus privilegios y no desprenderla de la real corona (ni al Señorío) "como de fecho ya estaba (Bilbao) exhimido y apartado, dice el documento, de la dicha corona rreal por causa de las mercedes que el dicho señor rey mi hermano, tenia fecha de la villa de Biluao a algunos caballeros destos dichos rreynos."

(Labayru, Historia General del Señorío de Vizcaya, t. III, 269-270).

Los comisarios poderhabientes de Isabel I juraron en representación de la misma los privilegios, buenos usos y costumbres de la Provincia de Gipuzkoa el 15 de enero de 1475 recibiendo a cambio el acatamiento de los guipuzcoanos a la nueva reina. El 12 de julio de 1479 una Real Carta introducía en el Dictado Real la expresión Rey de Gipuzkoa. Los Fueros de Bizkaia fueron nuevamente jurados personalmente por Isabel en Vitoria-Gasteiz y Arriaga en 1483, año en que también visita Gernika con los mismos fines. Nuevamente fueron jurados los Fueros de Gipuzkoa, esta vez por la reina y su consorte D. Fernando, el 20 de marzo de 1484. Una de las máximas preocupaciones de Isabel fue la de afianzar su poder en las tres provincias prestando para ello su apoyo total a las Hermandades y dictando ordenanzas tendentes a suprimir los bandos.

Así en Real Carta patente dada el 25 de agosto de 1479 mandaba fueran observadas las ordenanzas hechas por Fernando de Aragón, su marido, suprimiendo los bandos y parcialidades de Vitoria. En 1483 tiene lugar el primer Capitulado de Chinchilla, al que sucede la averiguación de 1486,la de 1487 y la de 1488. Dichos capitulados referidos únicamente a las villas y ciudad de Bizkaia lesionaron gravemente la foralidad aunque estuvieron poco tiempo en vigencia. Veáse Chinchilla, Garci-López de. En la Real Carta de 1488 ordenó que en las acusas y casos de la Hermandad en Gipuzkoa no haya recurso ni apelaciones sino a la persona real, erigiéndose así en árbitro. Tras la guerra de Portugal, en 1480 se inició la conquista de las Islas Canarias, en 1481 la Guerra de Granada y en 1492 se descubre América tomando parte en todas estas acciones centenares de súbditos vascos. Respecto al caso de la débil monarquía navarra colindante, la política de Isabel fue similar a la de su esposo, tendiendo a debilitar la cohesión interior del reino mediante la utilización de una política activa de atracción a Luis de Beaumont al que llegó a dotar de tierras en Andalucía (1492).