Pintoreak

Iñurrieta de la Fuente, Santos

Afincado ya en unos criterios estéticos y en unos valores expresivos estables, expone en 1984, a su regreso de Lanzarote, en la galería bilbaína Windsor, y en junio de 1987, en la sala Independencia de Vitoria. En 1990, en el Museo de Arte e Historia de Durango, y durante los meses de julio y agosto en el Museo San Telmo de San Sebastián, en esta ocasión con sus paisanos Mieg y Ortiz de Elgea.

Del 22 de enero al 10 de febrero de 1991 expone en la sala San Prudencio de la capital alavesa: seres antropomórficos y seres zoomórficos inmersos en superficies de brillantes y llamativos coloridos, con débitos o recuerdos surreales y simbolistas. Composiciones, a todas luces, irónicas, mordaces y provocadoras. Antes de terminar el año, repite comparecencia individual en Art International Gallery de Bilbao, experiencia que se salda con la publicación de una cuidada monografía sobre su periplo artístico. Redactó aquel trabajo el mencionado Florencio Martínez.

Dejando al margen la polémica coyuntural -ciertamente desagradable y desafortunada- con la obra escultórica de un artista vizcaíno que estaba expuesta en plaza pública, episodio que originó bastante revuelo periodístico (diciembre de 1992), durante la década de los noventa desarrolla Santos Iñurrieta una actividad ingente como pintor. Participa en numerosas muestras individuales y colectivas: Vitoria, Bilbao, Pamplona, Valencia, Castellón, Manacor y Barcelona son algunas de las plazas en las que exhibe los trazos esquemáticos y mordaces de su desenfadada pintura.

Una dramaturgia imaginativa, de pincelada arrebatada y pura, en la que emergen juegos estéticos de tensiones y distensiones. Juegos en los que presenta, a veces con reminiscencias propias del cómic, visiones cáusticas de distintos aspectos de la realidad contemporánea; crónicas actuales elaboradas por su parte con bastante hilaridad. Con acento subversivo. Con una comicidad expresionista entre tierna y ácida.

Las galerías bilbaínas Berta Belaza, La Brocha y Epelde&Mardaras, así como la sala Luis de Ajuria y el espacio alternativo Zuloa, de Gasteiz, acogen desde 1997 hasta 2005 distintas muestras individuales del pintor. A subrayar en los últimos tiempos la querencia de Iñurrieta por utilizar unas cajitas de madera, que actúan a modo de cuadros, en las que inserta sobre fondo fotográfico diferentes muñecos y figuras de plástico manipulados arbitrariamente. De este modo ejecuta unas composiciones muy socarronas, pobladas de humanoides, con las que pone en solfa "la barbaridad cotidiana". Divertimentos personales como Nacidos para el circo, Los alegres konkursantes del ekipo amarillo preparados para la siguiente prueba, Las Ruiz de Peláez de mambo, Fino estadista meditando sobre lo kotidiano y lo divino, Joven explikando sus problemas para sentar la kabeza a dos simpáticos policías nudistas, etc...

Desde hace años reside en Palma de Mallorca, estancia que alterna con frecuentes temporadas en su ciudad natal.