Kontzejuak

ESPARZA DE GALAR

Urbanismo y construcciones civiles

El casco urbano se encuentra ubicado en un promontorio bastante pronunciado, que presenta un corte abrupto hacia el valle, mientras que hacia el lado contrario desciende en más suave pendiente, permitiendo una edificación adaptada al terreno. Su caserío conserva algunas casas de sabor tradicional, casi siempre bien arregladas, mezcladas a menudo con casas de nueva factura y estilos variopintos, que oscilan entre aquellos más o menos miméticos con el entono edificado, hasta otras que incorporan lenguajes constructivos variopintos y en algunas ocasiones un tanto estridentes. Por último, diremos que no hemos encontrado trazas que permitan identificar al antiguo palacio de cabo de armería de Esparza de Galar o, como se menciona en el Libro de Armería, "el palacio de Esparça cabe Pamplona" (L.A.R.N. nº 262).

En la "Plaza de los Sauces" encontramos una casita de modesta concepción y sabor arcaico. Sus muros son de mampostería concertada, a día de hoy sin enlucir, y cadenas de sillar en las esquinas. El arco de entrada es de medio punto, con siete cortas dovelas, mientras que las ventanas, muy probablemente rasgadas en época moderna, llevan cabezales de madera. Algo más adelante y en otra plaza hay otra casa de mayor empaque, con tres alturas, muros enlucidos, ventanas rectas y acceso con arco rebajado. Desde aquí parte una alineación de casas que forman calle, con inmuebles de sabor popular y no demasiado antiguos.

Ya en la zona alta del pueblo, cerca de la salida hacia Galar, hay un recio caserón que ha perdido su tradicional enlucido. Muestra planta rectangular de gran desarrollo, dos alturas más ático, muros en mampostería con cadenas de sillar y, en dos de sus hastíales, presenta ventanas rectas y puerta de medio punto. Desde aquí parte una calle en la que vemos otro caserón de similares características al ahora descrito, pero que conserva sus muros enlucidos. Más adelante se encuentra un palacio con fachada de desarrollo vertical y adaptada al casco urbano, con cuatro alturas. El muro va en sillar bien aparejado, y se abre en planta baja por un arco rebajado y una ventana del mismo perfil, unidos ambos vanos por una imposta moldurada. Por encima se abren vanos rebajados, en número de dos por planta, siendo balcones en el piso noble, ventanas en la segunda planta y tragaluces en el ático. Preside el conjunto un escudo barroco.

Continuando hacia la iglesia vemos un bloque prismático de tres alturas y tejado a cuatro vertientes, que lleva los muros enlucidos con las consabidas excepciones. Los vanos son rectos, a excepción del medio punto de la puerta, y en un lateral muestra un mirador de madera acristalado de dos pisos, muy bien adaptado al conjunto. Junto a la iglesia encontramos además un elegante edificio, situado en una posición dominante y con envidiable disposición. Tiene planta rectangular, tres alturas, muros enlucidos con cadenas de sillar y vanos comparativamente grandes, todos ellos adintelados.

Ermitas

Pérez Ollo cita cuatro, las de San Pedro, la de la Virgen de Nasdués, Santa Cruz y Nuestra Señora de los Remedios. Nada sabemos de San Pedro, citada en 1551, ni la de la Virgen de Nasdués, que aún pervivía en 1720. La ermita de Santa Cruz se encontraba en la sierra de Francoandía, y en 1799 el obispo visitador decía de ella que se encontraba "con bastante indecencia". Fue derribada por el ejército español en el año 1969, para levantar torres de control aeronáutico, sustituyéndola por un edificio moderno levantado algo más lejos, hacia Subiza.

Más datos tenemos de la ermita de los Remedios, que antiguamente se llamo de Arbekoa. Se levanta dentro del casco urbano de la localidad. En el año 1862 el concejo pleiteó con el párroco, puesto que este último había trasladado la campanita de esta ermita, llevándola a la ermita de la Santa Cruz. Los del pueblo argüían que la campana era del pueblo, puesto que habían pagado por hacerla 8 ducados y 4 reales en el año 1644. En 1799 la ermita fue visitada por el obispo Igual de Soria, ordenando que se hicieran algunas reparaciones en la techumbre. En la actualidad, el edificio consta de una planta alargada, terminada en testero recto, cuyo acceso se sitúa en el muro de los pies. Los muros son de sillería irregularmente aparejada, y van enlucidos al interior. La puerta remata con arco rebajado. Antiguamente tuvo una techumbre con lunetos, de raigambre barroca, de la que quedan los arranques de sus cinco arcos fajones, y hoy en día recibe una simple cubierta plana con bovedillas y estructura de madera. Culmina al exterior una espadaña para alojar la campana, apoyada en el muro de los pies. Al interior tan sólo registramos un retablo neoclásico con imaginería moderna y sin interés artístico.

Parroquia de San Esteban

Se trata, como tantas veces hemos visto en templos medievales de la Navarra rural, de una fábrica medieval en origen, muy posiblemente de en torno al año 1200, aunque muy modificada en intervenciones acaecidas en los siglos XVI y XVII. Se sitúa en una elevación del terreno, desde donde domina el casco urbano de Esparza y las tierras del entorno. Su planta acusa las diferentes obras y las alteraciones habidas sobre el proyecto inicial. Presenta una disposición en cruz griega, con un tramo medieval perteneciente a la fábrica original, más un transepto de gran anchura marcado en planta, y una cabecera terminada en testero recto, todo ello proveniente de las ampliaciones del siglo XVI. A la cabecera se adosa, por el lado del Evangelio, una sacristía de planta cuadrada, mientras que el acceso se practica desde el lado meridional, a través de un pórtico que se abre al brazo meridional del transepto. Sobre este pórtico se eleva la casa abacial, que oculta en gran medida el muro meridional del templo.

Los muros se edificaron con un aparejo regular, despiezado en sillares de buena estereotomía, que al interior van enlucidos. La luz penetra por dos ventanas rectas, situadas en la cabecera y en un brazo del transepto, ambas en el lado de la Epístola. A los pies de la nave hay un coro alto, con arco de embocadura escarzano, que apea sobre pilastras decoradas con cajeamientos y balaustrada de madera. Vemos un par de columnas adosadas, correspondientes a la época medieval, cuyos capiteles llevan decoración escultórica figurada, representando dos figuras humanas en cuclillas y unas aves que se picotean las patas. Ambos son temas conocidos del repertorio románico.

El conjunto recibe un variado repertorio de sistemas de cubrición. El tramo medieval va con bóveda de cañón apuntado, que llevaría la obra al entorno del año 1200. Transepto y cabecera llevan en cambio bóvedas de crucería con tracerías estrelladas, salvo en la cabecera que son mixtilíneas. Los nervios apean sobre ménsulas semicirculares. En cuanto a la sacristía, luce una bóveda vaída con retículas.

Al exterior, la torre se levanta sobre el primer tramo de la nave, y consta de corto fuste prismático, tan sólo abierto por tragaluces y por los huecos para las campanas, bajo tejado en pabellón. El pórtico se levanta en el lado de la Epístola, como se ha indicado más arriba. Se abre mediante dos arcos de medio punto que apean sobre pilar central. Sobre este pórtico la casa parroquial desarrolla dos alturas más, con muros enlucidos que se abren por tres balcones y otros tantos tragaluces. La puerta del templo es un arco de medio punto abocinado, con arquivoltas que apean sobre columnas, con capiteles que llevan decoración zoomórfica.

Al interior, el presbiterio va presidido por un retablo renacentista, datable como del siglo XVI. Su traza es recta, organizada en un alto banco, que alberga el sagrario moderno, y dos cuerpos de cinco calles, más ático tripartito rematado con jarrones. Esta estructura se organiza mediante pilastras y columnas abalaustradas, así como frisos de sabor clasicista. En el banco encontramos hornacinas aveneradas, que contienen las tallas de bulto de San Juan Bautista, San Juan Evangelista, San Jerónimo y San Nicasio, que aparece ataviado como obispo y con la decapitada cabeza en la mano. En el primer cuerpo se encuentra el grupo escultórico de la Virgen con el Niño y San Juanito, que sigue patrones del gran renacimiento italiano. En los flancos encontramos cuatro tablas pintadas, representando la Anunciación, el Abrazo de San Joaquín y Santa Ana ante la Puerta Dorada, la Natividad y la Adoración de los Magos. En el segundo cuerpo preside la imagen titular de San Esteban, sedente, con un libro y la palma del martirio. A ambos lados se disponen las tablas de la Ordenación como diácono del santo, la Predicación, Juicio del santo y Lapidación. En el ático, el eje central va ocupado por el tradicional Calvario, flanqueado por los ladrones, Longinos y Estéfanon, y a cada lado se dispone una tabla, representando el Camino del Calvario y el Descendimiento. En conjunto podemos decir que resulta un retablo de ordenada iconografía, donde las escenas de bulto y las pinturas se combinan admirablemente. Las tallas son correctas, con facciones angulosas y cabellos y barbas onduladas y elegantes. Las pinturas, por su parte, presentan influencias flamencas y germánicas en los tipos, y van encuadradas en vistosas y cuidadas arquitecturas.

En el brazo septentrional del transepto encontramos el retablo de la Virgen del Rosario, que es una obra romanista del siglo XVII, debida al conocido ensamblador Domingo de Lusa. La arquitectura consta de banco, dos cuerpos de tres calles y ático entre aletones y con pirámides del tipo escurialense. Todo ello se articula mediante columnas de capitel compuesto y frontones curvos, partidos y avolutados, y otros triangulares. En el banco encontramos los relieves de las Tres Virtudes Teologales principales, la Fe, la Esperanza y la Caridad. En el primer piso los relieves de la Anunciación y la Visitación flanquean a la talla titular de la Virgen del Rosario. En el segundo cuerpo preside la talla de la Virgen de la Soledad, y en el ático hay un Crucificado. Cerca vemos otro retablo, de factura moderna y escaso interés, bajo la advocación del Sagrado Corazón de Jesús.

En el lado de la Epístola y en el correspondiente brazo del transepto, encontramos un retablo, bajo la advocación de Santa Catalina de Alejandría, de igual traza, estilo y autor que la de su colateral simétrico. En cuanto a la iconografía, en el banco figuran los relieves de Santa Bárbara y Santa Lucía. En el primer cuerpo, los relieves del Milagro de la rueda y el Martirio de Santa Catalina flanquean la talla de la santa titular, que aparece con la rueda de su martirio y la cabeza del emperador Majencio a sus pies. En el segundo cuerpo hay dos tablas pintadas, representando a San Antonio Abad y a San Francisco de Paula, centrando la talla de Santa Águeda. En el ático encontramos un Crucificado. En el mismo ámbito hay un retablo moderno y de escaso valor artístico, dedicado a la Inmaculada Concepción.

En el sotocoro encontramos una pila bautismal medieval, de estilo románico, con pedestal cuadrangular, corto fuste ochavado y taza gallonada. Cerca hay una talla de la Virgen Dolorosa y un Crucificado, ambos barrocos del siglo XVII. Para terminar, en la sacristía pueden encontrarse algunas obras de platería.

Joseba ASIRON SAEZ (2008)