Kontzejuak

Egozkue

El casco urbano se encuentra en un lugar elevado pero relativamente llano, y ocupa una extensión considerable. No hemos encontrado traza del palacio de cabo de armería del lugar (LARN. nº 250), y debemos además reseñar que las fotografías que don Julio Caro Baroja obtuvo de una torre gótica atribuida a este lugar de Egozkue corresponden en realidad a un edificio de la localidad de Aizpún, habiendo confundido la reseña.

A un costado de la iglesia se adosa, ocultando buena parte de sus muros, el edificio de las antiguas escuelas, carente de interés arquitectónico. Detrás del templo se encuentran además varias casas aisladas. Una de ellas es un bloque de gran desarrollo en planta, tres alturas y tejado a dos aguas, proyectado con amplio alero. Los muros van enlucidos, con cadenas de sillar en esquinas y enmarques de los vanos, y todos sus vanos son rectos. Otra casa presenta tres alturas y caballete paralelo a la fachada, que se abre en uno de los lados cortos de la planta. Lleva un contrafuerte lateral para proteger la puerta y los vanos principales, y en alto conserva dos balconadas con estructura de madera, que le confieren cierto sabor. El acceso, de medio punto, tiene un corazón labrado en la clave, acompañado de la fecha 1746. Un tercer edificio repite los planteamientos reseñados, aunque son dos los contrafuertes que enmarcan la fachada, y entre ellos corre en alto una hermosa balconada. El tratamiento mural es el mismo de las dos anteriores.

Este último modelo de casa con contrafuertes y balconada superior lo vemos repetido en otro edificio situado justo ante la iglesia. En este caso, además, sobre el acceso, de medio punto, se ve una inscripción que reza: "ESTA CASA SE HIZO/ SIENDO DUEÑOS/ JUAN MARTIN RI-/ PA Y ESTEFANIA GA-/ RAICOECHEA AÑO 1844".

Una amplia explanada divide a partir de la iglesia el casco urbano, y en ella encontramos una fuente con larga aska de abrevar. Luce la fecha de 1987, que sin duda obedece a una restauración. A un lado hay un edificio remozado que repite características ya reseñadas, aunque es sin duda moderno, e incorpora una viva policromía en los enmarques, imitando el despiece de sillares.

Más arriba un alineamiento de casas conforma una embrionaria calle, que recibe el nombre de San Miguel. Los edificios aquí situados repiten en general un mismo formato, con tres alturas y fachada paralela al caballete, disponiendo la fachada en uno de los lados cortos de la planta. En cuanto al tratamiento mural, sin duda era común a todas el enlucido de los muros, con las excepciones habituales, aunque hoy en día el revoque falta en algunas de ellas, bien por el estado de conservación deficiente o por la realización de intervenciones extemporáneas. La casa que abre la calle, precisamente, ha visto eliminar los revoques y agrandar los vanos en obras recientes. Sigue otro bloque similar, en precario estado de conservación, con una balconada muy perdida en alto y acceso de medio punto. A continuación, la casa Gartzunenea ha sido remozada, pero mantiene mejor sus características originales, incluyendo el enlucido parcial del muro y una balconada en alto. Sigue la casa Bernarterena, y termina la calle con las casas Domingorena y Gillentrorena. La primera de ellas es un magnífico ejemplo de arquitectura tradicional, y mantiene además un buen estado de conservación. Conforme a lo antes descrito, presenta fachada en uno de los lados cortos de la planta, y va enmarcada por dos contrafuertes, presentando tres alturas y tejado a doble vertiente con amplio alero. El tratamiento mural es también el tradicional, y la puerta de medio punto. En alto, una hermosa balconada de madera atraviesa la fachada apeando en los contrafuertes citados. Una inscripción informa de la fecha: 1833. La casa Gillentrorena sigue miméticamente las características reseñadas, aunque su planta se hubo de adaptar al desnivel del terreno. Tras ella, un viejo lavadero, en mal estado de conservación, cierra la calle San Miguel y el propio casco urbano por este lado.

Parroquia de San Miguel. Se trata de una fábrica sin duda medieval en origen, aunque profundamente reformada en el siglo XVIII. La planta consta de una única nave, dividida en cinco tramos iguales, de los cuales el último ejerce como cabecera, rematada en estero recto. El acceso se practica por el lado de la Epístola, en su tercer tramo, y la sacristía es una estancia de planta rectangular adosada a la cabecera, con una antesacristía alargada que comunica con la nave a través de un acceso abierto en el muro del Evangelio. Los muros son de mampostería concertada y sillarejo, y se perforan, por el lado de la Epístola, con dos ventanas de medio punto y una recta. A los pies de la nave se localiza un coro de madera. El templo se cubre con cinco tramos de bóveda de lunetos de tradición barroca, mientras que la sacristía recibe una bóveda de cañón.

Al exterior destacaremos en primer lugar la torre, que consta de un fuste liso de mampostería, menos en el lado que apea sobre la nave, que luce entramado de madera y que presenta vanos para las campanas, modo en el que se aligeran los empujes. Se cubre con tejado a cuatro vertientes. La puerta va cobijada por un pórtico con estructura de madera y que descansa sobre pilares pétreos. El acceso propiamente dicho es un medio punto muy simple.

La nave va presidida por un retablo romanista, datable en la segunda mitad del siglo XVI y atribuido al círculo de Miguel de Espinal. Su arquitectura consta de banco, dos cuerpos repartidos en tres calles más dos entrecalles, y ático rematado por frontón triangular entre aletones. Se articula mediante columnas jónicas, y muestra un sagrario moderno que sustituyó al original. En cuanto a la iconografía, alternan las figuras de bulto de las calles con los relieves de las entrecalles. En el primer cuerpo distinguimos un Santo Obispo, San Roque, y otros dos obispos de identificación problemática. En el segundo piso San Esteban, Santa Bárbara, San Miguel matando al dragón, que es la imagen titular del templo, San Sebastián y San Lorenzo. En el ático figura el Crucificado entre San Pedro y San Pablo.

Cerca del retablo se venera una imagen de bulto redondo de la Virgen con el Niño, romanista también pero de un estilo algo más arcaico y popular, y en el muro de la Epístola se puede encontrar una talla barroca de Santa Bárbara. En la sacristía, por último, hay alguna pieza de platería.

  • CARO BAROJA, J. La casa en Navarra, Pamplona. Vol. II, C.A.N. 1982, p. 294.
  • GARCÍA GAÍNZA, M.C. (et. al.). Catálogo Monumental de Navarra, vol. V*, Merindad de Pamplona, Adiós-Huarte Araquil. Pamplona: Gobierno de Navarra, Arzobispado de Pamplona, Universidad de Navarra, 1994, pp. 73-74.
  • LACARRA DUCAY, Mª Carmen (et. al.). Navarra, guía y mapa. Estella: C.A.N. 1983, p. 139.
  • MENÉNDEZ PIDAL, Faustino; MARTINENA, Juan José. Libro de Armería del Reino de Navarra. Pamplona: Gobierno de Navarra, 2001, p. 159.

JAS 2011.