Lexikoa

DECORACION

Acción y efecto de decorar o adornar. Apaintze (c..), apaindura (c..), apainketa (B, G), edertze (c), edertatze (H.), ederztatze (L), edertzapen, ederztadura (Duv.), berregintze, berregintza (H.).

Cosa que decora, apaingarri (c), apaindura (c..), apaingailu (AN, L, BN), apaingai (Hirb.), edergarri (c), edergailu (L, BN, S), edergaillu (G), edermen (S), edergai (H., Hb.), ederdura (H.), xingola (H.).

Teatro, conjunto de telones, bambalinas y trastos con que se compone la escena para las representaciones teatrales, apaingai, apaingarri, aldagai, aldagarri, ostillapen, ostillamendu.

Diccionario Auñamendi

Decoración urbana.
El edificio civil (rural o urbano) o el eclesiástico apenas difiere del que encontramos en el resto de la Europa Atlántida a la que Euskalerria en gran parte pertenece. Las líneas generales de esta decoración han sido descritas en arts. tales como ARTE y ARQUITECTURA a las que remitimos al lector interesado. En cuanto a los menudos detalles que ornamentaron el interior y la fachada de nuestro hogar medio burgués, puede decirse que hallaron en Bayona su expresión más acabada, como se colige por la descripción de Duceré en su "D. H. de B.", arts. Decoration y Façade: "Durante la Edad Media, el oro, la plata, el hierro, el marfil y la madera se transforman en mil muebles pequeños de los que encontramos frecuente noticia en los inventarios. Esta importante policromía que caracterizaba las épocas anteriores, desaparece en el Renacimiento. En esta época se deja de pintar y de dorar las vigas salientes de los techos o de las paredes de las murallas, los muros se cubren de un blanco soso, realzado por almocárabes de plata y oro. En el siglo XVII la decoración se hizo recargada. Con el siglo de Luis XIV, una especie de majestad se introdujo en las casas, y las pocas que existían aún en el siglo pasado hubiesen sido insuficientes para conocer el estilo en sus líneas generales, si no hubiésemos podido concebirlas de la manera más precisa, gracias a inventarios muy detallados de esta época. Uno de tos signos más curiosos de este cambio es que les chimeneas son más pequeñas; pierden sus amplias campanas y se empieza a construirlas encajadas en ventanales -chimeneas à glaces-. Fueron muy comunes.Rara era la casa bayonesa en que no había una o varias. Las puertas se ajustan bajo pequeños recuadros, los entrepaños proliferan limitando los huecos luminosos; los muros se adornan con trabajos de madera. Pero en el siglo siguiente las líneas graciosas de la época de Luis XIV comienzan a tornearse y se hacen huidizas, hasta volver a revestir, por fin, bajo Luis XVI, una forma más antigua, aunque más de acuerdo con la lógica de las reglas severas de la ornamentación. Lo que contribuyó a esta decoración interior, son los muebles de los que hablamos antes, los tapices, las colgaduras, los grabados, los cristales, los revestimientos de madera, los cuadros y una cantidad de pequeños objetos que colgaban de las paredes. Cada uno podrá ser visto en su lugar, lo mismo que las armas y las armaduras, que contribuían a la decoración de las casas. Las fachadas de las casas del siglo XVI, que existían todavía en el siglo pasado, presentaban casi todas un mismo sello. Las maderas de construcción colocadas en aspa, estaban pintadas de vivos colores. El número de ventanas era de dos o tres en cada piso; dos grandes y una más pequeña que alumbraba un recinto muy estrecho. El primer piso formaba además, un ligero saledizo que reposaba en vigas salientes, o en modillones de hierro forjado; sin embargo, este saliente que, en la Edad Media, era lo bastante pronunciado para dar lugar a la formación de los arcos, disminuyó poco a poco y acabó reemplazado por anchos tejadillos de madera multicolor. Había además, como en otras épocas, bancos de piedra y de madera ante las casas, con la ventaja de servir de descanso a los habitantes y de apoyo para los caballeros."

Decoración popular.

Ver ARTE POPULAR, ARQUITECTURA POPULAR, DIBUJO, etc,

Ainhoa AROZAMENA AYALA