Kulturalak

Bizkaiko Ikastolen Elkartea

Bizkaiko Ikastolen Elkartea, la Federación de Ikastolas de Bizkaia, se constituyó como una Cooperativa de Servicios para dar respuesta a cuantas problemáticas, no sólo educativas, existían en la vida de las ikastolas en Bizkaia.

Fue en la década de los sesenta, salvo alguna excepción, cuando dio comienzo la creación de las ikastolas en Bizkaia y, pronto, la mayoría de ellas comenzó a reunirse con el fin de dar respuesta a los problemas, de legalización, pedagógicos, material didáctico, organización de colonias de verano, edificaciones y cuantos asuntos se planteasen.

Estas ikastolas se reunían periódicamente en el convento de los pasionistas en Euba, por lo que se les conoció como el "Grupo Euba". Fueron muchas las aportaciones que se hicieron.

Una fecha importante en la vida de las ikastolas, fue la del 6 de agosto de 1970, día en el que entró en vigor, la Ley General de Educación y Financiación de la Reforma Educativa, la conocida vulgarmente como "Ley Villar Palasí". Esta ley establecía las "normas mínimas" que debían reunir todos los centros docentes en cuanto a condiciones materiales de espacio, de instalaciones, condiciones sanitarias, de servicios generales, profesorado, alumnado, condiciones pedagógicas, etc.

Estos requerimientos hacían insostenible la situación en los locales, en los que, con gran espíritu de sacrificio, impartían la enseñanza las ikastolas. Estos locales no reunían siquiera las mínimas condiciones de habitabilidad y, por supuesto, distaban mucho de lo exigido por el Ministerio. Estos problemas y carencias se agravaron a medida que evolucionó la ikastola. De hecho, comenzaron a tener problemas con el "sellado de las cartillas", dado que no estaban legalizadas.

Esta circunstancia de las cartillas escolares fue solucionándose, pidiendo favores, mayoritariamente, a los colegios privados de la zona, que daban a la Delegación de Educación la relación de los alumnos de las ikastolas como si estuvieran recibiendo la enseñanza en sus centros.

Con aquella situación y con la panorámica que se avecinaba a partir de la nueva Ley se planteaba un dilema: continuar o desaparecer.

Como cabe suponer, la respuesta fue continuar. Inmediatamente se comenzaron las gestiones para buscar las condiciones idóneas que hicieran posible el desarrollo de la ikastola.

A este grave problema surgido desde el exterior, en esa misma época se inicia un ataque desde el interior de las ikastolas, planteándose en las mismas problemas ideológicos y lingüísticos. Estos conflictos causaron mucho daño, dando lugar a la ruptura de ikastolas.

Se plantearon problemas tales como la enseñanza o no de la religión en el horario escolar, la utilización como idioma de comunicación en la ikastola del euskara "batua" o el "bizkaiera", se acusó a las andereños de educar el "amor libre", etc.

Dado que la ikastola era un elemento vivo, activo, dinámico e incardinado en la vida socio¬cultural de Euskal Herria, se convertía en un elemento vital en todo el proceso de transformación democrática. Así pues, era en la ikastola donde se reflejaban todos estos problemas existentes no sólo en la ikastola, sino en la sociedad, dando paso a múltiples debates.

Estos problemas pronto clarificaron la vida en las ikastolas, aunque esto provocó que los frailes pasionistas negaran la posibilidad de reunirse al "Grupo Euba" en sus instalaciones. Esto provocó pronto un largo éxodo que dió paso a la paralización del mismo.

Tras este periplo, fue alrededor del año 1975, en "la Fonda" del municipio de Otxandio, en una fecha que no se puede precisar, cuando de manera casi clandestina, se reunió un grupo de personas, entre las que se encontraban Edur Zabala de la Ikastola Egunsentia (Ondarroa), Antton Alberdi de la ikastola Krutziaga (Durango), Javi Zuluaga y Txetxu Aurrekoetxea de la ikastola Altzaga (Erandio-Leioa) y Joseba Arrieta de la ikastola Karmelo (Santutxu), dando con ello comienzo a la creación de Bizkaiko Ikastolen Elkartea.

Los allí reunidos se propusieron la creación de una Federación de Ikastolas en Bizkaia, lo que se consiguió a finales del año 1976. Su mirada estaba, sin embargo, puesta en el horizonte, pues su objetivo era poder establecer un órgano de coordinación superior donde aglutinar a todas las ikastolas de Euskal Herria.

La personalidad jurídica adoptada para la Asociación fue la de Cooperativa, denominándose Bizkaiko Ikastolen Elkartea-BIE. Su objetivo social contempla "el establecimiento de servicios pedagógicos, preparación de material didáctico, elaboración de métodos y programas de enseñanza, para una mejor formación integral de los alumnos de las ikastolas asociadas".

Asimismo, "procede el establecimiento y organización de forma mancomunada, de cuantos servicios, cursillos de formación de profesorado, etc., contribuyan a la promoción y desarrollo de la enseñanza y de las actividades ínter escolares de carácter cultural y deportivo".