Cinematográficas

Salto al vacío

Impactante debut en el campo del largometraje del director Daniel Calparsoro. La película fue una coproducción entre Siurell P.C., Fernando Colomo P.C. y Yumping Films fechada en 1995.

Daniel Calparsoro escribió un guión que vendió a Canal Plus por treinta millones de pesetas. Con esta precaria base financiera se embarcó, en septiembre de 1994, unido a una treintena de personas dispuestas a trabajar gratis, a rodar su primer largometraje. No es de extrañar que éste lleve como título Salto al vacío. De entrada la factura general de la película denota la insuficiencia de la producción, aunque esta imagen que transmite el film es engañosa. El propio director de fotografía Kiko de la Rica destacaba en un programa televisivo las evidentes carencias a la hora del rodaje, llegando a calificar Salto al vacío de "película guerrillera". Pero señalaba también que esa estética sucia del film, tan típica del cine independiente, en muchas ocasiones era producto de un acto deliberado. En Salto al vacío Calparsoro cuenta la historia de Alex, papel interpretado por la actriz Najwa Nimri, una joven que mantiene a su familia con la venta de drogas y que vive encerrada en un paisaje desolado y sórdido, esperando siempre encontrar en algún perdido rincón un poco de ternura.

Las primeras escenas de la película, el viaje en coche de la pandilla de Alex con el policía atado hasta llegar al vertedero donde lo matan, es una clara muestra de todo lo bueno y lo malo que tiene este primer trabajo de Calparsoro. Unos diálogos que en principio recogen con verismo el habla de una juventud marginal al límite pero que a fuerza de exceso caen en la pobreza, una gran dirección de actores y un talento inusual para fascinar -la ejecución del policía- al espectador con un cine de gran calidad. A la brillante resolución de la escena de violencia le sigue otra escena en la que Alex clama, "mierda, mierda, mierda, qué hostias hago yo entre tanta mierda", mientras camina sin rumbo rodeada de bolsas de basura por todas partes, uniendo de esta manera, de un modo extraño y sugerente, poesía y violencia. El ritmo de la película, muchas veces la trama se capta cámara en mano, forma un vertiginoso remolino de imágenes que implican al espectador directamente con lo que se está contando. Con dureza, rapidez y contundencia, el director vasco no da un respiro a Alex, ni a sus compañeros de infierno, ni al espectador. Calparsoro presentó Salto al vacío en la sección Panorama del Festival de Berlín y declaró a la prensa especializada que no había hecho "sino un retrato del Oeste en las ciudades industriales en decadencia", en referencia a los paisajes de Sestao con las ruinas de los Altos Hornos que sirvieron de localización a la película.

La crítica y el público aplaudieron la propuesta del cineasta y el éxito se prolongó más tarde tras su estreno en Euskal Herria y en el estado español. Después llegaron los premios. La película logró, por ejemplo, una mención del Jurado en el Festival de Bogotá. Además Najwa Nimri, gracias a su excelente interpretación, obtuvo diversos galardones; el premio a la Mejor Actriz en el Festival de Ginebra (1995), el premio a la Mejor Actriz Europea Revelación en el Festival de Moscú (1995), el premio a la Joven Promesa en el Festival de Angers (1995), el premio a la Mejor Actriz Vasca del diario "El Mundo" (1995) y el Premio a la Mejor Interpretación Femenina del Festival de Cinema Jove (1995). El cine vasco volvía a sorprender en los noventa con la aparición de otro director de talento.