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SALINILLAS DE BURADÓN

Iglesia parroquial de la Purísima Concepción, de grandes proporciones. Edificio realizado a mediados del s. XVI; buena y elevada torre levantada en piedra de sillar, con un primer cuerpo cuadrado en planta y un segundo, el de campanas, ochavado; remata con cúpula y linterna de línea barroca, obra de José Mendía; fue inaugurado en 1675; junto a él se encuentra el pórtico, excelente, abierto por tres buenos arcos de medio punto, que cabalgan sobre tres pilares realizados en piedra; en la parte alta de su pared externa, una hornacina en la que se alberga una talla de piedra de la Virgen titular del templo, que data de mediados del s. XVII; la portada es de estilo renacentista. Planta rectangular de una sola nave con dos capillas adosadas a ambos lados de la misma, y ábside que presenta forma poligonal; se cubre el conjunto con bóvedas de estilo gótico bastante avanzado; sobre el tramo inferior del templo, coro sostenido por un gran arco escarzano, con buena sillería rococó decorada con excelentes relieves; el retablo central fue realizado en 1775 por Francisco Sabando y dorado unos años más tarde, en 1790, por Santiago de Zuazu. Pertenece también al arte rococó; presenta sobre el sagrario, una buena talla de la Purísima y a ambos lados, las de San Andrés y San Pedro, también de buena ejecución; mención especial merecen dos buenos relieves que decoran el bancal, con escenas de la adoración de los Magos y de los pastores; las dos capillas laterales, renacentistas, están dedicadas a Nuestra Señora del Rosario, al lado del Evangelio, y el Crucificado en el de la Epístola; hay que destacar la excelente talla de éste último, sobre un fondo pintado, de gran fuerza expresiva y dramatismo; en este mismo lateral puede observarse asimismo otra capilla de ejecución posterior (año 1676), presidida por una imagen de Nuestra Señora de la Soledad, obra de Bernardo de Elcarreta, igual que la de Cristo con la cruz, del mismo retablo. Además de estas tres capillas, pueden apreciarse en los muros laterales sendos retablos dedicados a San Roque y las Animas, decorado éste último con un lienzo de las almas de Purgatorio protegidas por la Virgen del Carmen, obra de José de Rizi Rey; mención especial merecen también, en los costados del altar central, dos magníficos sepulcros, seguramente de principios del s. XVII, con esculturas yacentes de excelente talla que representan a los condes de Oñate: Don Pedro Vélez de Guevara y su esposa Doña Juana de Acuña; están consideradas entre las mejores tumbas que se conservan en la provincia; por lo demás sería interminable la relación que podría hacerse de los elementos dignos de consideración que pueden admirarse en este templo; por no nombrar más que alguno, citaremos un ostensorio gótico, seguramente del s. XV, muy interesante por su decoración, con tres imágenes (la Virgen y dos apóstoles) en la parte superior y a los lados del óvalo destinado a contener la sagrada forma; de incalculable valor es también otra custodia de gran tamaño, realizada en oro y plata con incrustaciones de piedras preciosas, de casi cinco kilos de peso. Ermita de San José. Año 1648; edificación de mampostería rectangular en planta; en el interior se venera la imagen de la Sagrada Familia en un altar churrigueresco. Ermita rural de San Miguel; construcción de mampostería; la planta es de forma cuadrada y en su interior presenta, en un altar de época barroca la imagen del santo. Ermita desaparecida a principios del siglo pasado, dedicada a San Mamés. Ermita de San Juan Bautista que desapareció también a primeros del s. XIX. Antigua ermita dedicada a San Cristóbal, que para finales del XVIII, había quedado en ruinas. Ermita de San Martín, cuya imagen, al desaparecer aquélla, fue trasladada a la parroquia del lugar. Ermita desaparecida de San Antonio Abad, cuya existencia se conoció hasta principios del siglo pasado. Ermita arruinada que guardaba en su interior la imagen de Nuestra Señora de Barrio. Hospital de Santa Ana, fundado en 1436 por el señor López de Ayala y su esposa, que hoy ha cesado en su cometido. Ermita de San Torcuato; perdida. Ermita dedicada a Santiago, que a finales del s. XVIII ya había desaparecido. Respecto a la arquitectura civil, destaca el palacio de Oñate, en la plaza Mayor. Se trata de un edificio cuadrado, fechable hacia 1600, bajorenaciente; engloba entre sus muros la primitiva torre señorial de Salinillas, defensa de sus murallas. Es un torreón rectangular de los ss. XIII-XIV y como el palacio, prácticamente derruido; construcción de sillería de 9,90 por 7,30 m., con muros de 1,50 m. de grosor. Conserva una saetera de 1,75 m. de altura, rematada por arco; también, restos de otras defensas, un ventanal apuntado, modillones y machinales para apeo de la viguería. Perteneció este conjunto señorial a la casa de Sarmiento, pasando a la de Ayala y posteriormente a la de Guevara, siendo ésta última familia, condal de Oñate, la que ha dado nombre al conjunto. Destacan varias de sus casas: el edificio de la plaza la Iglesia s/n es del s. XIX con entramado de madera relleno de adobe y cerámica el exterior, alero de canes de madera y tejado a una y dos aguas, puerta adintelada y soportales en la planta baja; varios edificios de la plaza de Oriente de los ss. XVIII o XIX, su exterior es de mampostería y de entramado de madera con relleno de adobe, los tejados son a dos aguas y los aleros poco salientes y con canes de madera, accesos adintelados y balcones rasantes con barandilla de madera, en sus plantas bajas albergan soportales; el de Los Laureles n.° 3 construído entre los ss. XVIII y XIX contiene tres plantas y su exterior es de mampostería y ladrillo, atrevido voladizo de canes y madera sostiene tejado a dos aguas, puerta adintelada y balcón rasante con barandilla de madera y galería en el piso superior; el de Los Laureles n.° 7 construido probablemente hacia finales del s. XV, su exterior es de mampostería y cal, el tejado a dos aguas y el alero de canes de madera, puerta en arco apuntado, anteriormente se le denominaba Casa-Hospital de Santa Ana por albergar a los pobres: el de Los Laureles s/n levantado en el s. XVI y cuyo exterior es de sillería, tejado a dos aguas y alero poco volado con canes de madera bien laboradas, puerta adinte lada y escudo de los Montoya en el exterior; el de Los Adobes s/n del s. XVIII y construido en sillarejo, tejado a dos aguas, se asienta sobre alero de canes de madera bien laborados, la puerta adintelada y dos balcones volados con cartelas y barandillas de hierro, escudo en el exterior; el de la calle Mayor n.° 8 consta de tres plantas y está edificado entre los ss. XVIII y XIX, su exterior es de sillería y el tejado a tres aguas, la puerta adintelada y cuenta con numerosos balcones rasantes, todos ellos con barandillas de hierro, atrevido voladizo de canes de madera, muy bien laborados; el de la calle Mayor n.° 6, construído en el s. XVIII y que consta de tres plantas y el exterior de sillería, atrevido alero con canes de madera bien trabajados soportando tejado a dos aguas, puerta acodillada y adintelada, balcones con barandillas de hierro, en el exterior el escudo de los Areta; el de la calle Mayor n.° 4, construido en el s. XVIII en sillería, el tejado es a dos aguas y la puerta adintelada, balcón corrido con cartelas y barandillas de hierro, escudo en el exterior y un atrevido alero con los canes de madera; el de la calle del Caño s/n del s. XVIII cuyo exterior es de sillarejo, el tejado a dos aguas y la puerta adintelada, balcón poco volado con barandilla de madera, escudo en el exterior; el de Los Caños del s. XVIII de tres plantas, la puerta es adintelada y el tejado a dos aguas, el exterior es de sillarejo y cal, el alero de canes de madera sin talla, escudo exterior. [Ref. V. P. M. y J. A. B. L.: «I. A. R. A»]. Salinillas está rodeada en su práctica totalidad por una cerca medieval; con muralla de mampostería ordinaria de los ss. XIII y XIV. Varias partes de ésta fueron usadas para otras edificaciones. Se abren en ella dos puertas en arco; la del N. enfila hacia la Sierra, la del S. hacia el camino real de La Rioja. Modernamente reconstruidas. La estructura urbana de Salinillas corresponde a una «puebla» de los ss. XVI-XVII, heredera a su vez de importante plaza militar y comercial que fue durante toda la Edad Media. El recinto amurallado de Salinillas fue declarado Monumento Nacional de Euskadi el 6 de julio de 1983.

Ainhoa AROZAMENA AYALA