Concepto

Revolución Francesa

Los hechos que sucederán el 10 de agosto cambiarán el panorama político. La asamblea constituyente se verá obligada a tomar ciertas medidas: le quita los poderes al rey y lo detiene en el palacio de Luxemburgo; el pueblo elegirá una Convención Nacional y ésta será la encargada de redactar una nueva Constitución, que creará nuevas instituciones y decidirá sobre el futuro del rey. Los ministros monárquicos (Feuillants) son expulsados de la Convención Nacional que está compuesta por Girondinos y Montañeses. En un principio los Girondinos son mayoría y tratan de evitar el juicio contra el rey. Los Girondinos cuentan con el apoyo de la burguesía provincial y de los moderados; los Montañeses tienen el apoyo de los Sans-Culotte. Los Montañeses se mantienen firmes en su intención de juzgar al rey; finalmente consiguen condenarlo por traición y la pena a aplicar es la muerte. El rey es guillotinado el 21 de enero de 1793. La reina el 16 de octubre.

Europa no ve con buenos ojos lo que está sucediendo en Francia. A consecuencia de ello, los reyes europeos crean una coalición en febrero 1793. Para hacer frente a la misma, la Convención envía a 300.000 hombres a defender las fronteras. Muchos ciudadanos se niegan a esto y habrá resistencia frente a las medidas revolucionarias. La represión será muy dura y todo el que es tomado por contrarrevolucionario será puesto fuera de la ley y ejecutado. Se crean revueltas campesinas en Alsacia, Bretaña y otros lugares. El enfrentamiento más duro entre revolucionarios y contrarrevolucionarios tendrá lugar en la provincia de Vendée, donde nobles, curas que no han firmado y campesinos se levantan unidos contra el nuevo régimen.

Los enfrentamientos entre Girondinos y Montañeses son cada vez más notorios, y se extienden por toda Francia. La discusión se centra en torno a la forma de organizar el poder, pero lo que subyace en el fondo es la lucha por el poder. Además, ante las derrotas en la guerra y la subida de los precios, los Sans-Culottes organizan un levantamiento a finales de mayo de 1793. Los Montañeses aprovechan esto para tomar el poder en París, aunque los Girondinos todavía tienen fuerza en varias provincias. La convención queda en manos de los Montañeses, que el 24 de junio de 1793 aceptan una nueva constitución. Esta nueva constitución da más poder a las asambleas municipales, pero no conseguirá ponerse en funcionamiento debido a la inestabilidad existente. El mayor poder ejecutivo nombrado por la Convención será el Comité de la Salud Pública. Tiene capacidad de crear leyes, hacerlas cumplir y nombrar funcionarios. En un principio será Danton el jefe del comité, más tarde será Robespierre. En la misma fecha se crea también el calendario republicano.

Las ideas radicales van fortaleciéndose mediante la prensa y la propaganda y se crean nuevas tendencias. Algunas tendencias reivindican la participación de la mujer en política, pero esta reivindicación no se hará importante hasta el siglo XIX. Los núcleos católicos sufren ataques, algunos curas son ejecutados, las iglesias destruidas. La mayoría de los ataques son perpetrados por los Sans-Culottes, pero no tienen la misma intensidad en todos los sitios. La nueva cultura política cambia la sociedad. Se impone una cultura política moralizadora, que defiende la igualdad y justifica con facilidad la violencia contra los enemigos de la revolución. De hecho, los Montañeses tomarán medidas de excepción para hacer frente a los contrarrevolucionarios dando paso a la denominada época del Terror, que tendrá incluso protección jurídica. El radical Jacques-René Hébert consigue el apoyo de los Sans-Culottes, y la tendencia de los Herbertistas se hace fuerte rápidamente y toma el control de la Convención.

Al mismo tiempo el alzamiento de Vendée, nombrado anteriormente, se extiende hacia el oeste con fuerza. Además de los monárquicos, los Girondinos, que han sido expulsados de la Convención, organizan también alzamientos contra el gobierno de París. Por otra parte, los ejercitos de las monarquías exteriores van fortaleciéndose y se convierten en una amenaza en las fronteras, el ejercito de Francia, Piemonte, Prusia, Austria e Inglaterra avanzan.

La guerra por un lado y el gobierno del Terror por otro tendrán como consecuencia actitudes y políticas violentas. Entre diciembre de 1793 y febrero de 1794 fueron asesinadas miles de personas en Nantes, Lyon, Toulon y Nimes. 37.00 personas, fueron encarceladas y alrededor de 30 mil alsacianos huyeron a Alemania. En Euskal Herria miles de personas son deportadas porque hay sospechas de que han actuado a favor de España.

Las consignas de la revolución justifican esas medidas de excepción: se estigmatizan y se ponen fuera de la ley a los adversarios políticos. Robespierre tomará medidas para obstruir la influencia de los Montañeses radicales y de los Herbertistas. Llevará a votación la libertad de culto, seguramente con la intención de apaciguar el ambiente. Pero acumula todo el poder a su alrededor y el 4 de diciembre de 1793 da a la Convención la dirección total de la revolución. Pone en marcha un gobierno de excepción y éste limita toda iniciativa local. Junto a ello la Convención y el Comité de salud Público recuperan sus funciones. Mediante el Juzgado Revolucionario de París, consigue controlar el poder judicial y pone en marcha, con apoyo judicial, el gran terror. Simplifica los procesos judiciales por decreto y acelera las ejecuciones. Manda a la guillotina a Herbert, partidario de mantener la revolución; o a Danton, moderado de derechas. En pocas semanas 1.400 personas son ejecutadas. La política se convierte en moralista y, además de las acciones, se condenan las intenciones y se amplía la definición de Contrarrevolucionario. Un idioma, por ejemplo, se convierte en contrarrevolucionario, caso del bretón, el euskera o el alsaciano.

Robespierre tiene cada vez mas enemigos entre los miembros de la Convención y los políticos de París. Se extienden los rumores de que quiere acumular todo el poder en su persona, y los Sans-Culottes son apartados de los debates. Las intrigas se generalizan y Robespierre es acusado de contrarrevolucionario. Aprovechando que se retira unas semanas de la vida política sus adversarios se organizan en su contra. En una discusión en la Convención, Robespierre habla contra políticos a los que no quiere nombrar y amenaza con hacer una nueva limpieza. Queda en minoría, es denunciado y detenido. El día siguiente, 28 de julio (Termidor 10, según el calendario republicano) es guillotinado junto a varios de sus partidarios. Con esto se da por terminada la época del terror.

Muchos Girondinos que estaban en la clandestinidad regresan y junto a algunos moderados y Montañeses controlan la Convención. El poder está centralizado y las fuerzas armadas bajo control. La situación económica sigue siendo mala y la desilusión con la revolución es importante en la clase social. Se utiliza la figura de Robespierre para culpabilizarle de todo mientras los monárquicos y el clero se van fortaleciendo. Los contrarrevolucionarios organizan levantamientos. A finales de 1794 la Revolución pone en marcha una política de conciliación con los monárquicos y los moderados, lo que conlleva el fortalecimiento de núcleos favorables al Antiguo Régimen. Al mismo tiempo los Montañeses radicales y los Sans-Culottes siguen con las reivindicaciones sociales, a lo que la Convención responde poniéndoles enfrente a la armada.

La nueva Constitución es aprobada por la Convención el 17 de agosto de 1795, y en septiembre el pueblo la refrenda. Se acuerda un sistema legislativo bicameral compuesto por: el Consejo de los Quinientos y el Consejo de Ancianos. El poder ejecutivo estará en manos de un Directorio compuesto por cinco directores. El 26 de septiembre se pone en marcha el nuevo régimen denominado Directorio (Directoire en francés). Este sistema impide que vuelva el terror y debilita a los monárquicos. Aunque sigan existiendo importantes núcleos monárquicos en Francia, no conseguirán reactivar el enfado de la población.

A partir de 1795 Francia se sumerge en una transformación general. Se reorganiza el sistema escolar y el sanitario. La economía está en una grave situación debido a una mala política de gestión. Siguen las fuertes discusiones entre monárquicos y liberales en el Directorio y la guerra contra Austria e Inglaterra continua. Pero Bonaparte vence a Austria en Italia y eso hace que ingrese dinero en las arcas francesas.

En las elecciones de 1797 la subida de los Monárquicos es importante. Pero en el Directorio 3 de los 5 directores son republicanos. Asustados por la subida de los monárquicos, los republicanos organizan un golpe de estado con ayuda del ejército que está en Italia (cuyo jefe es Bonaparte). 53 diputados y dos directores son deportados. En 1798 los jacobinos ganan las elecciones pero los moderados siguen en el poder aunque sin legitimidad. Además, diferentes fuerzas políticas desestabilizan el Directorio.

Las guerras en Europa dan paso a repúblicas en Italia, Suiza y Holanda. Francia consigue esto gracias al apoyo de los nacionalismos autóctonos, pero pronto se ve obligada a utilizar la fuerza para hacer frente al enfado que crea la ocupación. Mientras, Inglaterra toma ventaja en el terreno marítimo. Con la intención de debilitar a Inglaterra (cortando la vía hacia las Indias) pero también para reforzar su figura, Bonaparte emprende una expedición a Egipto, pero fracasa. Al mismo tiempo, Turquía, Inglaterra, Austria, Rusia y Nápoles crean una nueva coalición contra Francia. En Bélgica, Suiza, Italia y Holanda hay alzamientos. En Francia se refuerza la contrarrevolución y los monárquicos preparan la toma del poder junto a las monarquías exteriores. En 1799 Francia consigue hacer retroceder a las armadas de Rusia e Inglaterra. La guerra acaba mediante negociaciones.

En noviembre de 1799 el revolucionario moderado Seyès, que quiere cambiar la constitución e impulsar reformas, es nombrado miembro del Directorio. Para lograr sus objetivos, nombra miembros del Directorio a tres de sus partidarios, pero considera que hay que organizar un golpe de estado. Para ello tendrá ayuda de Bonaparte, quien utilizará la iniciativa para hacerse con el poder. Después del golpe de estado se pondrá en marcha un régimen político denominado Consulado, que estará compuesto por tres miembros. El propio Napoleón se nombrará a sí mismo como Cónsul Mayor. Con esta acción se da por finalizada la Revolución.