Santuarios

NUESTRA SEÑORA DEL PUY

Célebre santuario mariano navarro, en Estella, en el barrio primitivo de Lizarra. La leyenda de su fundación y de la aparición de la Virgen (1085) está relacionada con la repoblación de francos y fundación de la nueva Estella por Sancho Ramírez (1090). Debe su nombre, de clara tradición franca, a la eminencia donde se asienta; devoción «importada» de Nuestra Señora de Rocamadour (Quercy) a través del Camino de Santiago. Las primeras citas históricas documentadas son de mediados del s. XII; en 1174 el obispo de Pamplona Pedro de París, concede a «los Sesenta Cofrades de Estella, llamados Cofrades de Santiago» la iglesia de Nuestra Señora del Puy con derecho a elegir capellán propio y ser enterrados en el santuario. El obispo sería a su vez cofrade y protector de la Cofradía e Iglesia. Los períodos de máxima expansión del culto y esplendor de la cofradía declinan a principios del s. XIV; en 1323 y debido a sus disputas con Santa María de Salas, se dispuso su disolución, pasando al patronato de la Corona. Desde mediados del s. XIV los vicarios encargados del Puy pasan a ser intitulados priores. Este priorato fue ocupado por destacadas personalidades. Entre ellas destacan: Perrinet Magdeline; Pierres Godeille (1386-1405), Sancho Sanchiz de Oteiza (1405-1420), Martín de Cemborain (1420-1435); Remiro de Goñi (1435-1451); Juan de Arana; Fernando de Baquedano, quien anexiona el priorato a la iglesia de San Bartolomé de Gollano, a la que se cede también el patronato; Gonzalo de Baquedano (1501); Juan de San Juan (1502-1550); Fermín de San Juan (1555-1587); Martín de la Peña (1588-1630); Francisco Javier de Garro y Xavier (1632-1640); Matías de Rada (1640-1681); Juan Antonio de Echávarri (1681-1691); León de Lezaun y Ollo (1691-1717); Pablo de Lezaun y Alargunsoro (1718-1750); Joaquín de Larrainzar (1750-1793); Joaquín Ganuza (1794-1805); José Antonio de Ventura (1806-1833); José María Arrastia (1854-1895). A partir de este momento, se suceden, a título de capellán, Santiago María Lamana (1895-1898), Tomás Aldaz y Ruiz de Galarreta (1898-1901), Juan Goicoechea y Lacunza (1902-1949), Ramón Nuin Unciti (1950-1954), Javier Garbayo Aramendía (1954-1973) y José Luis Razquin de Miguel (1973). De la primitiva iglesia románica no quedan vestigios. Tampoco se conserva la primitiva imagen titular. Hubo una nueva iglesia en época barroca (s. XVII-XVIII), conservándose todavía algunas de sus dependencias como el pórtico (h. 1783) que precede a la iglesia y los edificios que lo flanquean, de dos plantas, en piedra y ladrillo, así como la verja que sirve de cierre al santuario. El templo se debe al arquitecto pamplonés Víctor Eusa, habiéndose comenzado a edificar en 1930, según un primer proyecto que se sustituyó más tarde (1949) por otro, hasta concluirse las obras en 1951. Tiene planta poligonal de forma romboidal, vestíbulo de acceso en uno de los lados y cabecera macrocéfala estrellada, que alude a las estrellas anunciadoras del lugar en que se encontraba enterrada la imagen. El recinto tiene cubierta ligera de madera, con linterna central hexagonal y amplios ventales que perforan los muros revestidos de ladrillo de su cabecera. La imagen titular, patrona de la ciudad de Estella (que fue coronada canónicamente el 25 de mayo de 1958) es un ejemplo bellísimo de escultura gótica (c. 1300-1320) en la que la influencia francesa de tipo cortesano se suaviza hasta humanizarse entrañablemente, en rasgos y actitudes. Es una talla de notable tamaño (100 cms. de altura) chapeada en plata en la que la Madre se muestra de frente sentada sobre un pequeño escabel con el Niño colocado sobre su rodilla izquierda. El edificio sufrió diversas reparaciones en 1886 y 1944. En el exterior, detrás del ábside, una placa recuerda el fusilamiento de los generales carlistas por Maroto el 18 de febrero de 1839. En el museo del santuario se conserva un arca-oratorio cuya puerta está decorada con pinturas del s. XV, de estilo gótico internacional, fechadas hacia 1415, representando la Anunciación y el Apostolado. La devoción al Puy está muy difundida por Estella y su Merindad. Así, el 9 de mayo acude Artabia con todos los pueblos del valle de Allín. El segundo día de Pentecostés, Abárzuza con su ayuntamiento. La merindad por grupos o pueblos en los días del mes de mayo. Estella sube el 25 de mayo, el primer día de sus fiestas y en la tarde de la víspera. Las «barriadas» dan comienzo con la fiesta del Patrocinio de San José, a partir de la cual todos los sábados sube un barrio de la ciudad para rezar las Vísperas y Salve, y al siguiente día, domingo, honran a la Virgen con una misa. Los sábados se encienden hogueras y se da pan, queso y vino a todo el que acude.
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Xabier LASALLE