Narradores

Navaz Sanz, María del Carmen

Karmele Saint Martín.

Escritora navarra, nacida en Pamplona el 18 de diciembre de 1895 y muerta en San Sebastián en 1989.

Autora de una extensa colección de cuentos y narraciones. Aunque su nombre civil es María del Carmen Navaz Sanz, ha popularizado el pseudónimo Karmele Saint Martín por el que se le conoce literariamente, habiendo dado a conocer narraciones de una gran calidad, gracia y acento personal.

Aunque nació en la capital navarra ha vivido toda su vida adulta en San Sebastián. Comenzó a escribir a muy avanzada edad (1950), a raíz de la muerte de su marido, Rufino San Martín, abogado de profesión. En 1967, primer año en que dio a conocer su obra, se publicaron seis libros de narrativa: Antología de cuentos, Los demonios mudos, Ligeramente negro, Ternura infinita, Después de los milagros (Premio Doncel, de la misma editorial) y Animalitos de Dios. El interés por su obra creativa se acrecienta con la publicación de estos libros y en 1968 recibe el Premio Leopoldo Alas, con el libro Con suave horror, libro publicado con un prólogo del académico y poeta Luis Rosales.

El propio Rosales destaca la originalidad de sus narraciones: "El primero de sus libros de narraciones, Ligeramente negro, tenía acento primerizo, aun cuando no discipular. El que hoy tiene el lector en sus manos es mucho más logrado. La misma diferencia puede verse en algunos de sus relatos. Compárese el primero de ellos, Los rayos paralelos, con Un grave problema. En el primero la expresión es romántica, y como es bien sabido, todo romanticismo presupone una cierta grandilocuencia expresiva. En el segundo, la expresión es realista y, como es bien sabido, el realismo presupone sobriedad y justeza de expresión. Por este segundo camino me parece que ha logrado la autora sus mejores aciertos. El lector juzgará por sí mismo. Mas no quisiera terminar esta presentación sin destacar alguna de las cualidades que considero más relevantes y originales en los escritos de la Vida de San Martín. Como el lector atento habrá observado, llamé a sus libros anteriormente libros de narraciones. En efecto, no son libros de cuentos, ni descripciones de costumbres, ni siquiera relatos: están compuestos por auténticas narraciones. Nos llevaría muy lejos de nuestro tema acentuar o definir en qué consisten estas distintas modalidades, hoy tan en boga, de un mismo género literario. Cada día tiene su afán, y el nuestro, aquí y ahora, es subrayar simplemente que en los escritos de la Vida de San Martín el pulso narrativo prima indudablemente sobre cualquier otro valor. Son narraciones donde campea la imaginación sin perendengues ni florituras. Los considero un ejemplo, en estos tiempos de decadencia imaginativa del relato".

En 1968 publica, a su vez, el libro Señoras de piso (Editorial Alfaguara, Madrid, 2 ediciones), en el que vuelve a mostrar un tono desenfadado, humorístico y vital. Posteriormente publica El servicio (Madrid, 1969), El perro mi lord (1971) y un estudio sobre Hilarión Eslava, por encargo de la diputación de Navarra (1973). La popularidad y aceptación de la obra de Karmele Saint Martín cobra un impulso especial con la publicación de sus cuentos Nosotras las brujas vascas (Txertoa, San Sebastián, 1975), libro que lleva un prólogo de Julio Caro Baroja.

El prologuista, que califica las narraciones de Karmele Saint Martin como "réveries" poéticas, afirma en la introducción: "Sigue, así, una tradición ya vieja en el país y que ha dado lugar a obras de valor muy desigual. Ya en el s. XIX tentó el tema a los "fabricantes de leyendas vascas": tan "walterscottianos" algunos, que poblaban de lagos nuestro país. Dejemos en paz a don José María de Goizueta, a don Juan V. Araquistain, a don Vicente de Arana... Recordemos la Grachina de Campión y La dama de Urtubie, de mi tío Pío. La línea de Karmele Saint-Martín es más bien ésta: o, mejor dicho, la que le dictan las narraciones recogidas por los folkloristas vascos, con Barandiarán en cabeza. No veamos lagos donde no los hay. No fabriquemos más leyendas y falsas historias arcaicas; con Amaya tenemos bastante. Con otras palabras: no falsifiquemos la tradición deliberadamente. Bastante se falsifica ella a sí misma para que la recarguemos con rasgos y notas que no reconocen los más viejos del país; no porque estén olvidadas o enterradas, sino porque aún no existían cuando ellos nacieron. Hay que respetar más el pasado, no someterlo a constantes manipulaciones y extorsiones: cosa difícil en esta época en la que todos parecemos empeñados en cierta empresa de una cerrilidad extraña, de un absolutismo total: La de no demostrar comprensión más que para lo que queda muy cerca, muy en el contorno de uno".

El ritmo narrativo y el candor de la literatura de Nosotras las brujas vascas se acrecienta en Las señoras vascas (Txertoa, 1976), Los rayos paralelos (Madrid, 1977), Nosotros los vascos (Ediciones Vascas, 1978) y Ene, doña Benigna! (Hordago, 1979). Estos dos últimos libros, así como los dedicados a las brujas y seroras, son la muestra de un encuentro de la autora con determinados rasgos, expresiones costumbristas y populares de los vascos, que determinan su personalidad, graciosamente retratada en los cuentos. La filosofía particular de un personaje como la protagonista de las narraciones de Ene, doña Benigna! queda patente en la presentación que de la misma hace la autora: "En conclusión, que si leéis estos relatos, poco a poco os iréis encariñando con esta mujer, ya mayor, insólita, diferente, alegre y sin prejuicios. Pertenece al género con el cual los vascos distinguimos a las de su gremio, nombrándolas de manera intraducible pero acertada, encasillándolas en la palabra chirene".

Karmele Saint Martín ha hecho distintas traducciones del francés como el libro Los vascos en el estuario del San Lorenzo (Editorial Auñamendi, San Sebastián, 1979) y tiene inéditos algunos libros, entre ellos un Diccionario de frases hechas, que explica la minuciosidad y el rigor del tratamiento del lenguaje y el idioma popular de su autora y un libro de Plantas y animales para niños, así como un libro de poemas. A su vez ha colaborado en distintas publicaciones, periódicas o especializadas, como Blanco y Negro, Ya, La Estafeta Literaria, Cuadernos Hispanoamericanos, Mundo Hispánico, Triunfo, La Gaceta Literaria (Lima, Perú), Hogar, La Voz de España, etc.