Políticos y Cargos Públicos

Moro, Gonzalo

Personalidad bajo medieval. Corregidor de Vizcaya, oidor de la Audiencia y veedor de Las Encartaciones y de Guipúzcoa. Ocupó su puesto de corregidor y de veedor a lo largo de treinta y tres años, desde 1394 hasta su muerte en 1427. En el tiempo que duró su mandato las luchas banderizas fueron muy frecuentes, por lo que las intervenciones del corregidor se hicieron necesarias, algunas veces para castigar severamente, aunque las más para hacer treguas y firmar paces. Ante las tropelías que cometían en Vizcaya los distintos linajes en lucha continua y debido a la indefensión en que se encontraba gran parte de la población, Enrique III de Castilla, a petición de los procuradores del Señorío, encargó al doctor Moro la reunión de la Junta General para discutir el Cuaderno de las Ordenanzas de Hermandad, y ver si alguna de aquellas disposiciones atentaba contra el fuero.

De la misma manera encargó el rey al corregidor que como jurisconsulto revisara el contenido de la antigua hermandad (1342) y viera la conveniencia de adoptar algunas de sus disposiciones. Presidió el 6 de julio de 1397 las Juntas que, reunidas en el coro de la iglesia de San Salvador de Guetaria, acordaron las Ordenanzas de Hermandad de la provincia de Guipúzcoa. Fue nombrado por Enrique III alcalde de la villa de Bilbao según consta en la cédula real expedida a este efecto el 22 de julio de 1402, y en 1406 se doctoró en leyes en Zaragoza. A pesar de la creación de la Hermandad y de su cuaderno, de orden puramente judicial, la violencia de la época, y los continuos enfrentamientos entre los parientes mayores, jefes de bandería, impidieron la pacificación de Vizcaya, aun contando con los denodados esfuerzos del corregidor Gonzalo Moro.

Entre sus aportaciones de tipo material o de beneficiencia, podemos señalar la reedificación y la ampliación de la ermita juradera de Santa María la Antigua de Guernica -donde sería enterrado- enfrente de la cual se extendía el Batzartokia, donde se celebraban las Juntas. También a sus expensas levantó un hospital adosado a la susodicha capilla. Ambos edificios desaparecieron en 1828, al construirse el que hoy ocupa su lugar. Ya en el reinado de Juan II de Castilla, ostentó el mando de la escuadra vizcaína en la guerra contra los ingleses y sus aliados laburdinos en 1417. Fue tan expedito en sus procedimientos como nos indica la siguiente nota que copiamos de la Crónica de Ibargüen:

"Este Gonzalo Moro, en avisándole de algunos acotados iba de noche por los caminos y casas y al primero que cogía le colgaba en el primer árbol que se ofrecía; por donde mandó que no se cortasen árboles del todo sin dejar dos ramas en cada uno que decían horca y pendón, para castigar á los malhechores, y hasta hoy dura esta costumbre en Vizcaya".

Conservó su recuerdo un refrán vasco, á propósito del cual escribe don Joaquín Costa, en su original estudio sobre la Poesía popular:

"Han proyectado su sombra las sociedades en los refraneros, así como han ido desfilando por delante de ellos; por eso han dibujado en ellos con asombrosa fidelidad, sobre un fondo sustancial común, debido á la razón universal, cuantos accidentes constituyeron la peculiar individualidad de cada sociedad y la índole de cada civilización. El refrán Gonzalo Moro tati, tati, Gaxtoa gaxtigaetan daki, no pudo ser mucho más duradero que el terror que esparció entre oñacinos y gamboínos el justiciero ministro de Juan II".

Garibay insertó dicho refrán en su colección, traducido así: "Guarte de Gonzalo Moro, que sabe castigar á los malos". La versión literal es: "Gonzalo Moro, tate, tate, sabe castigar al malo". Estuvo casado con la vasca María Ortiz de Ibargüen.