Concejos

LOZA

Urbanismo y construcciones civiles

El pueblo se sitúa en llano, a un lado de la carretera y junto a la vía del ferrocarril. El caserío aparece muy disperso, ocupando una gran superficie, con la iglesia en uno de sus extremos y en un leve promontorio. En la actualidad alternan casas de sabor tradicional con otras remozadas, así como algunas propias de la primera mitad del siglo XX.

A la iglesia se adosa la antigua casa parroquial, hoy adaptada a nuevos usos. Se trata de un bloque de planta rectangular y tres alturas, con tejado a dos aguas y con los muros en mampostería a la que se ha suprimido el enlucido. Tanto el acceso como las ventanas son rectos, y recientemente se han abierto amplios ventanales acristalados, para adaptar el edificio a los nuevos gustos y a las actuales concepciones del confort. Enfrente hay un edificio de notables dimensiones, con planta rectangular alargada, dos alturas más ático y tejado a dos aguas con limas y amplio alero. Los muros llevan enlucido, y todos los vanos son rectos, con enmarques que simulan un almohadillado rústico en color diferente. Una placa sitúa el año de construcción en la primera mitad del siglo XX, fecha que puede servir para otras casas del lugar, que presentan similar tratamiento de muros y vanos, y que reflejan la existencia de importantes intervenciones en el lugar por aquellos años.

Junto a la vía del tren encontramos el edificio de la antigua estación, con las características propias de este tipo de edificios, pero coquetamente adaptado a su nuevo uso residencial. En el centro de la amplia plaza hay un depósito de aguas en obra, al que se adosa una fuente con pila y "aska" para abrevar. Lleva la fecha de 1953. Hacia el extremo noroeste del núcleo hay varias casas de sabor tradicional. Una de ellas presenta planta alargada muy estrecha, con tres alturas, muros enlucidos con las sabidas excepciones, y vanos rectos de reducido tamaño. Otro inmueble presenta planta en "L" con el acceso en el ángulo de intersección interno. Lleva muros igualmente enlucidos, dos alturas y vanos rectos, a excepción de la puerta, que consta de arco de medio punto de grandes dovelas, con la rosca moldurada y los frentes decorados con molduras geométricas que enmarcan rombos y óvalos.

Parroquia de San Martín

Se trata de una fábrica de transición entre el románico y el gótico, datable como del año 1200, aunque una reciente y muy desacertada intervención ha eliminado buena parte de sus elementos medievales. La planta, de sencillez extrema, dibuja un rectángulo rematado en testero recto, sin divisiones espaciales, toda vez que los antiguos tramos han sido suprimidos. La sacristía se adosa al muro hastial de la cabecera, como si una prolongación del propio templo se tratase. En cuanto al acceso, se abre en el lado de la Epístola, y va protegido por un pórtico sobre pilares.

Los muros son de sillar al exterior y sillarejo algo más menudo al interior, y se perforan por una serie de ventanas que dan luz al interior. Una de ellas, de medio punto, se abre en la cabecera, y otras dos, rectas en este caso, se practican en el muro de la Epístola, buscando la luz y el calor de la orientación más favorable, y en el muro de los pies. Un coro de obra se levanta a los pies de la nave.

Primitivamente la nave se cubría con una bóveda de cañón apuntada, dividida en cuatro tramos cuyos fajones perduraron hasta las últimas reformas. Hoy en día solamente se aprecia un cielo raso, que afecta también a la cabecera. La sacristía recibe en cambio un tramo de bóveda de cañón, construida en el siglo XVI.

Al exterior, la torre se eleva por encima del cuerpo de la nave. Es un volumen prismático, que apea sobre los pies de la fábrica. Tiene en alto medios puntos para las campanas, y remata con un tejado en pabellón. Tres de sus muros apean sobre los muros perimetrales del templo, mientras que el cuarto, que va sobre la propia nave, va aparejado en entramado de madera cuajado de ladrillo, para aligerar empujes. El pórtico es obra de sillería, y se abre mediante tres arcos de medio punto que apean sobre pilares de sección cuadrada, en su lado más largo, así como una arcada de menor luz hacia el lado occidental. Dentro se encuentra la puerta propiamente dicha, que es un arco apuntado doblado, que apea sobre impostas sin decoración.

Al interior del templo, la capilla mayor va presidida por una talla de bulto redondo de la Virgen con el Niño, románica del siglo XIII. Se trata de una imagen sedente, en la que la Virgen porta al Niño sobre su regazo, centrado. Presentan rasgos regulares y amables, concebidos según los convencionalismos de la época, y plegados sencillos y esquemáticos. María levanta la mano derecha, mientras que Jesús está en actitud de bendecir, al tiempo que sujeta un libro. Llevan policromía barroca. Cerca hay una talla de San Martín partiendo la capa con el pobre, de estilo barroco.

Bajo el coro podemos admirar una pila bautismal con corto fuste cilíndrico y taza semiesférica gallonada y decorada además con un sogueado. Por último, en la sacristía se custodian algunas piezas de orfebrería.

Joseba ASIRON SAEZ (2008)