Concepto

Leyenda (versión de 1988)

Etnografía. La leyenda se halla en Euskalerria íntimamente unida al cuento, "ipuin", como historia o relación tradicional o maravillosa basada a veces en alguna referencia cierta como hecho histórico. Tanto cuentos como leyendas se han recogido de viva voz o por haber servido de tema literario a nuestros escritores. Se trata siempre de una narración fantástica, asombrosa, situada a veces en un lugar determinado e incluso en un momento histórico más o menos preciso cuando no indefinido por su remota antigüedad. Augustin Chaho publicó la célebre leyenda de Aitor en su Histoire primitive des euskariens-basques, langue, poésie, moeurs et caractéres de ce peuple. Introduction á son histoire ancienne et moderne (Bayonne, 1847, 243 pp.). Aparte de algunas leyendas sueltas como ésta publicadas en diversas obras el primer recolector de leyendas vascas en serio es, sin duda, J. F. Cerquand, inspector de la Academia Francesa, quien las hizo aparecer en el "Bull. de la Soc. de Sciences, Lettres et Arts de Pau". Sus separatas son las primeras publicaciones importantes sobre un tema entonces de interés naciente. En 1875 da a luz su "Légendes et recits populaires du Pays Basque" en Pau, con una extensión de 74 páginas. Al año siguiente, una segunda colección de 97 páginas; en 1878, otra de 104, y en 1882, la última de 200 pp. Simultáneamente un inglés, el reverendo W. Webster, que vivió bastante tiempo en Sara (Lab.), logró reunir un hermoso volumen de 233 pp., una colección publicada en Londres el año 1877, reforzada con 43 pp. más en 1879 y puesta a la venta como nueva obra aunque en rigor se tratara de la misma. Su título, "Basque legends". Años más tarde, en 1883, Julien Vinson, en su bello libro "Le Folklore du Pays Basque" llama a Webster el fundador del folklore vasco sin tener en cuenta que le había precedido el vasco Juan Ignacio de Iztueta. Las recogidas modernas las encabeza José Miguel de Barandiarán publicadas en las "Hojas de Eusko Folklore" y luego reeditadas por la Editorial Auñamendi a partir de 1960 bajo el título "El mundo en la mente popular vasca" y le siguen otros autores como J. Barbier, autor de "Légendes du Pays Basque d'aprés la tradición", París, 1931 ; y otros casos con incidencia, no en la recolección de leyendas, sino en su estudio de las mismas como G. Reicher con su libro "Les légendes basques dans la tradition humaine", París, 1946. Aparte de coleccionistas y analistas otro grupo de autores es el de los literatos como J. Araquistáin con sus "Tradiciones vasco-cántabras" (Tolosa, 1886) y "Tradiciones vascongadas" (Bilbao, 1890); V. Arana con su obra "Los últimos iberos. Leyendas de Euskaria" (Madrid, 1882); J. M. Goizueta con sus "Tradiciones vascongadas" (Madrid, 1851); J. Iturralde y Suit autor de "Tradiciones y leyendas navarras" (Pamplona, 1916) y otros muchos más en la "Eusko-Bibliographia" de esta Enciclopedia. Es difícil clasificar las leyendas por su temática. El último recolector de importancia ha sido don R. M.ª de Azkue en el tomo II de su "Euskalerriaren Jakintza" (Madrid, 1942), Azkue quiso clasificar los cuentos y leyendas vascos y compararlos con los de otras naciones. Los repartía en tres grupos: cuentos humanos, sobrehumanos y subhumanos. Más tarde separa a cuentos de leyendas, pero "como es muy difícil acertar cuándo y cómo y de qué empieza un cuento a ser leyenda, a la hora de la publicación se limita a separarlos en largos y cortos. Hay también leyendas sobrenaturales como la de San Miguel de Aralar, más conocido por Teodosio de Goñi, y que sirvió a Navarro Villoslada para su gran novela "Amaya o los vascos en el siglo VIII", o bien la de "San Virilla", abad de Leire, que estuvo trescientos años en éxtasis oyendo cantar a un pájaro en el bosque en relación con las otras del mismo o parecido tema. Tanto cuentos como leyendas dan vida a personajes y lugares que intentan pasar como auténticos y verdaderos. Se da también el mito, que ya es difícil separarlo de la leyenda, mitos tales como Mari, Gaueko, Txerrena, Basajaun, Tártaro o los jentiles. El misterio surge en muchas leyendas lo mismo que el elemento maravilloso pero en cierto modo muy amortiguado. Los genios, monstruos y seres míticos habitan, a veces, las cuevas, los pozos, las simas o las ruinas de casas y castillos. Barandiarán ha sistematizado o mejor dicho clasificado su exposición empezando por todo lo referente a la Tierra y su interior (cuevas y simas) una de cuyas leyendas es la del "Iraunsuge de San Miguel de Excelsis" que recoge Barandiarán en la versión que sigue: "Leizeaten gañên daola San Mielgo elizea esaten dôia. Leize ortan denboân batên Iraunsugea bizi izete ementzan, da gosetzen zanên errîtâ jetxi ta eundabealdiko eriotzâk kristauen artên eitte ementzitûn. Orreati inguamaritako errik, erabai ementzoên eunên kristau bat, suertên atâtzen zana, Iraunsugêri biâltzea. Beingoatên neska gazteati tokau emenzitzayon, t'ala leize atakên ondón jarri ementzan Iraunsugea noaiz atâko zan zai. Garai artan mendizmendi ementzeillen Goñîko Zaldune, burnîzko oñetakôk eta gerritti bêrako katê aundiat arrastaka urrau arteko penitentzie eiñ bear da. Alako'atên. Inparnuko deabrue zaldun bikain baten piguran agertu emen zitzaion, da oñetakôk eta katêa urratzeko bê astasunêkiñ iurtzi bear zitûla esa' ementzion. Deabrûn esana eiñ ementzôn, da oñetakôk ausi ta katêa osoik geatu emenzitzaion. Baño oñutsik lên âñe ibilli eziñ zaldun gizâjoa, da sekulan katêik urrauko zon uste bae geatu ementzan. Bein Iraunsugên leize inguruti zijôla, ikusi an lên esan deun neska gaztea, ta galdetu ementzion ze: -¿Zertan zâre emen? Neskêk, zana zan bezela, esa'ementzion gertaera guztie, ta urdûn zaldune bea Iraunsugên zai jarri ementzan, neskea be etxea bialduta. Alakoatên, nun irteten dan leize barrundi Iraunsugea, ta eldu katêri ta au tragatûz badijoa aldeatzen Goñiko Zalduneana. Itxumustu artan... eitten dio onek deadar San Mieli-: "San Migel, lagun zaidazu zuk emen". Esaten dôia Zerûn ots bat izentzala: -San Miel, ie deie dek mundûn. -"Ni ez naiz zu bae jûngo, jaune" eantzûn ementzion San Miel Aingerûk, ta jetxi Alarmendia Jaungoikoa burûn zôla, ta bê ezpata zorrotzâkiñ moztu ementzion lepoa Iraunsugêri, ta baitta arekiñ batên Goñiko Zaldunên kateârê. Oolaxe onek bê penitentzie erabat bete ementzôn. Andixe emenda eiñe leize aren gañên San Mielgo elizea". Su traducción sería: "Cuentan que la iglesia de San Miguel se halla sobre una sima. En algún tiempo solía vivir en esta sima el Iraunsuge (dragón), y al sentirse hambriento bajaba a los pueblos y causaba innumerables muertes entre los hombres. Por eso, los pueblos de los alrededores determinaron enviar al dragón una persona cada día, la que saliese en suerte. Una vez cayó ésta en una muchacha joven, y así se colocó junto a la boca de la sima, aguardando al dragón. En aquel tiempo discurría por los montes el Caballero de Goñi, haciendo penitencia hasta haber de romper calzado de hierro y una gran cadena que arrastraba pendiente de la cintura. Apareciósele el diablo en figura de un noble caballero, y le dijo que para romper el calzado y la cadena, era preciso que los frotase con su propio... Obró según el consejo del diablo, y quedó roto el calzado, pero entera la cadena. Mas no siendo posible al pobre caballero, estando descalzo, andar tanto como antes, no le quedó esperanza de poder romper jamás la cadena. Una vez, pasando cerca de la sima del dragón, vio a la ya mencionada joven, y le preguntó: -¿Qué haces aquí? La joven le contó todo el suceso, tal como era, y entonces el caballero, después de enviar a su casa a la muchacha, púsose él mismo a aguardar al dragón. En esto sale del interior de la sima el dragón, muerde la cadena, y tragándola, va acercándose al Caballero de Goñi. En aquel trance... dirige éste un grito a San Miguel: -"San Miguel, ayúdame". Dicen que en el cielo se oyó una voz: -San Miguel, te llaman del mundo. -"Señor, yo no iré sin ti"- contestó el ángel San Miguel, y bajó al monte Aralar, llevando a Dios sobre su cabeza, y con su afilada espada cortó al dragón el cuello, y a la vez la cadena del Caballero de Goñi. Así éste cumplió totalmente su penitencia. De entonces data la construcción de la iglesia de San Miguel sobre aquella sima" (Contado en 1919, por D. José M.ª de Auzmendi, de Ataun). La referencia más antigua de las leyendas vascas es, sin duda, a "aquella edad feliz en la que todas las cosas hablaban, excepto el musgo (goandioa), único ser de la Creación que permanecía mudo". Los restantes seres trataron de enseñarle a hablar, mas desde entonces todas las cosas y seres, menos el hombre, perdieron para siempre el don precioso de la palabra. Esta creencia y leyenda la recogió Barandiarán en Berastegi (Gipuzkoa). De factura más moderna serían leyendas cristianas tales como la de San León de Bayona, la feroz reseña de lo acaecido en el Puente de Proudines de Bayona o la estereotipada historia rosa de la Chambre d'Amour de Biarritz.

Bernardo ESTORNÉS LASA.