Poetas

Larrea Celayeta, Juan

Tristán, Aurelio.

Poeta. Nacido en Bilbao el 13 de marzo de 1895, fallecido el 9 de julio de 1980 en Córdoba (Argentina).

Pese a haber escrito gran parte de su producción en francés se le considera "el padre desconocido del surrealismo español" (Bodini). Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Deusto-Salamanca. Sus primeros poemas aparecen en 1919, de la mano de su íntimo amigo Gerardo Diego, en las revistas Grecia y Cervantes. Ingresó en el cuerpo de archiveros, bibliotecarios y arqueólogos trabajando, desde 1921, en el Archivo Histórico Nacional de Madrid. Pero éste fue sólo un período transitorio de su vida que entreveró de viajes a Francia e Inglaterra donde entra en contacto con los movimientos poéticos de la postguerra europea, Dadá y Surrealismo principalmente.

En 1926 se instala en París fundando, junto con su admirado poeta peruano César Vallejo, la revista Favorables París Poemas que sólo editó dos números. Sus composiciones poéticas -ahora todas en francés- fueron apareciendo en diversas revistas de poesía, entre las cuales Carmen (1927-1928) que las traduce al castellano. Con Gerardo Diego y el chileno Vicente Huidobro etiqueta el término "creacionismo", una de cuyas tesis básicas reside en la perfecta traducibilidad de la poesía de un idioma a otro. "En París -señala Alberti- anduvo siempre de manera, digamos misteriosa. Era poco amigo de las tertulias y de ser visible".

En 1929 contrae matrimonio con la francesa Margarita Ambry y marcha al Perú. Se instala en Cuzco para realizar investigaciones arqueológicas y escribe Corona incaica, obra en la que expone su teoría sobre los símbolos. Se siente fascinado con el arte precolombino peruano que se preocupó por dar a conocer en Europa. Gracias a él el Museo de América de Madrid exhibe la mejor colección de huacos (tinaja precolombina) fuera de Perú. En 1931 regresa a Francia. Gerardo Diego le incluye en su famosa antología (1932) y Bergamín le publica dos poemas en Cruz y raya.

"En España era poco conocido hasta que Gerardo Diego incluyó poemas suyos en Carmen y Lola. Eran traducciones, porque Larrea era bilingüe y éstos estaban escritos en francés. Fue entonces cuando empezamos a conocer en España a Larrea. Sus primeros poemas causaron una gran admiración entre nosotros".

Alberti insiste sobre la posible influencia de Larrea en los poetas españoles del momento. Cuando estalla la guerra civil, toma partido por la causa republicana. "Se portó muy bien con la República" y trabaja con Bergamín en relaciones culturales de la embajada de París. Ambos piden a Picasso que haga un mural para la exposición internacional de París de 1938. Sería el célebre Guernica. Pero no sólo la idea parte de Larrea sino también gran parte de su trazado. José María Uzelai (50 años de nacionalismo, Bilbao, 1978) lo relata como testigo presencial:

"Como quiera que Picasso y yo eramos vecinos, pues ambos vivíamos en los muelles del Sena, al objeto de comprobar la marcha del cuadro solía visitarle a menudo, pudiendo observar directamente la influencia que sobre el pintor ejerció en todo momento Juan Larrea, cuya obsesión por la idea de lograr de Picasso un gran cuadro surrealista le hizo convertirse en el auténtico realizador de la obra, relegando al pintor a un mero ejecutor de sus ideas, que pintaba el bombardeo de Gernika como podía haber hecho el festín de Baltasar o el rapto del Serrallo si Larrea se lo hubiera llegado a ofrecer, porque a Picasso lo único que de verdad le interesaba era pintar, pintar un cuadro de grandes dimensiones y donde él pudiera desahogarse. Larrea le decía: "pon el toro aquí"..., "y el caballo allá"..., "no, no tráelo más aquí"...; el "Guernica" se hizo exactamente así. Recuerdo, por poner un ejemplo, cómo se pintó la cola del toro: la noche anterior había llovido, cayendo agua del cielo raso del techo, y produciéndose una mancha en el ángulo superior izquierdo del lienzo, lo que sirvió a Larrea para indicar a Picasso la posición de la cola, trastocando la posición del toro en función de la mancha de agua convertida en cola".

Después de la guerra civil española (1936-1939) se exilió en Méjico, donde fundaría las revistas literarias España Peregrina y Cuadernos Americanos. Junto con José Bergamín y Josep Carner preside la "Junta de Cultura Española". Muerta España Peregrina por falta de recursos, en 1942 promueve la creación de una revista mucho más ambiciosa, Cuadernos Americanos, de la que actúa como secretario y codirector durante siete años. En 1949, becado por la Guggenheim Foundation primero y por la Bollingen Foundation, después, se traslada a Estados Unidos donde vive un período de siete años de gran actividad investigadora e intelectual. Publicó, como resultado de ellos, sus exégesis del Apocalipsis de San Juan. En 1956, acepta un puesto de profesor en la Universidad de Córdoba, Argentina, y en ella dicta cursos como: "Teleología de la Cultura", "Significado de América en el proceso histórico teleológico de la Cultura", "Formación histórica del Cristianismo a la luz de los recientes descubrimientos", etc. Funda allí el Instituto del Nuevo Mundo y el Aula Vallejo, que editó una revista del mismo nombre.

Mientras tanto en España, escribía Vittorio Bodini, en 1963, "su nombre está casi olvidado". Para Bodini "puede que en este olvido intervenga asimismo en mínima parte el inconfesado interés por abolir uno de los lazos más evidentes entre el surrealismo español y el francés. Y, sin embargo, Larrea representa un punto crucial, no sólo porque fue el intérprete más ortodoxo del mensaje surrealista, sino también porque en el terreno estrictamente poético influyó en el estado mayor del surrealismo español". Por estos años pierde casi toda su familia. En una carta a un amigo, decía: "Vivo en Córdoba solo, con un nietecito de ocho años huérfano de padre y madre por haber éstos desaparecido en un accidente aéreo en 1961, es decir, "comme une solitude acquise par la voie des airs". En 1970 es redescubierto en España al publicarse la versión castellano-francesa de Versión celeste (Barral). Sigue visitando el fascinante Perú: la última visita a Lima fue en abril de 1974. "Locuaz, amplio, sincero, apasionado, la mirada cristalina y su magra figura, Larrea realmente parecía un mito", afirma Tarazona, amigo del poeta bilbaíno. Esta presencia mítica también es mencionada por la revista peruana Oiga: "Irradiaba autenticidad y quienes lo conocieron, lo tenían por un espíritu superior".

En su extensa producción -en gran parte inédita y/o dispersa- ha empleado preferentemente el francés para la obra en verso y el castellano para la prosa; pudiendo decirse que el grueso de la primera la escribió antes de 1932, aunque la publicara mucho más tarde "cuando éste (el proceso íntimo) luego de alcanzar su vórtice enajenatorio, se vio inducido a tratar con materiales menos abstractos..." Entre los títulos publicados pueden citarse:

  1. Oscuro Dominio, México, 1933
  2. Arte Peruano, Madrid, 1935
  3. Rendición de Espíritu (2 vols.), México, 1943
  4. El Surrealismo entre Viejo y Nuevo Mundo, México, 1944
  5. The Vision of the "Guernica", Nueva York, 1947 (Trad. al español en 1977, Edicusa)
  6. La Religión del Lenguaje Español, Lima, 1952
  7. La Espada de la Paloma, México, 1956
  8. Razón de Ser, México, 1956
  9. César Vallejo o Hispanoamérica en la cruz de su razón, Córdoba, 1958
  10. Corona Incaica, Córdoba, 1960
  11. Pintura Actual, Córdoba, 1964
  12. Teología de la Cultura, México, 1965
  13. Del Surrealismo a Machupicchu, México. 1967
  14. Versione Celeste, Torino, 1969 (Trad. al castellano en 1970).

No son pocos los ensayos que ha publicado, sobre todo en las revistas que ha promovido. Entre ellos se destacan: "Fin de Monde"; "Profecía de América"; "El Paraíso en el Nuevo Mundo de León Pinelo"; "Nuestra Alba de Oro"; "Vaticinio de Rubén Darío"; "Fin de la guerra"; "Ingreso a una transfiguración"; L"ight enlightened"; "Visión de Paz"; "Toma del "Guernica" y liberación del arte de la pintura"; "An open letter to Jacques Lipchitz"; "A propósito del nombre que William Blake asignó a América".

Larrea realiza una intensa labor investigadora. Los temas de que se ocupa son aparentemente diversos: por un lado, sus estudios en torno al Apocalipsis, las teorías milenaristas y la historia de la cultura; por otro, sus trabajos de arqueología precolombina, recogidos en su libro Corona Incaica, principalmente, y, en fin, sus estudios de crítica estética, en los que se pueden integrar sus interpretaciones de la obra de pintores como Picasso y Miró, de escultores como Jacques Kipchitz, o de poetas como Vallejo, Darío, Huidobro, Lorca, etc. Pero esta aparente diversidad no disimula apenas una unidad temática fundamental, pues todos los escritos de Larrea en estos años, y en buena parte su poesía como preludio de aquélla, ronda la idea única del establecimiento de la sociedad futura en el Nuevo Mundo, cuyos indicios anunciadores desentierra Larrea en los textos apocalípticos, en el Machupicchu incaico o en las entrelíneas de los grandes poetas. En Vicente Huidobro en vanguardia, trata de la obra del poeta chileno que también escribió en francés, descubre qué clase de críticos tenemos o hemos tenido, que utilizan desde el anatema al silencio.

Su muerte, así como la de su ilustre compatriota Ángela Figuera Aymerich, acaeció de forma desapercibida el 9 de julio de 1980, en la ciudad en la que residía con su nieto. Diario y revistas peruanos recordaron con numerosos artículos a Juan Larrea, tan vinculado al poeta peruano César Vallejo. En un artículo en el Expreso, Manuel Tarazona afirmó que con la muerte de Larrea "se ha truncado la más meritoria labor que para difundir y explicar la obra de Vallejo, emprendiera persona alguna, incluida su ahora postrada compañera, Georgette Phillipart". "Aun cuando la mayor parte de los historiadores hispánicos, formados en escuelas tradicionales, miraron con reserva los ensayos del poeta español, otros percibieron allí una semilla incitante y fecunda". "Juan Larrea fue un místico y un iluminado. Dentro de su mística, el gran poeta peruano César Vallejo se encontraba en la médula de sus visionarios sueños", concluye Oiga. La revista española Poesía publicó en 1984 un número monográfico dedicado al gran poeta bilbaíno en el que recoge Veredicto, su obra inconclusa, y varios otros textos inéditos suyos. La Universidad de Deusto y la Sociedad El Sitio organizaron unas primeras Jornadas internacionales Juan Larrea celebradas en San Sebastián y Bilbao del 9 al 13 de julio de 1984. Durante las mismas se colocó una placa en el n.° 2 de la calle bilbaína Henao. Paralelamente el servicio de publicaciones de la Universidad del País Vasco dio a la publicación La poesía de Juan de Larrea (1986) del profesor inglés Robert Gurney, traducido por el profesor Juan Manuel Díaz de Guereñu, impulsor de las Jornadas y realizador de una tesis sobre el poeta. Con la bibliografía que dicho trabajo aporta y la publicada en el n.º 9 de la revista Kantil se ha acelerado, de forma considerable, el proceso de recuperación de un bilbaíno tan universal como Unamuno.