Arquitectura

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Añorbe

La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Añorbe es un templo con una fábrica original del siglo XVI de la que conserva algunos elementos. Sin embargo, tiene remodelaciones correspondientes a los siglos XVIII y XIX.

Es un templo de nave única, tres tramos desiguales y cabecera poligonal, a la que se adosa en el lado del evangelio la sacristía y el pórtico en el de la epístola adosado al segundo de los tramos, elementos ambos que rompen la planta de cruz latina primigenia. Su nave se cubre con bóvedas de cañón en sus dos primeros tramos y en la cabecera, cúpula sobre pechinas en el central del crucero (también la sacristía monta esta solución) y estrelladas en los laterales de éste. Su ingreso en arco de medio punto de tres arquivoltas molduradas se encuentra dentro de un pórtico neoclásico también en medio punto con frontón, pináculos y bolas, cubierto con crucería simple. Además de esta luz tiene varios vanos, destacando los dos óculos de la cabecera decorados con pomas, al igual que la cornisa interior, elementos decorativos muy habituales durante el renacimiento. A los pies tiene un coro sobre doble arco rebajado.

Al exterior se apareja en sillar y cuenta con torre en su muro este, con doble vano rebajado para campanas y linterna cuadrada con luces de medio punto. Se adosa a ella un cuerpo cilíndrico para albergar la escalera de caracol, solución bastante original. En cuanto al arte mueble alberga gran cantidad de piezas de interés, siendo la más destacable el retablo mayor, obra romanista del último tercio del siglo XVI, compuesto por banco, doble piso articulado en tres calles y ático. Su iconografía de gran calidad es probablemente de Juan de Anchieta, y en ella podemos ver en la casa central una Virgen con el Niño, custodiada por San Pablo, San Pedro y San Miguel, y sobre ellos la Asunción, patrona del templo, y a los lados San Antón y varios obispos. Culmina la obra un calvario exento en el ático. De corte muy clasicista, en su primer piso se articula mediante pilastras estriadas bajo capiteles corintios y culminan las cajas frontones triangulares, y sigue el esquema en su parte alta, aunque rompiendo la línea recta la casa central, en arco de medio punto cortado. Varios son los retablos menores: el del Niño Jesús, de mediados del XVII, típicamente barroco, con imágenes del citado y de San Blas en el ático; también barroco es el de las Santas Reliquias aunque más tardío que el anterior, mediados del siglo XVIII y con iconografía de San Antonio con el Niño y San Ramón Nonato; y por último citar el retablo de la Inmaculada, rococó de fines del XVIII, con imágenes de la Inmaculada, San Joaquín, San Francisco Javier y San Sebastián. Además varias tallas reseñables, como son dos crucificados romanistas de muy buena factura, San Esteban y San Juan Bautista, del mismo estilo, una Andra Mari románica, aunque muy retocada, la sillería del coro, de fines del XVI, la pila bautismal, tardomedieval, y numerosas piezas de orfebrería.

  • GARCÍA GAINZA, María Concepción (dir.). Catálogo monumental de Navarra. Merindad de Pamplona. Vol. V*. Estella: Gobierno de Navarra, 1994.
  • LÓPEZ SELLÉS, Tomás. "Contribución a un catálogo de ermitas de Navarra. Merindad de Pamplona". Cuadernos de etnología y etnografía de Navarra, 1974, pp. 117-118.