Léxico

CISMA

Navarra retira la obediencia a Benedicto XIII. El 5 de noviembre de 1414 se inaugura en Constanza un nuevo concilio. Uno de sus principales fines era el volver a la unidad jerárquica de la Iglesia. No obstante, los reinos peninsulares y el de Escocia, más los condados de Foix y Armagnac permanecían fieles a Benedicto XIII, en vista de lo cual el emperador Segismundo invitó a este papa a que se reuniese con el rey de Aragón. De la entrevista de Morella no salió nada positivo. Seguramente para informar de ella al rey de Navarra serían enviados Pierres de Peralta y García de Falces. A la vista de dichos informes el rey navarro decidió enviar embajadores al Concilio: fray Martín de Guetaria, franciscano, y Juan de Liédena, saldrían de Navarra el 26 de enero de 1415. Estos embajadores, en unión con los de Benedicto XIII y Fernando I de Aragón rogarían al emperador para que conferenciase con Benedicto XIII y el rey de Aragón. En los preparativos de la reunión intervino por parte de Navarra García de Falces, la cual se celebró en Perpiñán. La embajada enviada por el rey de Navarra se hallaba constituida por Lancelot, protonotario y administrador de la Iglesia de Pamplona, y Sancho Sánchiz de Oteiza, deán de Tudela, : los que se unió García de Falces. La terquedad de Benedicto XIII hizo que el emperador abandonase prematuramente Perpiñán, el cual, sin embargo, ante la promesa del rey aragonés de que si se detenía unos días él haría renunciar a Benedicto XIII o le retiraría su obediencia, accedió a esperar en Narbona. El 9 de noviembre del mismo año, Lancelot, los embajadores de Castilla, varios obispos, el infante de Aragón y los condes de Foix y de Armagnac hicieron al papa el primer requerimiento para que renunciase. Su gestión no dio ningún resultado; en vista de lo cual se entablaron negociaciones con el emperador que desembocaron en la Capitulación de Narbona (13 diciembre 1415). Navarra, Aragón y Castilla se comprometieron a retirar su obediencia al papa Luna si éste no renunciaba libremente en el plazo de 60 días. Los procuradores navarros juraron cumplir esta cláusula. A pesar de ello, tardaría bastante Carlos III en retirar la obediencia a Benedicto XIII, que se había retirado a Peñíscola. Serían necesarios algunos requerimientos por parte del Concilio para que el rey navarro se decidiese. Finalmente, el 18 de junio de 1416, festividad del Corpus, se publicó solemnemente en la iglesia de Estella la sustracción de la obediencia de Navarra en presencia del noble Beltrán de Lacarra, Juan de Liédana, doctor en leyes, y otros representantes de los tres brazos reunidos en Cortes. El rey ratificó el pacto de Narbona y expidió las letras credenciales al Concilio (Goñi Gaztambide: op. cit., p. 392).