Año | Saldo * |
1940 1950 1953 1960 1970 1980 | 12.992.983 47.659.639 61.485.063 325.066.696 4.738.283.661 17.961** |
* en pesetas
** millones de pesetas
Se puede apreciar en la anterior tabla el desarrollo alcanzado por esta institución en esta etapa, que se corresponde con un considerable aumento de los capitales ingresados. A finales de 1945, con un saldo de 27.160.653,53 pesetas, continuaba ocupando el último lugar entre todas las Cajas de Ahorro integradas en la Confederación Vasco Navarra. A partir de los años cincuenta se notó un importante incremento de los saldos, que se multiplicó durante el periodo desarrollista de los sesenta (150 millones de pesetas en 1958; 1.500 en 1968).
En 1950 sus inversiones seguían estando en las Obligaciones Municipales, en Deuda del Estado, Obligaciones R.E.N.F.E. y de otras empresas autorizadas por la legislación vigente, y en inmuebles. Los préstamos fueron, prendarios, personales e hipotecarios por un total de 3.378.024 pesetas. En 1960 aumentaron considerablemente los dedicados a la construcción de viviendas, ese año entregaron trescientas financiadas por la Caja y el Ministerio de la Vivienda. Esta política crediticia a favor de la construcción se mantendría en los años sucesivos. También incrementó los préstamos con finalidad agrícola, que se institucionalizaron a partir de 1970 con la colaboración de la Caja con el Banco de Crédito Agrícola. Este último año, su cartera de valores fue notablemente mayor, siguiendo una política de inversión acorde con las normas legales (Fondos Públicos, Valores de Renta Fija y un pequeño porcentaje de Renta Variable).
En 1975 se modificaron los Estatutos (Decreto de 3 de abril de 1975). La llamada crisis del petróleo de 1973 no se acusó en Navarra hasta 1977, no obstante la caja siguió creciendo en esos años y adaptándose a la nueva legalidad que introdujo el cambio de la dictadura a la democracia. Años más tarde, la Ley Foral de 21 de abril de 1987 modificó los órganos de gobierno de las Cajas navarras, buscando la democratización de los mismos.
Eran años muy diferentes y la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Pamplona crecía y se modernizaba. La institución había visto aumentar los recursos gestionados. La expansión territorial que había iniciado tímidamente en 1950, se fue acelerando (13 sucursales en 1960, 34 en 1968 -8 en Pamplona y otras 26 en las principales localidades navarras-, 52 en 1980, 79 en 1990 y 104 en 1999). Paralelamente tuvo lugar el comienzo y desarrollo del proceso de mecanización y el sistema de teleproceso (1978), un año más tarde se inauguraría el nuevo edificio y comenzaría la implantación de los cajeros automáticos y la proliferación de las tarjetas que durante los años ochenta cambiarían el modo de relación de los clientes con la Caja y los métodos de gestión de la misma.
La siguiente tabla nos muestra comparativamente la actividad financiera y los medios humanos y operativos de la Caja de Ahorros de Pamplona en 1990 y 1999. Este último año, 1999, fue también el último de su larga trayectoria.
Actividad financiera | 1990* | 1999* |
Recursos ajenos Recursos gestionados Recursos propios Inversiones crediticias Activo total Recursos generados Beneficios Dotación obra social | 74.478 --- 8.032 41.508 83.853 1.893 671 120 | 166.054 232.012 13.756 130.376 195.929 2.254 1.503 385 |
Medios humanos y operativos | ||
Empleados Oficinas | 330 79 | 368 104 |
* en millones de pesetas
Fuente: Memoria, 1990, 1999.
De la tradicional cartilla de ahorro que tenían los más humildes se había pasado a ofrecer a sus clientes de todas las capas sociales servicios muy diferentes. Libretas de ahorro, ahorro a plazo, fondos de inversión, cobro de nóminas y pensiones, tarjetas, préstamos y créditos, etc.. Pamplona y Navarra seguían siendo los lugares a los que regresaban los beneficios que generados por el ahorro de sus habitantes, bien a través de la obra social o siguiendo las políticas económicas de desarrollo industrial, empresarial y agrario navarro. Fueron nueve años en los que se consiguió aprovechar el periodo expansivo que se vivió tras la desaceleración económica de 1993.