Industrias

Astilleros Olaciregui de Hondarribia

La historia de esta empresa familiar, fundada en 1944 por Lázaro Olaciregui Alzaga, ha estado definida por el espíritu emprendedor de sus gestores gracias a lo cual tres generaciones vienen construyendo barcos ininterrumpidamente.

Lázaro Olaciregui (1905-1985), al igual que otros muchos artesanos coetáneos suyos, se formó profesionalmente en el Astillero Aseguinolaza de Hondarribia, en donde estuvo empleado hasta el comienzo de la Guerra Civil. Ya en estos años comenzó a mostrarse como el hombre inquieto que era, abriendo una pequeña carpintería en la calle Mayor de esta Ciudad, aunque no abandonó su puesto de trabajo en Aseguinolaza.

Superados los años de la Guerra, el patriarca familiar decidió independizarse laboralmente y montar su propio taller de ribera ayudado por sus hijos, Ramón e Ignacio, aún adolescentes. Se estableció en un minúsculo local de la calle Pampinot en donde sólo había espacio para un batel y en el que no dispuso de ningún tipo de maquinaria, por lo que su producción quedó limitada a la confección de pequeños pesqueros que rara vez superaron las 2 toneladas de registro bruto.

Pese a las limitaciones expuestas, los resultados que obtuvo no fueron nada desdeñables llegando a manufacturar el 5'24% del total de las toneladas fabricadas en Hondarribia entre 1940 y 1949. No obstante, éstos aún podían haber sido mejores si hubiera tenido la posibilidad de atender a otro tipo de clientela.

Lázaro Olaciregui dio el paso necesario para ello en 1954 aprovechando las positivas expectativas de negocio que entonces había ante la apertura económica del régimen franquista. Compró un solar en la calle Almirante Alonso para levantar un inmueble donde estableció su negocio y vivienda.

En la nueva sede, además de diversificarse la producción, elaboraron pesqueros de más de 14 metros de eslora y arqueos de entorno a las 20 toneladas, dando así adecuada respuesta a la demanda del sector pesquero. Asimismo, para poder ser competitivos acomodaron, renovaron y modernizaron su utillaje introduciendo varias máquinas que les facilitaron el trabajo con la madera. Esta apuesta por la "modernidad" posibilitó la expansión del negocio, convirtiéndolo en uno de los principales talleres de ribera de Hondarribia.

No obstante, estas instalaciones presentaban el inconveniente de no tener acceso directo al mar, por lo que una vez concluidas las labores de manufactura, los pesqueros eran remolcados en camiones hasta la rampa de la Cofradía donde se procedía a su botadura. Aunque la distancia a recorrer era poca, el traslado resultaba muy dificultoso para los barcos grandes debido a las complicadas maniobras que había que hacer para girar la calle. Ello fue, además, un condicionante de primer orden porque determinó y limitó las dimensiones máximas que podían tener los buques a construir, cuando la evolución del mercado indicaba que se iban a demandar barcos de mayor tonelaje.

Esta circunstancia y el carácter inquieto y emprendedor de Lázaro, animaron al constructor a buscar un nuevo emplazamiento en donde implantar su astillero en unas condiciones óptimas. Concretamente, compró un solar 1.774 m² en el Barrio de Amute con acceso directo al canal en donde se fabricaron cascos de madera de hasta 22 metros de eslora.

Merced a ello, a los Olaciregui les cabe el honor de ser junto a los Iridoy los mayores artífices de la expansión que vivió la industria naval de Hondarribia en la década de 1960. Además, su especialización en la manufactura de pesqueros para las flotas de bajura y su capacitación para construir buques de arqueos cada vez mayores, les permitió conquistar clientes de otros puntos de Gipuzkoa. De esta manera, este establecimiento se convirtió, junto con el de los Iridoy, en el más importante de la localidad llegando a cuasi monopolizar este tipo de producción en detrimento de otros pequeños talleres de ribera que, al no poder competir con ellos, se vieron abocados a cerrar.

Toneladas Producidas en los Astilleros de Hondarribia
1960-1969
ASTILLERO/CONSTRUCTORTNS. (TRB)% TRB
Fuente: Odriozola Oyarbide, Lourdes. La construcción naval en Hondarribia, 1203-2002, p. 200.
Juan Iridoy425'5447'88
Lázaro Olaciregui + 424'0247'72
José Tellería 19'652'21
Policarpo Elzo16'561'86
Olizazu 2'280'26
Sin especificar 0'550'06
TOTAL + 888'60100

Lázaro Olaciregui tuteló el negocio familiar hasta el año 1973, fecha en la que pasó a manos de sus hijos Ramón e Ignacio y cambió su denominación de Astillero Lázaro Olaciregui por la de Astillero Olaciregui, S.A.

Los hermanos Olaciregui siguieron construyendo grandes pesqueros de madera hasta mediados de la década de los 70, momento en el que este tipo de demanda cesó debido, fundamentalmente, a cuatro causas:

  1. La generalización de las Zonas Económicas Exclusivas y las medidas restrictivas puestas en práctica para el acceso a los caladeros, que supusieron el principio del declive del sector pesquero.
  2. Las dificultades administrativas que tenían los armadores para la construcción de nuevos buques.
  3. La sustitución de las construcciones en madera por las de hierro y acero.
  4. Y el comienzo de la utilización de nuevos materiales, entre ellos la fibra, para la confección de los cascos de los barcos.

Así las cosas, los Olaciregui vieron por primera vez amenazada seriamente su cartera de pedidos al quedarse circunscrita únicamente a la construcción de pequeñas embarcaciones de madera. Además, éstas tampoco tenían mucho futuro porque las naves fabricadas en este material resultaban mucho más caras que las que se confeccionaban con otros.

Ante esta dura realidad, Ramón e Ignacio Olaciregui fueron conscientes de que tenían que acometer la reestructuración de su negocio si querían continuar trabajando en este ramo productivo. Y así lo hicieron. Tomaron una decisión arriesgada, innovadora y rupturista con la tradición artesanal que desde niños habían aprendido de la mano de su padre: apostaron por las nuevas tecnologías y la confección de barcos de poliéster.

Los hermanos Olaciregui vieron por primera vez un barco de poliéster en el Salón Náutico de Barcelona del año 1965-1966 y advirtieron que en exposiciones náuticas posteriores iban adquiriendo, año tras año, una mayor presencia. En vista de lo cual, pensaron que el futuro de la construcción naval podía ir por ese camino, y el tiempo les dio la razón.

Esta perspectiva de futuro no fue el único mérito que tuvieron Ramón e Ignacio Olaciregui, puesto que ambos fueron autodidactas en el aprendizaje de la técnica de manipulación del poliéster. Se reciclaron a través de la lectura de libros especializados en el tema y con la inestimable ayuda que les prestó el constructor oriotarra Juan Luis Amilibia.

Desconociendo la aceptación que podía tener este tipo de embarcaciones en el mercado, los Olaciregui confeccionaron su primer molde en 1977. Se pusieron como único objetivo amortizar su coste, que calcularon podían hacerlo con la venta de unas 20 unidades. Bajo estas premisas, los dos hermanos construyeron su primer barco de poliéster el año 1978 -el bote a remos Willy de José María Ijurra¬, y a él le siguió una larga lista de unidades.

Los Olaciregui diseñaron varios prototipos de poliéster que comercializaron con las marcas de "Olaciregui 395", "Olaciregui 495A", "Olaciregui 630", "Olaciregui 690" y "Olaciregui 695". La eslora del mayor de ellos medía 6'54 metros y la de la menor 3'95 metros, siendo el modelo "Olaciregui 495A" el que mayor aceptación tuvo de todos.

La clave del éxito de estos barcos estuvo en las tres ventajas básicas que presentaban con respecto a los de madera que, concretamente, eran las de economía, mayor impermeabilidad y menor mantenimiento. Además de todo ello, los prototipos fabricados por los Olaciregui tenían como valor añadido su robustez y buen comportamiento en la mar, gracias a lo cual lograron monopolizar la demanda de las pequeñas embarcaciones pesqueras y de recreo de cascos de poliéster.

Los resultados que obtuvieron fueron espectaculares, habida cuenta que entre 1978 y 1991 fabricaron más de 670 naves con este material, lo que, a su vez, les convirtió en uno de los principales establecimientos navales vascos en este tipo de manufacturas.

Si bien los bajeles de poliéster con fines lúdico-recreativos tuvieron desde el comienzo una gran aceptación, no ocurrió lo mismo con los dedicados a la pesca profesional, debido al recelo y reticencia que mostraron los armadores a tener una flota de barcos fabricados con este material. Esta mentalidad y la crisis económica de la década de 1980 retrasaron hasta 1985 la confección del primer pesquero de poliéster para la flota de bajura vasca.

Ramón e Ignacio Olaciregui trabajaron en sociedad hasta 1991, año que decidieron tomar caminos distintos y continuar cada uno su actividad por separado.

Ramón, prosiguió en las instalaciones de Amute hasta 1995, momento en el que su hijo Aitor tomó el relevo en el negocio familiar, primero en Irun para después pasar a instalarse definitivamente en Lezo, lugar en el que trabaja bajo la denominación de Olaciregui Construcción Naval, S.L. Esta firma se ha especializado en la construcción de pequeñas embarcaciones de pesca y recreo comercializando los modelos homologados "Olaciregui 890", "Olaciregui 213", "Olaciregui 630", "Olaciregui 395", "Olaciregui 495" y "Olaciregui 690".

Por su parte, Ignacio junto con su hijo Lázaro estableció su nueva empresa en Hondarribia bajo la razón social de Astillero Ignacio Olaziregi, C.B., transformada en sociedad limitada. En un primer momento, se instalaron en el edificio de Conservas Orlando de la calle Gabararri para trasladarse en octubre de 1997 al nuevo pabellón que levantaron en el terreno que poseían en esta misma calle, concretamente, en el punto conocido como Eskabetxe.

El cambio de sede de este astillero tuvo efectos inmediatos en la actividad desarrollada en él, pudiéndose distinguir dos etapas a este respecto. La primera se caracterizó por la confección de pequeños barcos con destino al ocio y las regatas, que se construyeron conforme a los modelos "Branka 500", "Branka 635" y "Branka 695", que previamente habían sido homologados. Reubicados en el nuevo local, Ignacio y Lázaro comenzaron a fabricar pesqueros de bajura de poliéster, siendo unos de los pocos especialistas en este tipo de manufacturas, al tiempo que diversificaban su catálogo de productos.

Pesqueros de Poliéster Fabricados por el Astillero Ignacio Olaziregi, S.L.
AÑOS 1997-2002
AÑOEMBARCACIÓNESLORA (en metros)TRB. /GT.
* GT
Fuente: ODRIOZOLA OYARBIDE, Lourdes. La construcción naval en Hondarribia, 1203-2002, p. 263.
1997Gure Ama Martina21'0041'39
2000Pittar28'00128'64
2000Gure Amuitz28'00128'64
2001Berriz Amatxo21'0056'70
2001Aita Ramón21'0059'75
2002Urresti Berria21'0064'00
2002Gure Itxaropena21'0064'00
2002Arantzazuko Izarra23'0074'00*

En 2011 se dedican a la fabricación de pesqueros (de 21, 23 y 28 metros de eslora), barcos de recreo (modelos 495, 635, 740, 850 y 1320), catamaranes, buques de buceo y salvamento para Organismos Oficiales, y unidades deportivas, bien utilizando los moldes que disponen o bien haciéndolos a la medida, gusto y necesidades de cada cliente.