Industrias

ASTILLEROS ESPAÑOLES

El nuevo Grupo.

En el momento de constituirse, A.E.S.A. era el primer productor español, segundo grupo europeo y tercer grupo mundial de construcción naval. Las tres compañías fundadoras totalizaban una plantilla de personal propio de 21.500 trabajadores y una facturación de 15.000 millones de pesetas. Representaba cerca del 80% de la producción española.

Contaba con cinco astilleros principales (dos en Bilbao, dos en Cádiz y uno en Sevilla) y diques de reparación en Bilbao, Santander, Gijón, Sevilla y Cádiz. Asimismo, tenía fábricas de motores en Sestao (Bizkaia) y Cádiz, de la Naval; en Manises, de Astilleros de Cádiz, y la de Bilbao, de Euskalduna.

El proceso de fusión culminado en 1969 tuvo su base dos años antes, en la Orden de Presidencia de fecha 26 de julio de 1967, que sentaba las bases para la Acción Concertada de las Industrias de Construcción Naval, cuya Acta de Concierto fue firmada el 14 de junio de 1969 entre el Ministerio de Industria y las tres compañías fusionadas. Se trataba de un impulso político para el fomento de la concentración empresarial con el objetivo de aumentar la competitividad internacional del sector naval español.

Entre los numerosos proyectos derivados del Acta de Concierto, cabe destacar la coordinación de la construcción naval en la ría de Bilbao y la posterior concentración de ésta. Preveía una modernización de la factoría de Sestao con vistas a una futura ampliación, en función de una reducción de actividad de la factoría de San Mamés, de Olabeaga. Ambas se configurarían en una única factoría denominada "Bilbao" dedicada a la fabricación de motores diesel marinos pequeños y medianos. Por su parte, proyectaba en Asúa, un taller de fabricación de motores para grupos electrógenos. La factoría de Sestao se reservaba a la construcción de buques de casco de acero de entre 6.000 y 60.000 toneladas de registro bruto (TRB); la de Olabeaga, de entre 4.000 y 16.000 TRB.

A.E.S.A. se comprometía, dentro del Plan de Acción Concertada, a mantener un nivel mínimo de exportación equivalente al 35% de su producción, a desarrollar la normalización de materiales y equipos de construcción naval, y a mostrar especial atención a la investigación, destinándole el 0,25% del valor de la producción anual. Igualmente, se planteaban objetivos sociales como la formación profesional, formación cultural, social y técnica. También, el acceso a la propiedad, un régimen de retribuciones congruente con los incrementos de productividad y al mantenimiento global de empleo.

En octubre de 1971 se reestructuró el plan de Acción Concertada, firmándose un Apéndice del Acta, que proponía para la factoría "Bilbao" una capacidad de producción de 300.000 TRB anuales.

Respecto de la especialización de las factorías, el Acta de 1969 establecía para la de Sestao la fabricación de buques de carga general, bulkcarriers y petroleros; en la ampliación de 1971, se amplió a buques de tipo OBO, ore-oil, gases licuados y similares; y para la de Olabeaga, buques de carga general y bulkcarriers. En lo tocante a reparaciones navales, la factoría "Bilbao" se dedicaba a motores diesel propulsores de dos tiempos, de velocidad media y para grupos electrógenos.

Al constituirse A.E.S.A., el Instituto Nacional de Industria (I.N.I.) participaba del 50% del grupo. En 1979, el I.N.I. pasará a poseer el 100% de A.E.S.A.

Durante esta primera etapa expansiva, que durará hasta 1976, cabe destacar la absorción en 1972 de los astilleros ferrolanos ASTANO y de Astilleros Canarios (Astican) por parte del I.N.I.; operación de "salvamento" político ante la crisis del petróleo -y por ende, del sector- que estallaría en 1973 y que afectó notablemente a A.E.S.A. No obstante, en 1974 el grupo llegó a facturar 36.500 millones de pesetas, aumentó su cartera de valores en 91 millones por participación y ampliación de capital en las sociedades participadas, obteniendo unos beneficios de más de 700 millones de pesetas.

En 1975, pese a notarse plenamente los efectos de la crisis y empeorar ligeramente la posición de A.E.S.A. en el conjunto del sector naval español, representaba el 2,5% del total mundial y seguía siendo la primera empresa europea del sector y ocupaba la octava posición mundial del mismo. Respecto a la fabricación de equipos propulsores, mantenía la primera posición europea y la sexta posición mundial.