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ZUMARRAGA

La parroquia de La Asunción es una construcción en el estilo denominado "gótico vasco", comenzada en 1578, edificada en su mayor parte en el siglo XVII y terminada a principios de la centuria siguiente. De planta de "salón" con tres naves de igual altura, las columnas presentan capitel dórico y ovas en el equino, particularidad ésta que -señala A. Arrázola- sólo comparte en territorio guipuzcoano con la iglesia de Azpeitia. Iniciada su construcción por los canteros Santuru de Arrezti y San Juan de Altuna, tras la muerte del primero en 1591 fue continuada por Juan de Aguirre en 1596. En 1640 se hallan realizadas las obras de cantería y la la bóveda de la cabecera. En 1654 se concluyen las labores del tejado La torre-campanario, obra trazada por Lázaro de Laincera en 1717 y construída hasta la cornisa por Martín de Garro. Al llegar a la cornisa (Mª. y Arrázola) se sustituye el proyecto de Laincera por el diseño realizado por Domingo Bernardo de Abada, con lo cual se concluye la obra de la torre en 1723. Destaca su pórtico neoclásico construido en 1826 y formado por una serie de arcos de igual forma y tamaño que acompañan a ambos lados un vano de mayor tamaño, de la misma forma, rodeado por pilastras y rematado por frontón.

El primitivo retablo barroco, construído por Juan de Apeztegi en el último cuarto del s. XVII, fue sustituido por una monumental obra del arquitecto Tomás de Jaúregui, con conjunto escultórico de Juan Bautista Mendizabal, retablo realizado entre 1756 y 1760; aunque aún barroco, comienza estilísticamente a anunciar el neoclasicismo. Los retablos colaterales corresponden a 1804. Cruz procesional, de plata, del siglo XVI. Cristo del siglo XVIII, obra de Mauricio de Valdivielso. El templo fue restaurado en 1980

Santuario de La Antigua. Anterior parroquia de la villa, cuando el barrio de Eizaga, donde se ubica, era centro del pueblo. Tiene planta rectangular y ábside de saliente trapezoidal. Tres naves, separadas por pilares cilíndricos de piedra arenisca, sobre los que apoya la estructura de madera de las tribunas. Como elemento sustentante, hay que mencionar también las tres pilastras de madera en las que se apoya la estructura del coro. La cubierta a dos aguas, apoya a su vez sobre armazón de madera formado por cinco cerchas, recayendo las extremas en los muros de la fábrica. Todo el entramado de madera, va tallado con motivos geométricos en su mayoría, y cabezas femeninas tocadas en algunas de las zapatas. Destaca también el recorte geométrico realizado en el antepecho del coro, al que se ha querido atribuir, olvidando la sustantividad de la talla popular, un origen mozárabe. La moldura de remate, a base de zigzag, puntas de diamante, cordoncillo, hexágonos, círculos, etc..., se simplifica en la parte más moderna. El exterior es muy sobrio y macizo. Carece de torre y su portada se abre en el lado sur, con arco ligeramente apuntado que se abocina en sencillos baquetones sobre pilastras y baquetones alternados, de esquemáticos capiteles. Encima de la puerta se colocan horizontalmente 6 matacanes de piedra. A un lado, en esta misma fachada, se encuentran dos pequeñas ventanas góticas, con remate en arco trilobulado y alfiz. Las enjutas que se forman se decoran con motivos estrellados. Los muros de la primitiva fábrica, probablemente de comienzos del siglo XIII, son de piedra de sillería, con aparejo a soga y tizón. Estas partes se diferencian de las realizadas en las reformas que se hacen en el ábside a fines del siglo XV y principios del XVI.

Una talla gótica de la titular, preside la ermita. De madera policromada, se labra con el Niño, a su izquierda y una manzana en la derecha. Del lado del Evangelio, se halla otra imagen, de caracteres parecidos a la descrita, aunque algo más toscamente tratada, y un Cristo gótico policromado, restaurado en 2004. En su colateral, tres grupos escultóricos marianos: Santa Ana enseñando a la Virgen Niña, Virgen con el Niño y una Piedad en madera sin policromar, de comienzos del XVI y estilística gótica. Es una de las representaciones más antiguas de esta temática, con la particularidad de que el cadáver de Cristo es como el de un niño y posee una gran rigidez. Como un valioso ejemplo de arquitectura religiosa popular ha sido declarada Monumento Nacional de Euskadi.

Ermita de San Cristóbal, con vigas que llevan tallas geométricas y bancos de respaldo móvil.

Ermita rural de San Gregorio, restaurada en 1993. Crucero barroco, junto a La Antigua.

El Cementerio posee una cripta, interesante muestra de arte contemporáneo, obra del arquitecto Pizarro (1984); destaca el Ángel, escultura de Vicente Larrea.

Respecto al arte civil, destaca la Casa de Legazpi (casa Jauregui), localizada en el casco urbano, frente a la estación del Norte, en una zona de pendiente, aprovechada en la parte trasera para hacer otra planta. De base rectangular; su parte trasera, corresponde a la torre originaria (siglo XV) y la otra es una ampliación realizada con muros de ladrillo y entramado de madera. Cubierta a dos aguas, cuyo voladizo delantero, está sustentado por jabalcones. En esta fachada, la puerta se abre a la izquierda, en forma de arco apuntado, rodeado de grandes dovelas. Encima y enmarcado por dos columnas desmochadas, se encuentra el escudo perteneciente a la familia Arriarán. Los vanos se distribuyen arbitrariamente y son de tamaño medio, enmarcados en madera. Existen también pequeñas aberturas rectangulares. La antigua fachada, es de mampostería de piedra con sillares en las esquinas, tiene tres puertas apuntadas en cada uno de los pisos y ventanas de diferente trazado: saeteras, con arco semicircular y tres mayores adinteladas, que al interior llevan arco rebajado, asientos de piedra a cada lado. El interior se ha habilitado en parte para museo, donde se exponen armas, objetos donados por los amigos de Legazpi de Manila, reproducciones de mapas antiguos, un cuadro de E. Azcue, representando al Conquistador de Filipinas, kutxas y una escultura de Santxotena. Declarada Monumento Nacional de Euskadi.

El entorno rural de Zumarraga posee una serie de caseríos, interesantes ejemplos de arquitectura popular de los siglos XVI al XVIII. Así, Aitzabaso, Alzola, Aramburu Aide, Gurrutxaga (Goikoa y Bekoa), Igurreta Azpikoa, Izar Haundi, Kortaberri, Landaburu y Zoraitz.

Monumento a Legazpi, obra de Aniceto Marinas (1897) en la plaza de Euskadi. En 1997 se inauguró una nueva plaza de 6.000 m2 ganados a terrenos ferroviarios, diseñada por Carlos López Ceballos y presidida por Itziar, escultura monumental debida a Jorge Oteiza. En 2003 se inauguró la escultura Txistulari en honor a los txistularis, obra en bronce de Jesús Segurola, ubicada en la trinchera de Renfe. La obra, de 4,5 metros de altura, ha sido instalada sobre una base de piedra que pesa más de 15 toneladas, en la que están colocados los escudos de todas las provincias de Vasconia. En diciembre de 2004 se inauguró una escultura de Antonio Oteiza en homenaje a la trikitixa. Obra en bronce y representa, en tamaño natural, una pareja de trikitilaris.