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SAL

Industria. Como dice Carlos Idoate Ezquieta en un estudio sobre convenios para el tráfico de sal en Salinas de Oro (Navarra), las salinas han sido tradicionalmente codiciadas por su gran interés económico. Allí donde había una corriente de agua salada, por encima o bajo tierra, se instalaban las eras salineras, que atraían a la gente, dando lugar a numerosos pueblos conocidos como los muchos que reciben el nombre Salinas. La explotación y comercio de la sal era muy importante; no hay más que ver cómo los monasterios y señores trataban de acaparar gran número de pozos y eras allí donde las hubiere, y las presiones de los reyes para establecer monopolios e impuestos que les reportarían pingües beneficios.

También el pueblo llano tenía interés en las salinas y éste se nota en la gran actividad que se desarrolla en torno a las mismas, compras, ventas, arriendos, herencias, pleitos, altos precios por las eras y sus cabañas... por eso, tanto la producción como el comercio han estado siempre muy controlados ("Príncipe de Viana", 1987, n. 181).

La producción de sal por desecación solar, ha constituido en varios pueblos de Navarra una industria remuneradora; el procedimiento es harto conocido tal cual se ha seguido en Salinas de Pamplona, Salinas de Monreal y Salinas de Oro. A principios de siglo se instaló una fábrica de sal por procedimientos mecánicos modernos, en mayor escala y para obtención de productos de buena calidad, en las cercanías de Lekunberri utilizando las aguas del Larraun como fuerza motriz, al pie del puerto llamado San Miguelcho.

Desde remotos e ignorados tiempos explotaron los salineros la fuente de agua salada que brota al pie del antiguo castillo de Dorleta en Leintz Gatzaga (Gipuzkoa), siendo, en todo tiempo, la principal industria de la villa, como dicen las Ordenanzas de Dorlas de 1543: "por cuanto las dichas dorlas e la sal que se hace en ellas es el caudal principal do se ha sustentado e sustenta esta dicha villa e vecinos e moradores de ella, por su rédito e causa fue fecha la fundación e población de la dicha villa". Ver LEINTZ-GATZAGA.

En el siglo XIII ya existía Salinillas de Buradón y su vecindario se ejercitaba en la producción y comercio de la sal, según se desprende del privilegio que don Sancho IV de Castilla, antes de ser proclamado rey, le concedió antes de 1264, en el que se dice: "Entre las otras mercedes que les ficimos que levasen e vendiesen la sal, en todos aquellos lugares que la solían levar y vender en tiempo del rey Alfonso, mio bisabuelo". Aún en nuestros tiempos los vascos enviaban sal hacia la Bretaña.

En Navarra de Iparralde había, a fines del XVIII, una especie de salina a poca distancia de San Juan Pie de Puerto, propiedad de los habitantes de la localidad de Aincille y no del Estado. No faltaron usurpaciones y concesiones más o menos duraderas. Las 29 familias del pueblo tenían el privilegio de la sal. En 1785 hubo un importante proceso ya que una familia vendió su parte y provocó el conflicto. Los pozos no eran profundos, de 15 pies, solamente 5 metros. El agua se hacía evaporar en calderas para obtener la sal. Había otras fuentes salinas en otros lugares como la que se hallaba al norte de Tardets en Camac, territorio de Sauguis.

Bernardo ESTORNÉS LASA