Lexicon

RELIGIOSIDAD

El individuo.
Oiartzun
Bajo el aspecto religioso y desde el punto de vista de la más o menos constante práctica de los actos de piedad, los cristianos forman una larga escala, en la cual, sin embargo, son de notar los tres grados de la división clásica en fervientes (kristau zintzuak = [lit.] cristianos observantes), tibios (xabarak = [lit.] disipados) y malos (zabarak = [lit.] abandonados). Gaiztua (lit. malo) apenas se llama más que al malvado, la persona de torcidas intenciones, el perverso. Los actos diarios con que los unos y los otros manifiestan su piedad y fe religiosa están constituidos, principalmente por la oración, el uso de símbolos y objetos religiosos y el trato que dan a las personas y cosas sagradas. La hora en que principalmente se practica la oración por impulso privado es al acostarse. Entonces es cuando las personas todas o casi todas más o menos largamente, según sus grados de fervor, se encomiendan a Dios Nuestro Señor, a su Madre Santísima y a los Santos de la devoción de cada una. Las oraciones más corrientes para este caso son algunos Padrenuestros, las tres Avemarías y principalmente el acto de contricción (Nere Jesukristo Jauna = Señor mío Jesucristo) que los que se tienen por personas religiosas, sobre todo los de cierta edad, lo rezan de rodillas al pie de la cama (oyan aurian = delante de la cama). El persignarse (ziñatu) antes de entrar en la cama es una costumbre tan general que será raro el que lo omita. La práctica contraria se califica de perruna. (Ez da txakurak bezela ziñatu gabe oira joten = "No se debe ir a la cama como los perros, sin persignarse"). Los que durante la noche padecen de pesadillas y sueños desagradables, se encomiendan a la hora de acostarse a Santa Inés mediante la siguiente oración: Amandre Sta. Inés! Bart in dut amets: eztakit txa`rez ala onez. Izan ba'da txa`rez, iten dizut promes. "Señora Santa Inés! Anoche he soñado: "no sé si por bien o por mal. Si ha sido por mal te hago promesa." Por la mañana al levantarse rezan el Angelus del alba (argi ezkila = campana de la luz) los que la oyen". Al salir de casa es cosa corriente entre toda clase de personas el santiguarse. Si durante el día ocurre alguna desgracia (una caída v. gr.), es frecuente atribuirla a la omisión de este acto por la mañana. Así lo decimos de pequeños. ("Erori iñ al(t) zaa gaxori? Etziñan goizian ziñatuko ta... = "Te has caído, pobrecito? No te habrás santiguado por la mañana"...). "Hay de quince a veinte hombres que diariamente asisten al Santo Sacrificio de la Misa. Cinco o seis de ellos reciben asimismo todos los días la Sagrada Comunión. Todos ellos viven en el casco de la población, cerca de la Iglesia. El casco está integrado por unas ochenta familias". "El número de mujeres que diariamente practican estos mismos actos, viene a ser el cuádruplo del de hombres. Ellas asisten no solamente de las casas de la calle, sino aun de caseríos que distan algunos kilómetros de la Iglesia". Al Alzar (Sagara) de la Misa Mayor diaria, cuando suena la campana (Sagarako ezkila), las personas buenas, suspendiendo la labor, si están en el campo, y descubriéndose, rezan el Credo. Al Angelus del mediodía (Amabitako ezkila) es general entre la gente del campo la costumbre de rezar la triple salutación con los versículos y la oración latinos seguidos de ordinario de un Padrenuestro por las benditas ánimas: la iniciativa y la dirección en dichos actos pertenecen ordinariamente a algunas de las mujeres, contestando todos los presentes. En la plaza del pueblo cuando hay alguna afluencia, como los domingos, suspenden la conversación y se descubren casi todas las personas de la localidad, absteniéndose solamente las advenedizas; en los grupos en donde hay alguno que tenga seguridad de hacerlo bien, toma éste la dirección y se reza en comunidad. Se suspende, asimismo, por unos momentos el juego de la pelota, mientras suena la campana de esta hora, para dar lugar a que se rece, como lo hacen efectivamente jugadores y espectadores, aparte de alguna excepción. En la mayoría de las tabernas se practica lo mismo, entonando la encargada o el encargado de la venta y contestando los clientes. Entre los obreros son pocos los que observan todos los días tan piadosa práctica, cuando se encuentran en el taller o en la obra. Todos los viernes del año, a las tres de la tarde se hace sonar pausadamente la campana mayor en recuerdo de la Muerte de Cristo en la Cruz. A este toque que se llama Jesukriston Aboniya (= "La agonía de Jesucristo") la gente buena del campo y de la calle reza un Credo, que algunos, más piadosos, acompañan de no sé qué plegarias.

Oñate
Para diferenciar un pueblo rural entonces y retraído con otro de más relaciones con el exterior tomamos como ejemplo a Oñate y siempre en lo referente al individuo: Los actos religiosos practicados diariamente por personas de piedad ferviente son: comunión (tratándose de personas a quienes sus diarias faenas les permiten, siendo muy general la mensual entre aquellas a quienes sus ocupaciones no permiten la diaria); misa (en las mismas circunstancias); el Angelus a la mañana, al mediodía y a la noche, añadiendo al mediodía una Ave María a la Virgen del Pilar, en memoria de su aparición en Zaragoza, y la salutación angélica al dar la hora; la bendición de la mesa en las dos refecciones mayores (al desayuno se contentan, de ordinario, con santiguarse), añadiendo siempre a la bendición un Padrenuestro, Avemaría y Gloria por las almas del purgatorio y una Salve a la Virgen. Esto y el rosario en familia, completan los actos religiosos que diariamente practican las personas piadosas. Al rosario propiamente dicho añaden una serie interminable de Padrenuestros a muchos santos y santas; a la Virgen, bajo distintas advocaciones; a las almas del purgatorio y las oraciones de las Cofradías a que pertenezcan, siendo muy clásicos los seis Padrenuestros de la Cofradía de la Virgen del Carmen. Ordinariamente el día termina con el rezo del Santo Rosario. Las personas tibias se contentan con hacer de vez en cuando las oraciones vocales practicadas por personas fervorosas e indicadas arriba, recibiendo la sagrada comunión sólo de tarde en tarde, contentándose con oir una misa rezada los domingos y días festivos. Por último, las de piedad fría se contentan con santiguarse, cuando lo hacen, al principio de la comida, misa los días de precepto y la Comunión de Pascua. Serán pocas relativamente las que falten a estos dos preceptos, al segundo en particular. En cuanto a objetos religiosos es muy general el uso de escapularios, el del Carmen y azul, especialmente; cruces y medallas.