Los edificios de esta localidad están en su mayoría bien construidos; destacan algunos caseríos populares así como edificios auxiliares de éstos. Resalta el llamado Palacio de Irasmendi datado a finales del s. XVI en el que destacan dos torres rematando los ángulos de la fachada principal y que sobresalen sobre la misma. A destacar también la interesante casa señorial con dos escudos en su fachada. Parroquia de San Juan Bautista. Edificio de origen medieval totalmente rehecho en el s. XVI, si bien quedan varios elementos que nos dan cuenta de esta época, como los canes sin decorar en algunos muros, modillones y la portada a occidente bajo la torre. De arco apuntado y molduras lisas en las arquivoltas. Lleva pórtico que cubre con bóveda nervada sobre ménsulas talladas con rostros humanos. El templo posee otra portada del lado Sur, fechada en el XVI y con pórtico de mediados del XVIII. Unos años más tarde, Antonio de la Bárcena erige el cuerpo de campanas y los remates de la esbelta torre barroca. Esta, de base octogonal, asienta sobre un cuerpo más alto cuadrado y de mampostería. Es de sillería y sólo se abre en cuatro arcos moldurados para las campanas. Culmina en un cuerpo cóncavo sobre el que apoya la cúpula con jarrones y la linternilla. Planta rectangular de dos naves, menor y más baja la de la izquierda cubiertas ambas por bóvedas nervadas en sus tres tramos. Cabecera de menor anchura cubierta por dos pares de terceletes con clave central relivada. Esta parte y los primeros tramos fueron el comienzo de la construcción a fines del XV. Posteriormente en la primera mitad del s. XVIII se hacen el coro sobre arco rebajado y el baptisterio. Un siglo más tarde se completa el trazado de la planta con la nueva sacristía de cubierta plana. El retablo principal es una interesante obra de comienzos del XVII en cuya parte escultórica intervino Juan de Bascardo. Banco con relieves de los Evangelistas en las pilastras, temas alusivos a la Pasión entre éstas y sagrario en el centro de un solo cuerpo con predela propia y rematado en frontón triangular con dentículos. Los dos pisos se articulan en tres calles por medio de columnas con los fustes torsos que varían en su tercio inferior. Presidiendo el primer cuerpo, una expresiva talla del titular en nicho elevado respecto de los laterales. Encima una Asunción entre ángeles con amplios ropajes y los brazos extendidos. En el ático la escena central del Calvario culmina en frontón curvado con acrótera. Relieves en medallones a los lados. El ábside se completa con otros dos retablos, colocados uno a cada lado. Son idénticos y del mismo autor, Pedro de Sarasua, de estilo rococó. En ellos se venera la Virgen del Rosario y un San José bien dorado y estofado. En la nave menor del templo, se localiza otro retablo. Es de línea neoclásica y está dorado y jaspeado. Se decora con pinturas tanto en el ático como en el cuerpo. Otro retablo de pinturas, es el de las Animas. Se guardan además: dos Cristos yacentes, moderno y barroco, época en la que también se fecha una valiosa imagen procesional de la Virgen del Rosario de Juan Bautista de Mendizabal. Ermita de la Purísima Concepción. Obra típicamente barroca construida a fines del s. XVII. Planta de cruz latina cubierta con bóveda de lunetos en las naves y por una cúpula sobre pechinas. Todavía posee la traza arquitectónica del retablo contemporáneo de la iglesia y en las mismas condiciones de deterioro que ésta, por lo que actualmente ha perdido su carácter religioso. La ermita de la Magdalena es una construcción rural, que fue convertida en capilla del actual cementerio en el s. XIX. En ella permanecen dos claves de madera talladas con figuras de santos en un estilo relacionable con el último gótico flamenco.