Bertso Singers

Lopategi Lauzirika, Jon

Bertsolari. 1934 -

Jon Lopategi Lauzirika es el primer versolari escolarizado de la posguerra; es un versolari completo, conocido por su capacidad de adaptación a todo tipo de situaciones, tanto en la plaza como en campeonato.

Fue campeón nacional de versolaris en 1989, obtuvo el segundo puesto en 1982 y en 1986 y fue finalista en los campeonatos de 1962, 1965 y 1967; en cuanto al campeonato de Bizkaia se refiere, fue campeón en cuatro ocasiones (1962, 1964, 1966 y 1988). Jon Lopategi también ha destacado en su trayectoria de plaza, sobre todo en la época en la que cantaba con Jon Azpillaga como compañero. Además, es también conocido por haber realizado una gran labor como profesor de versos en las ikastolas de Bizkaia, sin olvidar que las últimas generaciones de versolaris jóvenes han llegado de su mano.

Nació antes del período de guerra, el 17 de mayo de 1934, en el caserío Aldauri de Muxika (Bizkaia). Su padre, Juan Lopategi, era oriundo de Mungia; y su madre, Santa Lauzirika, de Muxika. El padre conoció a la familia de Santa Lauzirika en su estancia en Las Américas, y a su regreso, después de haber vivido durante ocho años más allá del Atlántico, ya en Euskal Herria, su intención de comprar un caserío en Muxika y formar una familia se hizo realidad. Juan Lopategi y Santa Lauzirika tuvieron siete hijos antes de la guerra: cinco chicas, Jon Lopategi y otra niña más joven que éste. En la posguerra llegaron los demás hermanos: un niño y una niña. En total, la pareja Lopategui-Lauzirika contó con diez niños: ocho chicas y dos chicos.

Jon Lopategi era el sexto de entre sus hermanos y tenía tres años y medio cuando estalló la guerra. Marcharon hacia Mungia cuando la guerra les pisaba los talones y desde allí, tomaron rumbo a Barakaldo, donde se cobijaron en casa de un tío. Las tres hermanas mayores fueron exiliadas durante dos años en una de las colonias organizadas por Don Manuel Intxausti, llamada Eusko Haur Etxea, en el pueblo vasco-francés de Jatsu. Entre tanto el padre de familia cayó preso. La familia encontró el caserío destrozado a la vuelta de Barakaldo; además, la madre enfermó y debió ser hospitalizada en Gernika por un tiempo. Habiendo conseguido testimonios de buena conducta, el padre fue liberado, y así logró recobrar su vida cotidiana.

Jon Lopategi comenzó a asistir a la escuela con seis años, y curso allí sus estudios durante seis años más (1940-1946); como era lo habitual en la época, las clases se impartían en español. De todas formas, el entorno de Jon Lopategi fuera de la escuela era totalmente "euskaldun". En el barrio había varios versolaris (la saga de los Enbeita), y varios vecinos comenzaron sus andaduras versolarísticas por admiración a Kepa Enbeita, tambien apelado "Urretxindorra". Jon Lopategi fue uno de esos vecinos, quien todavía era niño cuando Kepa Enbeita falleció; sin embargo, aquel hombre marcó indudablemente la carrera versolarística de Lopategi. Éste aprendió de niño de la mano de Leon Petralanda, "Zabalebeko Lion" coplas y versos antiguos de los "marijesiak"; además, tambien había en los alrededores buenísimos narradores, como el acordeonista "Dios Zabalegoiko"; es bien sabido, pues, que Jon Lopategi mantuvo de niño una estrecha relación con el mundo de la oralidad, y el versolarismo fue un fenómeno muy cercano a el.

A la edad de doce años Lopategi ingresó en los Sacramentinos de Tolosa, y cursó sus estudios durante diez años en los centros de Tolosa y Areatza (1946-1956). Encontró su lugar entre los estudiantes nacionalistas vascos. No eran santo de su devoción las clases oficiales, pero según el mismo indica, sabía preparar bien los exámenes, y obtenía, de ese modo, buenos resultados. Estudió bien el latín, así como conceptos musicales generales y de canto gregoriano. Aparte de las correspondientes lecciones, Jon Lopategi mataba el tiempo leyendo novelas y libros en euskera. Repasó hoja a hoja tanto Literatura oral euskerika como la revista Bertsolari. También tuvo entre manos el poemario Euskaldunak de Orixe, e incluso memorizó muchos de los pasajes de aquella obra. Además de aprender y copiar versos, para entonces también escribía alguno que otro en las cartas que enviaba a casa. Los sacramentinos publicaron alguno de los trabajos escritos por Lopategi en la revista Estudiante sacramentino.

Habiendo terminado el primer año de los estudios de Teología, a los veintidós años de edad, Lopategi decidió dejar aquel modo de vida y, de regreso a casa, en Muxika, se reencontró con el entorno versolarístico que había dejado de joven. Fue entonces cuando cantó por primera vez en público, con Nikolas Ibarguengoitia, en fiestas de La Cruz, frente a los invitados que a su casa habían acudido para celebrar las fiestas. Lopategi tuvo que prestar servicio militar, y parece ser que entonces también hizo sus pinitos cantando versos con unos compañeros guipuzcoanos. Fue en aquella época, en 1958, ya de vuelta del servicio militar, cuando se atrevió a cantar ante un público más extenso, esta vez también en fiestas de La Cruz: respondió en verso a Deunoro Sardui. Puede decirse que se conoce a Lopategi como versolari a partir de entonces.

Por aquella época, comenzaron a juntarse Balendin Enbeita, Deunoro Sardui, Pedro Ortuzar "Iturri" y el mismo Lopategi para preparar el Campeonato de Versos de Bizkaia. Un poco más tarde se unieron al grupo Jon Enbeita e Irineo Ajuria. Las citas semanales tenían lugar los sábados, en el bar Fuenterrabía, y era Pedro Maria Aldana el que guiaba al grupo en los quehaceres semanales. Así se creó la escuela de versos "Garriko bertso-eskola". Allí empezó a formarse Lopategi como versolari; además de cantar, era deber de todas las semanas escribir versos. Las primeras apariciones de Jon Lopategi las hizo bajo el cobijo de aquella escuela de versos en Gernika, Amorebieta, Euba, Derio, Bilbao y Arrigorriaga.

Los primeros Campeonatos de Versos de Bizkaia tuvieron lugar en 1958 y en 1959, pero Jon Lopategi no participó por primera vez hasta 1960: debutó en el campeonato en la actuación de Mungia. En el campeonato de 1961, otra vez en Mungia, se jugaron el primer puesto "Iturri" y Lopategi, y fue este último quien quedó en primer lugar. No consiguió entonces acceder a la gran final, pero el joven Lopategi, quien más tarde aportaría mucho al versolarismo, no dejaba de mejorar su nivel. Por aquel entonces cantaba en las plazas de los pueblos de su entorno con el versolari Pedro Ortuzar "Iturri". En el campeonato de 1962 pasó a la próxima fase después de haber cantado en Mungia, y en la actuación de Gernika quedó por encima de todos los participantes. Accedió entonces a la final, y no solo eso, fue él quien obtuvo la "txapela"; le siguió entonces Jon Azpillaga.

Fue fruto de polémicas el hecho de que era un versolari escolarizado, algunos decían que no era un versolari de arte propio, sino de arte adquirido; y es que Jon Lopategi es el primer versolari "culto" de la posguerra. Fue en la época de los 60 cuando Jon Lopategi dejó claro quien era él en el entorno del versolarismo: llegó a la final del campeonato nacional de versos en 1962.

En 1963 no se organizó el campeonato de Bizkaia, pero sí algunos certámenes y actuaciones provinciales.

En 1964 tuvo lugar el sexto campeonato de versolaris de Bizkaia. Jon Lopategi cantó en Ondarroa, y no solo se clasificó para la final, sino que se hizo con la "txapela".

En 1965 la final del campeonato de Bizkaia se jugó en Durango. De allí se clasificó al campeonato nacional que ese año ganó Mattin; también Jon Lopategi cantó en aquella final.

El último de los campeonatos de la vieja era (en adelante se dieron cambios en la organización) lo ganó Jon Lopategi en Durango en 1966.

En el campeonato nacional de 1967 (famoso por los silbidos a Xalbador) Lopategi consiguió el tercer puesto.

La pareja Lopategi-Azpillaga ha sido muy famosa en el entorno del verso, ya que ambos versolaris han recorrido infinidad de plazas haciendo eco de mensajes políticos y sociales tanto en la época de Franco como en los primeros años de la democracia. Puede decirse que Lopategi y Azpillaga supieron adaptar los modelos tradicionales a los nuevos tiempos, para hacer uso del verso en una época en la que la remodelación social y el nacionalismo estaban en boga. En 1992, por ejemplo, homenajearon a la pareja artística en Zerain, pues desde 1963 cantaron allí año tras año. Tanto uno como el otro fueron víctima de denuncias, multas y encarcelaciones en la época de represión franquista. La pareja visitó París para batirse con otra pareja conocida: Xalbador-Mattin (aquel curioso certamen entre parejas también tuvo lugar en Hazparne y en Gernika). Azpillaga y Lopategi llegaron a realizar cinco actuaciones en un solo día en la época en que más los solicitaban.

Entre 1967 y 1980 se celebraron varios certámenes. Hasta entonces los había organizado Euskaltzaindia, pero a partir de 1967 dejó de hacerlo. En esa nueva era de los campeonatos, Lopategi consiguió el segundo puesto a nivel nacional en 1982. Así lo fue también en 1986. En 1987 se proclamó campeón de Vizcaya, y en 1989 mereció la "txapela" de Euskal Herria.

Además de dedicarse al versolarismo, Jon Lopategi nunca dejó de formarse: estudió francés durante dos años (1972-74), y obtuvo el titulo de maestro en 1989.

Lopategi se ha caracterizado por ser un gran "euskalzale" y "abertzale"; fundó en colaboración con otros padres la ikastola Seber Altube de Gernika.

Además de actuar como versolari, Lopategi ha trabajado por cuenta ajena para mantener a su familia. Trabajó por primera vez fuera de casa en la empresa Dalia de Gernika. En 1963, con treinta años de edad y una hija recién nacida, comenzó su carrera como comercial de piensos. Realizó varios cursos relacionados con su labor en Madrid y Valencia y prestó sus servicios como comercial de piensos durante dieciocho años: realizaba al día en torno a veinte visitas, pero el horario era compatible con la vida de versolari; además Lopategi conoció a muchísima gente mientras acometía su labor.

De 1989 en adelante empezó a impartir clases de versolarismo a jóvenes de la mano de la Asociación de Ikastolas de Bizkaia, mediante un proyecto para la promoción del versolarismo en las escuelas vascas. De la mano de Jon Lopategi han nacido nuevas generaciones de versolaris. Además de los cursos oficiales, llevaba a los jóvenes a cantar aquí y allá para que éstos practicasen. He aquí una pequeña traducción de los recuerdos de Lopategi sobre la época:

"El Gobierno Vasco empezó a dar ayudas a los centros escolares a cambio de que organizasen tres actuaciones de versolaris: una en el mismo centro y dos en otros centros. Entonces tenía yo una furgoneta, colocaba detrás un banco a cada lado y allí llevaba a los jóvenes versolaris. Cada día tocaba una escuela u otra, y así hacíamos nuestras actuaciones. ¡Venían muy contentos! Era una bonita aventura para ellos."

Berria, 2005-07-24.

Jon Lopategi también organizaba encuentros para que los versolaris jóvenes se conociesen entre sí y gozasen de un ambiente "euskaldun":

"Al principio organizamos algunos encuentros con los responsables de las ikastolas, en la vieja escuela de Kanpantxu. Luego, cuando los jóvenes ya contaban con quince años, hacíamos salidas con ellos cuatro o cinco veces al año. Así, los jóvenes de distintas comarcas se conocían entre sí, se entablaban amistades, y en vez de ir a los campeonatos en contra de fulano o mengano, se palpaba un ambiente amistoso.

Berria, 2005-07-24.

Fueron alumnos de Jon Lopategi, por citar algunos, Igor Elortza, Unai Iturriaga, Beñat Gaztelurrutia, Aritz Lopategi (hijo de Jon Lopategi), los hermanos Paia, así como cientos y cientos de jóvenes que han recibido clases de versolarismo en sus escuelas. Jon Lopategi siempre ha impulsado a los jóvenes, y son palabras textuales de éste que "el joven nunca hace el ridículo".

Una vez jubilado, sigue todavía reuniéndose con algunos de sus alumnos semanalmente o en épocas de campeonatos.

La Asociacion de Ikastolas de Bizkaia le rindió un cálido homenaje el 6 de diciembre de 1999 en el frontón Ezkurdi de Durango. Los versos de los jóvenes que allí cantaron dejaron claro cual ha sido la estrecha relación que han mantenido entre el maestro y sus discípulos.

Hoy en día, "Baltza" (así lo denominan muchos conocidos y aficionados al verso) disfruta de su jubilación en su pueblo natal, Muxika.