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Lapurdi. Educación y cultura

Escuelas en Bayona. Se lee en el Livre d'Or de Bayonne que el cabildo tenía entre sus miembros un maestreescuela encargado de dirigir las escuelas; encontramos a P. de St. Martín en 1198, Bd. de Capajus, I. de Luse, en 1212, y Jean Escolan en 1317. Cita también, el mismo año, a Pierre de Lavardin, Nicolás de Orque "inspector de escuelas" en 1317. En su testamento del 4 de agosto de 1703, el obispo Dominique de Man deja 5 sueldos a cada uno de los capellanes escolares de la diócesis (porque había escuelas en muchos sitios). Los Registres Gascons de Bayona mencionan escuelas en 1482, en 1500 y en 1526; la publicación de los archivos municipales nos edificará a este respecto. Es en el siglo XVI cuando la cuestión escolar está sobre todo a la orden del día. Acaba de aparecer la Reforma. Igual que supo adueñarse de las mentes, funda ahora escuelas para enseñar su doctrina. Fueron los Estado Generales de Orleans quienes, por el artículo IX de las ordenanzas de 1560, atribuían la renta de una prebenda en las iglesias de cabildo "para mantener un preceptor que tendría por cometido instruir a la juventud gratuitamente y sin salario, preceptor que sería elegido por el voto conjunto del obispo, los canónigos y los regidores".

Es lo que desde entonces se llamó Prébende Préceptoriale. Los cabildos debían pues imponerse esta carga o aceptar la supresión de una canonjía a beneficio de las escuelas. Se comprende la resistencia que debió provocar la aplicación de esta ordenanza. Las veremos producirse en Bayona, sobre todo para el establecimiento del nuevo colegio. Los estatutos sinodales de 1533 no mencionan escuelas públicas. Los padres y los clérigos son los únicos encargados de procurar la enseñanza religiosa a los niños: pero hemos visto en los Registres Gascons ocuparse de las escuelas. Los estatutos sinodales de 1666 ordenan que haya en cada parroquia un regente o maestro para instruir a los niños y enseñarles el catecismo; las niñas serán confiadas a las hermanas llamadas vulgarmente benitas. Según el edicto de abril de 1595, los maestros de escuela debían ser examinados y aprobados por el obispo. Las ordenanzas sinodales de 1749 recomendaban a los clérigos tener maestros y maestras dignos de ser aprobados. Los maestros no enseñan sino a los chicos, según las antiguas ordenanzas, las benitas se aplican a la instrucción de las niñas. Esta aprobación se daba generalmente en el momento de las visitas pastorales en las parroquias. Los atestados de las visitas de Mgr. de Beauveau, en 1703, no hablan de ello, pero los de Mgr. de Bellefont, en 1737, y el de Mgr. d'Arche, en 1747, lo mencionan a menudo. Así el primer día de la visita pastoral (1.º de mayo de 1737), el obispo hizo venir al señor Labat, maestro de escuela, para ser aprobado. El párroco daba a los maestros un certificado de buenas costumbres y de doctrina. En el siglo XIX se encuentra una curiosa ordenanza de Mgr. d'Atros instituyendo en el Cabildo de Bayona la carga de maestreescuela o inspector de escuelas y otras casas de educación de la villa de Bayona. Ref. Edouard Duceré: Dictionnaire historique de Bayonne, 2 vols, Bayonne, 1911-1915.

Debe imaginarse de qué importancia sería esta corporación al saberse que a ella incumbía cuidar la enseñanza de la juventud en el antiguo régimen. Es curioso hojear el voluminoso legajo que contiene los expedientes, requerimientos y querellas presentados a la corporación de la villa de Bayona. Señalaremos primeramente un certificado de catolicismo dado por el alcalde y jurados de Liboume a Charles Lafleur y François de Saint-Phaltier "escribanos", en 1662. En 1696 se acuerda un permiso a Gilles de Miranda para "enseñar a rezar, escribir, leer y contar a los niños y a otras personas". En 1697 encontramos un requerimiento de Jean de Bonnebat para que se prohíba "enseñar a leer, a escribir y aritmética", sin una autorización de la corporación de la villa. En 1735, el 10 de mayo, un decreto del consejo del parlamento de Burdeos autoriza el artículo VI de los estatutos de maestros escribanos y aritméticos jurados de la villa de Bayona, concebido así:

Se ordena que ningún escribano, ni aritmético, sea transeúnte o nuevo residente u otra cosa en la citada villa, pueda ser admitido cofrade en la dicha cofradía, o practicar públicamente el arte de la escritura y de la aritmética en ésta, bien sea en sus casas o domicilio; si anteriormente no hubiera solicitado permiso a los citados alcalde, regidores y magistrados municipales, y haber probado su capacidad y suficiencia por un examen ante los maestros escribanos jurados, y a fin de obviar los abusos mencionados en los artículos VII y VIII, se les exigirá atestado de su lugar de nacimiento, residencia, vida y costumbre, religión católica, apostólica y romana, y que han ejercido su profesión entre gentes honorables, sin ningún reproche; que se someterá a los citados artículos VII, VIII y XXI del susodicho estatuto, ordena además que ningún aspirante pueda ser recibido en dicha compañía que no haya estado anteriormente durante cuatro años bajo un maestro de la villa, y no haya cumplido la edad de veinticinco años, excepto los hijos de maestros, que serán dispensados de esta regla, siempre que tengan la capacidad requerida, contenida en el artículo XXVIII. "Igualmente, bajo el pretexto de enseñar la gramática a los niños, ningún escribano o aritmético transeúnte podrá percibir emolumentos, ni otra cosa, en detrimento de los maestros escribanos titulados, entregar o hacer entregar ninguna muestra de escritura o de aritmética a los niños que viven en su casa, si anteriormente no se han sometido a los preceptos del presente estatuto y en conformidad con los maestros escribanos titulados, bajo pena de la multa señalada en el artículo XXIII y de todos los gastos, perjuicios e intereses".

Ref. Edouard Duceré: Dictionnaire historique de Bayonne, 2 vols, Bayonne, 1911-1915.

La ley del 28 de junio de 1833 representa una etapa muy importante en la historia del desenvolvimiento de la enseñanza en Francia: creó, según se ha escrito, una especie de mapa de la enseñanza primaria y por primera vez un presupuesto de instrucción pública. Un importante registro de los Archivos Nacionales reúne los resultados de las inspecciones hechas en el departamento de Bajos Pirineos, durante los meses de octubre, noviembre y diciembre de 1833. La "visita" del inspector solía ser anunciada. Estas inspecciones no fueron muy fáciles ni muy tranquilas para aquéllos a quienes fueron confiadas. La mala estación hizo casi impracticables los caminos de los pueblos y aldeas. Lo que decían los inspectores en gira por el País Vasco confirmaba el estado de abandono de los caminos vecinales al comienzo de la Monarquía de julio.

  • Idiomas

Los dos distritos de Bayona y de Mauleón cubren casi enteramente las regiones de Lapurdi, Zuberoa y Benabarra. Nos atendremos aquí a los límites lingüísticos. Los informes de inspección no aportan sino muy raras indicaciones acerca de los contactos lingüísticos vasco-gascones (gascón de Bayona y del Bajo-Adur, gascón bearnés). Sin embargo, la encuesta de 1833 permite a veces precisar el trazado de la frontera lingüística. En el cantón de Bayona Noroeste, "el gascón es el idioma que se habla en Anglet, y los niños no hablan absolutamente el francés". En Biarritz se habla el gascón como en Anglet". En el Bajo Adur, cantón de Bayona Nordeste, "la lengua popular de los cuatro municipios rurales, Lahonce, Mouguerre, Saint Pierre de Irube, Urcuit, es un idioma completamente extraño a nuestra lengua", nos referimos al vasco. Así, los límites geográficos de nuestro estudio son los mismos que en un reciente artículo ha fijado M. René Lafón como frontera lingüística del vasco y el gascón (Frontiére..., Congrés de Peyrehorade, 1962). En el cuadro de nuestro análisis esto presenta un vivo interés: los inspectores subrayan la dificultad que presenta el empleo del vasco para el aprendizaje de la lectura y escritura. Ciertamente, si "el vulgo habla gascón", la dificultad es grande, pero la singularidad del "idioma vasco" la agrava. [Durante la Restauración se interpretaba de varias formas el contraste existente entre el Bearne y el País Vasco: siendo la instrucción primaria más floja en este último. La Gazette de France reproducía en septiembre de 1828 "un estado estadístico de la instrucción primaria en los Bajos Pirineos" y explicaba "la inferioridad del País Vasco a causa de su población dispersa, mientras que la del distrito de Pau, por ejemplo, está mucho más agrupada". Le Mémorial des Pyrénées rechaza esta explicación: es "el idioma nacional" de los vascos el verdadero responsable de este estado de cosas, un idioma que no tiene analogías con ninguna otra lengua si no es con "algunas lenguas orientales". (M. P. 22 sep. 1828)]

  • Mapa escolar

El registro de la encuesta y la lista de municipios, publicada en el Anuario administrativo, judicial e industrial, del departamento de Bajos Pirineos por el año 1833 (Pau. E. Vignancourt, éditeur), nos permite levantar el mapa escolar de Lapurdi (distrito de Bayona) en 1833.

Cantón de Bayona Nordeste: fueron visitadas las escuelas de Lahonce, Mouguerre, Saint-Pierre d'Irube, Urcuit.
Cantón de Bayona Noroeste: escuela de Arcangues; pero el maestro sirve "para Arcangues y Bassussary". Bassussary, pueblecito de 332 habitantes, no tiene escuela.
Cantón de Bidache: en Bardos fueron inspeccionadas tres escuelas, una por lo menos de barrio. Los 2.500 habitantes del pueblo proveen de abundante población escolar.
Cantón de Espelette: inspecciones en Ainouhe, Cambo, Espelette (dos escuelas), Itsatsou, Louhossoa, Sare, Souraide. La capital del cantón (1.400 h.) está mejor dotada que la más poblada villa de Sare (2.000 h.) y que Itsatsou (1.500 h.).
Cantón de Hasparren: 4 escuelas visitadas en Hasparren (5.400 h.), 2 en Mendionde (1.600 h.), una en Bonloc, Saint-Esteben, Macaye, Méharin Saint-Martin.
Cantón de Labastide Clairence: 2 escuelas visitadas en Ayherre (1.500 h.), una en Briscous y otra en Isturitz.
Cantón de Saint-Jean-de-Luz: se visitó una sola escuela en la capital del cantón (2.860 h.). Una sola igualmente en Urrugne con 3.000 h. Sin embargo, Ciboure (1.700 h.) tiene dos escuelas, lo mismo que Ghethary (que no tiene más que 450 h.); Ascain, Bidart, Biriatou, Hendaye, están provistos de una escuela cada uno. Serres, municipalidad de 130 h., no tiene maestro.
Cantón de Ustaritz: Saint-Pée, el municipio más populoso del cantón, tiene tres escuelas, pero la capital (1.950 h.) no tiene más que una escuela primaria (de niños), como los pueblos de Ahetze, Arbonne, Jatxou, Larresore, Villefranque, Halsou; el municipio más pequeño del cantón (320 h.) no tiene maestro.

Así, en el distrito de Bayona, de 41 municipios "vascos" 3 estaban desprovistos de maestros de escuela: Bassussary, Serres, Halsay. Son los pueblos de menos población.

  • Ingresos del profesorado

La retribución escolar (antiguo derecho de "écolage") había sido restablecido en principio, y mantenido de hecho desde 1795. La ley preveía que ésta sería fijada por la administración departamental. Pero en 1802 son los concejos municipales quienes la fijan. La ordenanza de febrero de 1816 acuerda a estos últimos el derecho de establecer una tasa y "de establecer el cuadro de indigentes dispensados de pagar". Existían tres tasas de retribución, correspondientes a tres categorías de alumnos: 1.ª, los que solamente aprenden a leer; 2.ª, los que aprenden a leer y a escribir (los "écrivains"); 3.ª, los que aprenden a leer, escribir y contar. Muchos cobraban un "sueldo fijo". Este hecho no podría considerarse como tal y merecer un estudio estadístico, pues este sueldo obligaba al maestro de escuela a admitir un número más o menos elevado de "alumnos gratuitos" y disminuía en parte el número de alumnos pagando retribución mensual, o más raramente anual. El maestro municipal de Lahonce percibía 200 f. de sueldo y debía aceptar 25 alumnos gratuitos. Los de "pago" aportaban una retribución de 60 céntimos al mes. Si Dathary, maestro de escuela de Mouguerre, no percibía sino un sueldo de 100 f., sólo l0 alumnos tenían el derecho de instrucción gratuita, si Devert, maestro de Saint-Pierre d'Irube no tenía ningún sueldo fijo, la retribución escolar se elevaba aquí a 1 f. para los que aprendían a leer y a 1,5 f. para los "escribientes". De todo esto no podría sacarse una conclusión favorable para el maestro de escuela que percibía un "sueldo fijo". Sin embargo, esto ofrecía cierta garantía que la mala voluntad de los padres y una asistencia escolar muy irregular no presentaban. La diferencia de sueldo era grande de un municipio al vecino. En conjunto, los maestros del cantón de Bayona se encontraban más favorecidos. Etchart, maestro de escuela de Ainhue, recibía 400 f. por 40 alumnos gratuitos. Esta cantidad es excepcional, pues los sueldos 150, 200 y 250 f. eran los más frecuentes (Combo, Espelette, Sare, Bonloc, Saint-Esteben, Méharin, Ayherre, Isturits, Ascain, Bidart, Biriatou, Ahetze, Jatxou, Saint- Pée...). Pero en Arbonne y Briscous, el municipio no garantizaba ningún sueldo fijo. Todos los alumnos pagaban una retribución de 0,50 f. a 1,50 f., según el grado de instrucción que recibían. Los puestos más codiciados eran los que teniendo un sueldo de 200 a 300 f. no imponían al maestro sino un pequeño número de "gratuitos", como Ustaritz.

  • Pluriempleo de los maestros

Sueldo y retribuciones no aseguraban en general más que un ingreso insuficiente. El maestro rural trataba de mejorarlos con otros empleos remunerados, ocupando el primer lugar el de secretario municipal. En el distrito de Bayona, de dos maestros, uno era secretario de alcaldía, y los 315 de municipios vascos tenían como secretario al maestro; los ingresos que percibía sobrepasaban a veces su sueldo de maestro: en Mouguerre (120 f. contra 100 f.), en Arcangues (200 f., y sin sueldo), en Cambo (250 f. contra 200 f.), Souraide (120 f., y sin sueldo), Ayherre (100 f., y sin sueldo), Bidart y Ahetze (200 f., y sin sueldo)... A veces el sueldo era el doble (en Bardos 200 f., Espelette 250 f., Louhossoa 100 f., Sare 300 f., cifra excepcional). En los pueblos de pocos habitantes el secretario municipal era una renta no despreciable (l00 f. en Biriatou, 50 f. en Bonloc). Bien a menudo el municipio pagaba al maestro una suma "global" por sus servicios de maestro, secretario municipal y chantre. Si no se tienen en cuenta las diferencias que presentaban las funciones de "chantre" y "campanero", los informes de la inspección establecerían que un maestro por cada cinco asumiría estos cometidos en el distrito de Bayona. Y que un chantre de cada cuatro era el maestro de escuela. Así en los pueblos del País Vasco, en 1833, el maestro rural cumplía, a menudo, las funciones de secretario municipal, y no tan frecuentemente las de cantor y campanero.

  • Capacitación de los maestros

El artículo 11 de la ordenanza del 29 de febrero de 1816 definía los tres grados de diploma de capacidad para la enseñanza primaria: "El tercer grado o grado inferior será acordado a aquellos que sepan suficientemente leer, escribir y numerar para poder dar lecciones. "El segundo grado, a los que sepan bien la ortografía, la caligrafía y las cuentas y que estén en estado de dar una enseñanza simultánea, análoga a la de los hermanos de las Escuelas Cristianas. La pobreza impedía al maestro mejorar su instrucción: "es tan pobre -escribía Montlezun del maestro de Chéraute (Ossain Ibar) que no me atrevo a pedirle que vaya a Mauleon a instruirse..." Sin embargo esto hubiera sido indispensable. La encuesta de 1883 precisaba el reparto de diplomas de capacitación de 2.° y 3er. grado (23). En el distrito de Bayona, el 30 % de los maestros poseían el diploma de 2.° grado: este porcentaje bajaba a 23 en el distrito de Mauleon y para el conjunto de los municipios del País Vasco a 25 % El nivel de instrucción de los maestros era precario. Algunos maestros jóvenes iban a Bayona "para perfeccionarse en el método simultáneo": así el joven Etcheberry, de Saint-Just, "único capaz en el cantón de transmitir el buen método a sus colegas". De la ignorancia del maestro dependía, solamente en parte, la práctica de cierto método de enseñanza condenado por los inspectores: el espíritu de rutina se contentaba con el método individual. En el distrito de Bayona, un maestro de cada cuatro continuaba aplicándolo, cuando en el distrito de Mauleon, por cada maestro de escuela capaz de aplicar el método simultáneo, diez se atenían al individual. La ignorancia de los maestros no era la única causa: ¿acaso la irregular asistencia a la escuela impedía otro método de trabajo que no fuera el llamado "individual"?

  • Asiduidad escolar

En general los efectivos aumentaban en invierno y disminuían en verano: en los registros de la encuesta de 1833, una sola escuela, de Lapurdi, es la excepción: una de las escuelas de Saint-Pée (¿error o condiciones particulares, locales, de forestación invernal?). Los efectivos declarados depasan en invierno del 30 al 50 % sobre los del verano. Los trabajos del campo, la custodia de rebaños, hacían abandonar la escuela desde la primavera. Los efectivos declarados se referían casi siempre a escolares de "dos sexos". Así en las escuelas del cantón de Saint-Etienne-de Baïgorry, en todas ellas, con una sola excepción, las del cantón de Saint-Palais, salvo sólo dos excepciones, las del cantón de Tardets: había escuelas reservadas a los "varones" pues allí existía una de niñas; lo mismo ocurría en el distrito de Bayona, en Ciburu, Urrugne, Ustaritz, Hazparren, Saint- Pierre d'Irube. Se admitían estos escolares de 5, 6 y 7 años hasta 12 y a veces 14 años: la mayoría de las veces, "la primera comunión" marcaba el fin de la escolaridad.

  • Qué se aprendía en la escuela en 1833

En la instrucción primaria lo más corriente era limitarse a "la instrucción religiosa, la lectura y un poco de escritura"; en los casos más aventajados se agregaba la aritmética (o "cuentas prácticas", "práctica de operaciones", y a veces sistema decimal o "nuevo sistema") y la gramática. En las escuelas de pueblo era excepcional la enseñanza de dibujo lineal, de algunas nociones de agrimensura y de geografía. En cuanto al distrito de Bayona, las respuestas del inspector Pasteur al cuestionario de la encuesta desgraciadamente fueron precipitadas; sin embargo, si en los cuatro municipios de Lahonce, Mouguerre, Saint-Pierre d'Irube y Urcuit "las materias de enseñanza" se reducían a la instrucción religiosa, la lectura y la escritura, en Arcangues, el joven maestro Abeberry, poseedor de diploma de segundo grado, agregaba a esto "elementos de gramática, ortografía, aritmética" y hasta historia. En el cantón de Espelette, la enseñanza de la "aritmética práctica" y de la "gramática" parecía ser general. En una escuela de Hasparren el maestro Roquelaure enseñaba también "la geografía, los cambios extranjeros, la teneduría de libros" mientras su colega Merlere, se limitaba a la enseñanza de la lectura, la escritura "y aunque sea poco, algo de aritmética". En dos escuelas de Bardos, probablemente dos escuelas de barriada, los maestros no enseñaban a sus escolares "sino las primeras nociones de lectura". Terminemos con un caso excepcional, en el distrito de Bayona: uno de los maestros de Saint-Pée, Brave, de 66 años, "no sabía leer ni una palabra en francés y menos aún hablarlo", su enseñanza se limitaba a "la instrucción religiosa y una mala lectura en idioma vasco". En el distrito de Mauleon la instrucción primaria era aún más elemental.

  • Material escolar, escuelas y mobiliario

La mediocridad de la instrucción iba acompañada generalmente de una escasez de material escolar. ¿Qué libros se utilizaban en las escuelas primarias del País Vasco en 1833? Los más numerosos eran los manuales de instrucción religiosa y los más citados por los inspectores: "el catecismo histórico en francés" y "el compendio de historia sagrada", en las escuelas del distrito de Bayona, se agregaban al "catecismo diocesano" en vasco y a "la imitación de Cristo en vasco". El escrupuloso Montlezun citaba cantidad de otros libros en las escuelas de Zuberoa y Baja Navarra. En efecto, la mayoría de los escolares no estaban provistos de libros iguales y en cantidad suficiente, lo que impedía, entre otras cosas, la aplicación efectiva del "método simultáneo". Por otra parte, éste exigía un "mobiliario escolar", aunque fuera sólo lo estrictamente indispensable. De lo que las escuelas municipales de 1833 carecían generalmente. Al cuestionario de la encuesta que se preocupaba por saber "de qué elementos carecía la escuela", el inspector de Bayona respondía, respecto a las escuelas rurales del cantón de Bayona Noroeste: "casi de todo, nada uniforme ni surtido", y en los otros cantones, numerosas salas de clase necesitan "reparación", "entarimar", "poner cristales". La pobreza y la insuficiencia de locales y de mobiliario escolar reflejaban muy a menudo la exigüidad de recursos del municipio: podía originarse también en la mala voluntad de los ayuntamientos y en una opinión pública indiferente u hostil hacia la instrucción primaria.

  • Castigos corporales

Finalmente, la encuesta de 1833 precisaba ciertos aspectos de la personalidad del maestro de escuela y sus relaciones con los habitantes y las "autoridades". E1 inspector se informaba del carácter del maestro preocupado en saber "si estaba exento de cualquier arrebato" y "si se abstenía de pegar a los alumnos". En el distrito de Bayona, Pasteur no señaló ningún ejemplo de brutalidad, pero respondía prudentemente a la segunda cuestión, "no siempre", y osaba justificar al maestro, pues "hay momentos en que...". Lo mismo pasaba en el distrito de Mauleon. Realmente, la gran mayoría cultivaba "relaciones honorables", ciertos maestros hacían gala de una gran piedad y no alternaban sino con sacerdotes. Los conflictos entre maestro y cura eran una excepción. En Jatxou, "el maestro estaba mal visto por el cura, de quién era la culpa", si se ha de creer al inspector.

  • Los maestros: vida de relación

Sin embargo, el agudo conflicto que en Hasparren oponía al clero y a los maestros de escuela, merece algunas reflexiones. Traemos aquí la "versión" del inspector Pasteur. En Hasparren, "el influyente fanatismo de algunos ex-misioneros ya retirados... disuadía a los padres de confiar sus chicos a las que ellos llamaban "instituciones modernas" y de enseñarles el francés... El maestro Roquelaure lo ha enseñado desde hace 22 años; a causa de inicuas maniobras, su clase estaba reducida a dos alumnos... bajo el pretexto de que no sabía el vasco para enseñar este idioma. Toda la confianza estaba depositada por estos señores en el señor Iriarte, maestro de colegio, que habían traído de Cambo, y cumplía sus deseos. Además, esta confianza la dispensaban estos señores a damas que no tenían otra autorización ni otra aptitud que su beatería. La encuesta de 1833 daba fe de la armonía que reinaba en los pueblos del País Vasco entre el maestro, el cura y el alcalde (lo que no eliminaba, al contrario, este "estado de dependencia" perjudicial a la función del maestro). El reclutamiento de maestros era esencialmente local: eran numerosos los que enseñaban en su pueblo natal y los que toda su carrera transcurría en el mismo pueblo. En Bidart, Guilharreguy tenía una autorización que databa del V año de la República. En Ahaxe, Ezpondaboure ejercía desde hacía 58 años sin preocuparse de ninguna autorización. Numerosas autorizaciones llevaban la fecha de octubre de 1817. Entre estos maestros de escuela que ejercían desde los comienzos de la Restauración, los inspectores anotaron un cierto número de "antiguos militares".

  • La introducción del francés

Por todas partes el inspector tuvo que recomendar a los maestros de escuela "hablar en francés" salvo para el catecismo vasco, y "prohibir los libros escritos en vasco". "Me he tenido que armar de energía -escribía Montlezun- para emprender el feliz comienzo de una situación de progreso". El inspector se enorgullecía ya de haber obtenido "algunos felices efectos". Así, "sería deseable que la inspección pudiera reiterarse anualmente para la entera mejora de la instrucción primaria, sobre todo en nuestros países vascos". Ref. Hourmat, P.: L'enseignement primaire su Pays Basque d'aprés l'enquête de 1833, "Bulletin du Musée Basque", 1964, n.º 24.

Dominique Bidegaray solicitó el 22 de agosto de 1675 a los estados de la Baja Navarra una ayuda monetaria para publicar un Dictionnaire basque-françois-latin-espagnol y unos denominados Rudiments en los que había empleado veinte años de su vida. Declara que comprende el vocabulario de las tres provincias de Iparralde y que se debe de imprimir "pour la gloire de la nation basque el l'utilité des enfants". No habiendo tenido éxito su oferta, el franciscano volvió a presentar su trabajo a los estados y al Biltzar que acordaron una cantidad cada uno sin que, sin embargo, desembocara el acuerdo en su publicación perdiéndose el original en tiempos de la revolución. La siguiente tentativa fue la de Joanes de Etcheberri de Sara que publicó en Bayona (1728) una carta-informe denominada Lau-urdiri gomendiozco carta edo guthuna (Carta de recomendación a Lapurdi) dirigida al Biltzar urgiendo a éste a que adoptara sus trabajos (diccionario y gramática) encaminados a enseñar el latín en lengua vernácula.

También fracasó esta tentativa, una de las muestras más cabales de interés práctico por una enseñanza racional en régimen de bilingüismo. Dominique-Joseph Garat, Lapurdino, y Augustin Chaho, suletino, batallaron para llevar el euskara oficialmente a las escuelas, sin mayor resultado práctico. En 1840, parece haberse hecho la vista gorda sobre su uso, según se desprende del manual de Hiriart, maestro de Ustaritz. En 1870 el conde de Charency redacta una petición colectiva dirigida a la Asamblea Nacional francesa. En 1904 el euskara llegó a prohibirse en la escuela. La primera concesión fue la efectuada por el gobierno de Vichy: se toleró la enseñanza facultativa del euskara fuera de horas lectivas. La Liberación suprimió la facultad otorgada renovándose la petición en los años 40. Por fin, el 11 de enero de 1951, un proyecto de ley (ley Deixonne) consigue franquear la barrera parlamentaria aunque significativamente mutilado permitiendo el empleo del euskara en ciertos casos y el examen facultativo de euskara en el bachillerato.

Hay que resaltar, sin embargo, que el euskara ya figuraba en las escuelas libres o católicas desde su introducción por monseñor Gieure en el obispado de Bayona en 1923. La disposición se cumplió moderadamente destacando las escuelas de San Juan de Luz, Hasparren y Mouguerre. Por otra parte el liceo de Bayona contó desde ese mismo año con las clases de lengua, literatura e historia vascas impartidas por Henry Gavel. El consejo general de los Bajos Pirineos adoptó en noviembre de 1959 por unanimidad el acuerdo de solicitar al Ministerio de Educación Nacional un auténtico estatuto de las lenguas regionales que otorgara a éstas los derechos de que gozaba el malgache. Es la "Circular Guichard" la que autoriza en setiembre de 1971 la enseñanza de lenguas regionales tres horas por semana en los tres años que preceden al bachiller.

La universidad de Bayona es el Institut d'Etudes Juridiques et Economiques en el que se estudia derecho y económicas, y el Institut Universitaire de Technologie.

Dentro de la enseñanza del euskara habría de hacerse una división entre la enseñanza de los ámbitos universitarios y la de los niveles inferiores. En el primero de los apartados, en el plan universitario habría de señalar la cátedra de Lengua y Literatura Vascas de la universidad de Burdeos III, creada en 1948 para el profesor Rene Lafón y que está a cargo del profesor Jean Haritschelhar desde 1969. Además del catedrático, un profesor adjunto, Jean Baptiste Orpustan, y un lector dispensan su enseñanza a unos cincuenta estudiantes entre los que existen algunos aspirantes al doctorado. El euskera puede ser segunda lengua tanto en el DEUG (Diploma de Estudios Universitarios Generales) a través de dos UV (unidades de valor) para las secciones de letras modernas, lenguas vivas. En el segundo ciclo es opcional con el certificado de Lengua y Literatura Vascas para la Licencia en Letras Modernas, Lenguas Vivas e Historia del Arte y Arqueología. Es opcional también en la Licencia de Lingüística General y obligatorio en la Maîtrise de Lingüística Ibérica. En la universidad de Pau el euskara es enseñado por Txomin Peillen, profesor adjunto, también como segunda lengua tanto en el primer ciclo (dos uv) como en el segundo con el certificado de lengua y cultura vascas.

En la universidad de Toulouse la enseñanza del euskara está a cargo del profesor Jacques Alliéres. La ACIEB (Asociación para la creación de un Instituto de Estudios Vascos) ha creado (1981) con la universidad de Burdeos III una enseñanza de estudios vascos en Bayona. El primer ciclo corresponde con 4 uv a un diploma universitario y se prepara en un tercer año el certificado de lengua y cultura vascas, diploma reconocido por el ministerio. En el nivel de enseñanza secundaria el euskara es considerado como opcional (segunda o tercera lengua) en el bachillerato y las clases impartidas son de tres horas semanales. Se enseña el euskara en los liceos de Bayona, Anglet, Saint-Jean-de-Luz y en los centros privados de Bayona Saint-Jean-de-Luz y Ustaritz. En el primer ciclo de enseñanza secundaria (colléges) el euskara es enseñado tanto en los centros públicos como en los privados de Laburdi, Baja Navarra y Zuberoa (tres horas semanales). En el nivel de enseñanza primaria treinta maestros ambulantes para la enseñanza pública y ocho para la enseñanza privada pasan por las escuelas y dan tres horas semanales de enseñanza del euskara.

En Saint-Jean-de-Luz y en Sare el ministerio ha creado unas clases experimentales de enseñanza bilingüe (50 % en francés, 50 % en euskara). La primera ikastola de Euskadi Norte se fundó en 1969 en Arcangues. En la actualidad y gracias al impulso de Seaska (coordinadora de las ikastolas en Iparralde) se está produciendo un considerable aumento en el número de ikastolas y de alumnos. Las cifras de alumnos ofrecidas por Seaska en Euskadi Norte en los últimos años son las siguientes:

Bayona3Hasparren1
Cambo les Bains2Hendaia1
Anglet1Biarritz1
Arcangues1Sara1
Ascain1Usrtaritz1
Briscous1Saint Pee sur Nivelle 
Saint Jean de Luz1

La vida legal de estas ikastolas se desarrolla con gran dificultad. En 1981 tuvo lugar una convención entre Seaska y el Ministerio de Educación. Por él se estableció una subvención, renovada precaria y anualmente, de medio salario para los enseñantes ciudadanos franceses, creándose una comisión bipartita que comprobase el nivel pedagógico de la enseñanza. A semejanza de lo que se hace en Egoalde, desde 1984 celebra Iparralde una caminata reglada, Herri- Urrats, con el fin de obtener fondos para sostener a las ikastolas. AEK posee en Laburdi las siguientes escuelas nocturnas: Lapurdi-Kostako AEK: Hendaiako Gau Eskola; Donibane Lohitzuneko Gau Eskola; Azkaineko Gau Eskola; Sarako Gau Eskola. Baiona-Miarritzeko AEK: Arbonako Gau Eskola; Miarritzeko Gau Eskola; Baionako Gau Eskola; Hiriburuko Gau Eskola. Lapurdi Barnekaldeko AEK: Bardotzeko Gau Eskola; Uztaritzeko Gau Eskola; Hazparneko Gau Eskola; Kanboko Gau Eskola; Ezpeletako Gau Eskola.

El obispado de Bayona posee 107 escuelas de enseñanza con 6.522 niños en el primero y 4.402 en el segundo. En la enseñanza secundaria posee 44 establecimientos, 30 de ellos en zona vasca. También regenta en el País Vasco 11 escuelas agrícolas con 779 alumnos. No se poseen cifras pormenorizando la zona laburdina.