Industries

LA IBÉRICA

Manufactura de bizcochos y galletas de Olibet J. e hijo, de Rentería (Gipuzkoa). Antigua fábrica descrita por Bustinduy, a fines del siglo XIX, así: "Esta nueva industria en la provincia, data del año 1887, debida al industrial francés Sr. Olibet, quien, deseando de establecerla en España, además de las que posee en Burdeos, París y Lyon, se fijó en esta villa de nuestra provincia, fundándose principalmente en la mayor facilidad de obtener las primeras materias; pues con el actual emplazamiento entre el ferrocarril del Norte y el río Oyarzun, tiene la grandísima ventaja de que el ferrocarril le presenta en las puertas de la fábrica las buenas harinas almidonadas, y casi sin gluten, de Castilla; por el puerto de Pasajes adquiere, con grandes ventajas, los azúcares de caña de Cuba, que son muy superiores a los azúcares franceses; y por último, los caseríos del país le proporcionan la leche pura y en buenas condiciones. Así se comprende el estudio preliminar que se hizo para la instalación de esta nueva industria, que desde la fecha indicada ha adquirido tan gran desarrollo, que hoy cuenta grandes sucursales en Madrid y Barcelona. Ocupa este establecimiento industrial un espacio de 3.500 metros cuadrados, en que hay varios edificios, el principal de los cuales se comunica con la estación de ferrocarril, atravesando la carretera con un puente. La fabricación de La Ibérica se divide en cuatro grandes secciones, primera, la de galletas; segunda, la de gaufrettes, llamadas de Olibet, por el procedimiento especial y privilegiado de la casa; tercera, la de bizcochos; y cuarta, la panadería. En la primera sección, fabricación de galletas, la primera operación es la confección de pastas, divididas en blandas y duras, compuestas de una cantidad variable de harina, azúcar, huevos, manteca, leche y varios perfumes, según la calidad que se quiera obtener. Estas pastas pasan a los amasadores mecánicos, movidos por una máquina de vapor de 60 caballos, la que al mismo tiempo sirve para dar movimiento a la dínamo destinada al alumbrado eléctrico de todo el estable cimiento. Estos amasadores son dos, uno de fuerza de 200 Kg., y el otro de 100. La pasta, después de bien amasada, pasa varias veces por los cilindros laminadores, adquiriendo una cohesión uniforme, y extendiéndose con un grosor igual, en extensas láminas. Por medio de un cepillo mecánico se limpia la superficie plana de estas láminas, quitando las substancias extrañas, y pasa a colocarse en los acabados, donde es estampado y cortado en las formas correspondientes. Los residuos que se desprenden de esta operación, vuelven a unirse a la pasta antes de llegar a los cilindros laminadores. Las galletas así estampadas y cortadas, se presentan sobre unas láminas o chapas metálicas que se trasladan a los hornos, que son dos, de sistema especial, ingleses, de calentamiento mecánico, por un movimiento de cadena sinfín, que puede regularizarse por medio de conos. La cocción en estos hornos dura de siete a diez minutos, según las calidades, apareciendo al cabo de este corto tiempo las chapas con las galletas perfectamente cocidas en el extremo opuesto del horno, que tiene una longitud de 14 m.; e inmediatamente colocadas en el montacargas, perfectamente colocado, se las conduce a los salones de manipulación y empaque. Estos hornos producen 2.000 Kg. de galletas o pastas secas diariamente. La segunda sección, fabricación de gaufrettes, es muy curiosa, especial y completamente nueva; por ella tiene Olibet el privilegio de invención. Estos gaufrettes consisten en una pasta especial, que en dobles hojas llevan un relleno de crema. Esta pasta, convenientemente preparada, se coloca en unos moldes especiales de quince compartimentos, y se lleva a los hornos, también sistema propio de la casa, cuyas soleras o pisos tienen un movimiento de rotación, en cada uno de los cuales el operario encargado quita y pone los moldes; cada horno está calentado por las partes superior e inferior, por llamas, y puede contener hasta ocho moldes de a quince compartimentos. Estos hornos son en número de seis, por lo que la producción es inmensa. Preparadas así las dobles hojas de pasta, pasan a la sala de confección y por medio de unas cuchillas, y una por una, se coloca la crema. Terminada así la fabricación de las gaufrettes, se trasladan a la sala de empaque, para acondicionarlas en las cajas correspondientes. En la tercera sección, fabricación de bizcochos, funcionan tres magníficos hornos sistema Rolland. En la cuarta sección, fabricación de pan, se ven las amasadoras mecánicas que preparan las masas para la elaboración del pan, tanto el español, como el llamado francés. En esta sección se trabaja día y noche, gracias a la luz eléctrica, en muy buenas condiciones. Además de los elementos correspondientes a estas cuatro secciones de fabricación, hay, como ya hemos indicado, hermosos talleres de empaque, de hojalatería y confección de latas, de carpintería, tonelería, etc. Las clases o marcas de los productos de esta importantísima industria son innumerables y acreditadísimos en toda la nación, habiendo obtenido esta casa de Olibet J. e hijo varios premios en diversas exposiciones, y últimamente en la de París de 1889 medalla de oro, el mayor premio concedido a esta clase de industria. La fábrica es un modelo en su género y contribuye, por su importancia y su gran producción, al legítimo renombre de esta provincia en el mundo industrial". Ref. "La IGFS", 1894, pp. 65-68.