Juego. Se llama también aldaika. En Pamplona se jugaba en el bosquecillo de la Taconera. Cuatro muchachos se colocaban detrás de cuatro árboles que formasen cuadrilátero. El quinto se quedaba en medio para tratar de ocupar uno de los puestos cuando los muchachos se cambiaban uno por el otro. En este juego se gastaba la broma de que cuando dos de los jugadores se lanzaban a cambiar de posición, uno de ellos antes de cruzarse, se volvía a su puesto y dejaba al otro desairado en medio del cruce, momento que aprovechaba el que la paraba para ocupar la esquina vacía. También era juego de niñas. En los pueblos se utilizaban las cuatro esquinas de una casa o de un cruce de calles.