Concept

Convenio de Amorebieta

Acuerdo estipulado el 24 de mayo de 1872 entre Francisco Serrano, Duque de la Torre, por parte gubernamental, y Fausto Urquizu y Juan B. Orúe, por parte carlista y en representación de Antonio Arguinzoniz y componentes de la Diputación a guerra carlista de Bizkaia. Con este convenio se daba por fracasado el levantamiento del 21 de abril de 1872, preludio de la segunda guerra carlista (1872-1876) como luego se vio. El acuerdo de rendir las armas fue tomado en la casa cural de Zaloa (Orozco) cuatro días antes. Tanto jefes militares como miembros de la Diputación decidieron dar fin al levantamiento fracasado en Navarra tras el desastre de Oroquieta y comunicar con Serrano, general en jefe del ejército gubernamental. El 20 de mayo mismo tuvo lugar un encuentro preliminar entre Serrano y Urquizu en Elorrio, donde el llamado general bonito se mostró tolerante y deseoso de un acuerdo cordial. El convenio firmado en Amorebieta consta de los siguientes puntos:

  1. 1.-Se concede indulto general a todos los insurrectos carlistas que se hayan presentado, Los cuales serán provistos de un documento para que nadie les moleste.
  2. 2.-Gozarán de igual beneficio los que en adelante se presenten con armas o sin ellas, a los cuales se dará todo género de garantías para su seguridad.
  3. 3.-Los que hubieren venido de Francia, podrán volver o quedarse en España y, al efecto, se les proveerá del salvoconducto necesario para que por nadie sean molestados.
  4. 4.-Los generales, jefes, oficiales y demás individuos de tropa que, procedentes del ejército, se hubieran alzado en armas en favor de la causa carlista, podrán ingresar de nuevo en el ejército, con los mismos empleos que tenían al desertar.
  5. 5.-La Diputación de Vizcaya se reunirá con arreglo a fuero, so el árbol de Guernica, y determinará el modo y manera de pagar los gastos que ha ocasionado la guerra con motivo de la insurrección.

    Como quiera que la cuestión foral pareciera quedar al margen de lo estipulado, Serrano se comprometió, por carta escrita en Zornoza el mismo 24 de mayo a los carlistas convenidos, a pedir al gobierno, una vez pacificado el país, la autorización para que se reunieran las Juntas según fuero, "ofreciendo además recabar del gobierno de la nación las garantías de todo, a los fines que prometo y me propongo". Como respuesta, los diputados carlistas hicieron pública una alocución exhortando a los vizcaínos a deponer las armas. El día 26 publicó Serrano un bando por el que amenazaba con pena de muerte al que no lo hubiera hecho para el día 29. A mediados de verano apenas quedaba alguna partida aislada que impugnara el convenio que los jefes carlistas en el exilio y el mismo Don Carlos se apresuraron a condenar. Pero este convenio -denostado también y agriamente por los liberales-, apenas sirvió para postergar unos meses la nueva contienda.