Beloaga.
El Fuero de Guipúzcoa nos habla de un castillo de este nombre denominado Feloaga o Beloaga que, en 1466, estaba en manos del mariscal Garcia II López de Ayala, en "deservicio" del rey, tras la farsa de Avila de 1465. Enrique IV ordena que la provincia se apodere de él y lo demuela. Pero, pese a las amenazas contenidas en la cédula del 20 de abril, un documento posterior de 1468 del mismo monarca deniega la autorización solicitada por la provincia para devolver la fortaleza a López de Ayala (F. de G., Tit. II, cap. V). El índice alfabético del Fuero (ed. 1919) describe de esta forma el castillo:
"Este castillo ocupa el sitio de las peñas de una eminencia que se descubre en la jurisdicción del valle de Oyarzun, haciendo frente a los Reinos de Francia y de Navarra y al mar, que distan una legua de ella, y cubre los dos caminos que se dividen en este pueblo para Oyarzun y Rentería, y a la falda de la eminencia está la casa solar de Feloaga, de donde se derivó el nombre al castillo que hoy se ve derruido, aunque permanecen los vestigios de las cercas o murallas fuertes que le ceñían por todas partes. Hacen especial memoria de este castillo Esteban de Garibay y el Padre Juan de Mariana en sus Historias de España por el año de mil doscientos en que se incorporó la provincia a la Corona Real de Castilla".
Beloaga aparece como uno de los lugares -no especifica si era castillo entregados a Alfonso VIII de Castilla entre 1199 y 1200 tras el asedio de Vitoria por el monarca castellano en su lucha con el navarro Sancho el Fuerte. Trae la cita Ximénez de Rada (Opera, "De rebus hispaniae", cap. XXXII) que lo sitúa junto a nombres de la importancia de San Sebastián, Fuenterrabía, Vitoria e Irurita, por lo que todo induce a considerarle como fortaleza del Reino navarro. Según Gorosábel, el escudo de Oyarzun, donde figura un castillo entre dos árboles, haria referencia a esta importante fortificación, cuyas ruinas se hallaban en la cima del monte Arkale siendo desbaratadas durante la segunda guerra carlista al ser asaltada la posición por una compañía de miqueletes.