Había llegado el momento de la privatización. En toda Europa el sector de los electrodomésticos entraba en una dinámica de concentraciones empresariales. Las negociaciones con distintos grupos -la sueca Electrolux, la alemana BSH, las italianas Ariston y Merloni, la francesa Thomson-acabaron madurando la propuesta que, por sus previsiones de producción, inversión y empleo, resultó más fiable. A mediados de 1989 la multinacional Bosch-Siemens H.G., un auténtico coloso del sector, compraba las acciones de SAFEL al gobierno foral por un montante de cinco mil millones de pesetas, junto a los compromisos de ampliar el capital y de mantener el emp qleo en todas las plantas. El holding germano adquiría una empresa bien situada para la competencia doméstica e internacional y con un capital humano acumulado excelente para los retos que se avecinaban. El largo ciclo de prosperidad y crecimiento desde entonces ha propiciado una estrategia sostenida de expansión, calidad y flexibilidad que ha consolidado las plantas de Esquíroz, Estella y Vitoria (con BSH/Krainel, firma que recoge la historia de la marca UFESA de pequeño electrodoméstico).
Joseba DE LA TORRE CAMPO (2007)