Architects

Labayen Toledo, Joaquín Lucio

Arquitecto tolosarra. Nació el 14 de diciembre del año 1900 en la Plaza Idiakez de Tolosa. Su madre era natural de Tolosa y su padre argentino; falleció en 1995.

Estudió en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, después de realizar en Oviedo y Madrid los cursos de preparación para el ingreso en la Escuela entre 1919 y 1921. Entre sus profesores destacaron Modesto López Otero y Teodoro de Anasagasti, y entre sus compañeros de promoción se cuentan nombres como los de Javier Barroso, Vicente Eced, Luis Moya y José María Aizpurua Azqueta. Mantuvo una estrecha relación de amistad con este último a lo largo de toda su carrera. En Madrid ambos se alojarían en pensiones, pero también frecuentaban las actividades culturales de la Residencia de Estudiantes. Su compañerismo derivó en un sólido tándem profesional, y tan pronto como acabaron sus estudios fijaron su estudio, Labayen & Aizpurua, en la calle Prim de Donostia.

Los dos mostraban mucho interés por el mundo de las artes en general, y se relacionaban con pintores, arquitectos y escritores de la época, por ejemplo, con el pintor Benjamín Palencia, el poeta Federico García Lorca y los arquitectos Manuel Sánchez Arcas, Fernando García Mercadal y Luis Vallejo. Precisamente su amistad con García Mercadal les llevaría a conocer todo lo relacionado con el CIRPAC - Comité International pour la Réalisation de l'Architecture Contemporaine- y los congresos de arquitectura moderna que organizaba. Así, los dos arquitectos guipuzcoanos fueron miembros fundadores de la filial española del CIRPAC, el GATEPAC -Grupo de Arquitectos y Técnicos Españoles para el desarrollo de la Arquitectura Contemporánea-, en el denominado Grupo Norte.

Se sabe poco sobre la obra que Labayen realizó en solitario, pero el trabajo del estudio Labayen & Aizpurua es muy reconocida. Podríamos dividir su trayectoria profesional en diferentes etapas, dependiendo de la evolución de su lenguaje arquitectónico a través del tiempo y de los factores socioculturales que lo condicionaron en cada momento. Los primeros años de deslumbramiento por la modernidad y la vanguardia tienen poco que ver con la obra de los últimos años, en la que la inclinación por alternativas al estilo internacional y la militancia falangista de Aizpurua se hacen visibles.

El primer periodo, seguramente el más importante, abarca desde el año 1927, con la apertura de su estudio, y finaliza en 1931, año en que se declara la II República y comienza su colaboración con el GATEPAC. Los "ismos" de los años veinte y, especialmente el del neoplasticismo, tienen una gran presencia en la obra de estos primeros años. Este empeño neoplástico se refleja, por ejemplo, en los planos del proyecto para un restaurante en el monte Ulía, dominados por una composición de colores primarios. En la misma línea de actuación podríamos incluir el proyecto para el concurso de la Facultad de Medicina de Granada, o el de su propio Studio. Proyectado en marzo de 1928, su local es concebido como un laboratorio del arte, un lugar de intercambio cultural y artístico. Parece intentar una síntesis de las corrientes que bullen en Europa: la fachada, de carácter exhibicionista, tenía una llamativa composición de planos, colores y rótulos. Pero era además una boutique del arte, en la que se mostraban sus maquetas a través de un escaparate. En el interior existía un espacio destinado a exponer las obras de pintura de los artistas amigos, y también una biblioteca en el entresuelo. El resultado era un espacio de escasos 15 metros cuadrados en el que se reunía la sociedad artística y cultural -y más tarde la falangista- de la época.

En 1928 reciben el primer -y quizás el último- encargo importante de su carrera: el edificio para el Real Club Náutico de San Sebastián. El estudio de Labayen y Aizpúrua apenas cuenta con un año de experiencia profesional, pero será este edificio el que les sitúe en primera línea de la actualidad arquitectónica, y también a nivel internacional. El primer proyecto se hace efectivo en 1928 y, tras algunos ajustes, se entrega la versión definitiva en enero de 1929, fecha en la que comienza la construcción. El edificio se acaba en un tiempo récord de nueve meses. Tuvo una muy notable presencia en los medios de difusión profesionales, tanto es así que éste es el único edificio español recogido en el catálogo de la famosa exposición The International Style, celebrada en 1932 en el MOMA de Nueva York, y hoy en día es uno de los ejemplos más significativos de la arquitectura racionalista europea. El proyecto es fiel al modelo lecorbusierano; y es que, desde que en 1925 Labayen y Aizpúrua tuvieron constancia de la existencia del arquitecto suizo a través del escrito Vers une Architecture, no habían dejado de seguir su trayectoria. La reforma del Club Náutico se desarrolla sobre la plataforma del antiguo edificio, como si de un barco de hormigón se tratara, y se recogen en él las nuevas instalaciones del club, como vestuarios, almacén, restaurante, bar, salón, biblioteca, sala de juegos, salón de fiestas y oficinas. El edificio se concibió buscando soluciones racionales, dando lugar a plantas articuladas y alzados que no son más que una clara expresión de éstas. La gran superficie vidriada se abre a la bahía de la Concha, con el objetivo de dominar las vistas desde cualquier punto del club. También la elección del mobiliario, sencillo y funcional, busca la facilidad del manejo y la limpieza, y se utiliza madera para conseguir la calidez de los espacios. Las fotografías antiguas delatan que el edificio presentaba al principio diversos colores en su exterior, pero posteriormente se pintó exclusivamente de blanco.

A pesar de todo, los jóvenes Labayen y Aizpúrua no tardaron en poner en duda los preceptos de Le Corbusier. En 1929, un mes después de entregar el proyecto del Club Náutico, se celebró en Basilea una reunión del CIRPAC, en la que los integrantes de la llamada Nueva Objetividad criticarían duramente al maestro suizo. Una nueva concepción funcionalista, más científica, hacía frente a la que había defendido Le Corbusier. Así, los arquitectos guipuzcoanos se desharían poco a poco de los impulsos de su primera etapa. Aún podremos ver una arquitectura fiel a los cinco puntos de Le Corbusier en dos obras posteriores más -en las escuelas de Ibarra y en la ampliación del Casino de Tolosa- pero éstas serán las últimas.

La casa para Jesús Olasagasti en Hondarribia, construida en 1931, es un claro ejemplo de este cambio. Desaparecen los pilots, las ventanas rasgadas y otros elementos característicos de su obra hasta entonces. A pesar de que la referencia de Le Corbusier siempre estará presente en su obra, dejará de ser una constante. Ésta última será la primera obra de la segunda etapa de Labayen y Aizpurua. En adelante se acercarán más a las tesis de la Nueva Objetividad: es una visión más científica y tecnológica, menos retórica, que otorga especial importancia al soleamiento, la higiene y el método constructivo y, sobre todo, con un marcado componente social. Y es que la proclamación de la II República permite creer en un nuevo escenario político favorecedor del desarrollo social y, por otro lado, en Europa central se estaba desarrollando en ese momento una intensa labor en el ámbito de la vivienda social y la escolarización. Labayen participó junto a su compañero en la creación del GATEPAC, y este hecho convertiría a su estudio en divulgador de la nueva arquitectura propuesta desde los CIAM, utilizando como vehículo de propaganda la revista A.C. Actividad Contemporánea promovida por el grupo catalán del GATEPAC y en la que colaboraron tanto Labayen como Aizpúrua.

En el caso del concurso convocado por el Ayuntamiento de Bilbao para las viviendas de Solokoetxe, por ejemplo, la propuesta del estudio de Labayen reproduce las ideas adquiridas en los Congresos II y III del CIAM en el ámbito de la vivienda social. Se plantean las viviendas como células individuales, unidas a través de corredores por razones de economía e higiene, y se utilizan ascensores. La planta baja acoge usos comunes como biblioteca, piscina, una pradera de recreo y un gimnasio entre otros.

Este segundo ciclo se cerraría en 1933, con la celebración del IV CIAM y la redacción del documento resultante de la reunión, la Carta de Atenas. Los proyectos de ese año de Labayen y Aizpúrua muestran el mayor grado de maduración de su carrera. El lenguaje es ligero, puro y de una notable precisión formal, con un marcado carácter funcionalista. El proyecto que Labayen presentó en colaboración con Eduardo Lagarde, Manuel Sánchez Arcas y Aizpúrua en el concurso para la construcción de un hospital en San Sebastián gira en torno al debate europeo sobre el modelo hospitalario contemporáneo, y se desarrolla en términos de economía y eficacia.

En adelante, su arquitectura se muestra más interesada en el debate sobre la arquitectura moderna española, y en la síntesis entre tradición y modernidad. Ese mismo año el partido nacionalsocialista alemán, con Hitler a la cabeza, ganó las elecciones. José Manuel Aizpúrua, el compañero de Labayen, fue cofundador de la Falange Española, en gran medida debido a la amistad que le unía a José Antonio Primo de Rivera. Joaquín Labayen, más próximo a posicionamientos nacionalistas, nunca simpatizó con este movimiento, pero estas diferencias no influyeron en su amistad o en su actividad profesional. Pero tras la ilegalización de la Falange, Aizpúrua fue detenido y fusilado en septiembre de 1936, lo que supuso el final del estudio Labayen & Aizpurua. En los años 40, después de la guerra, Labayen se traslada a Tolosa y pasa a desempeñar un trabajo alejado del ambiente cultural que en el que había vivido, y continuó trabajando allí prácticamente hasta su muerte, en 1995.