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Durangoko Euskal Liburu eta Disko Azoka

Los días 30, 31 de octubre y 1 de noviembre se organizó en el pórtico de la iglesia de Santa María de Uribarri, la primera edición de la Feria del Libro y Disco Vasco de Durango. Gerediaga Elkartea, asociación que se había constituido en el mes de julio del mismo año, retomaba en cierta medida la exposición de libros vascos, que entre el 1 y 8 de septiembre de 1935, había desarrollado en el palacio de la Diputación de Álava el grupo Baraibar filial de Eusko Ikaskuntza.

El objetivo que se perseguía con esta feria, no era otro que el dar visibilidad a aquellas publicaciones que, en euskera o sobre temática propiamente vasca, existían en el mercado editorial sin que pudiesen acceder a las librerías y público en general. Acudieron a la cita los servicios de publicaciones de las cuatro diputaciones vascas, instituciones culturales, editoriales comerciales, religiosas y varias casas discográficas, que mostraron sus publicaciones en los 18 stands habilitados.

La principal novedad constituyó la edición de un catálogo, en el que se recogieron las referencias de los libros y discos que se hallaban en venta. Este catálogo, fue un importante documento referencial para los interesados en el mundo cultural vasco.

Desde esta primera edición, además de punto de exposición y venta de publicaciones, Durango se fue forjando como lugar de encuentro para aquellos que amaban o se interesaban por la cultura vasca. Los días de Feria, en el mismo pórtico, se desarrollaron actos folklóricos y musicales, así como una exposición de libros antiguos editados a lo largo del siglo XIX y primeras décadas del XX en las imprentas de Durango.

En términos económicos, la Feria fue un éxito de ventas, lo que supuso un aliciente para que los expositores participasen en siguientes ediciones.

En 1966, la segunda edición, se organizó en torno a 17 stands que mostraron 396 obras en castellano y 284 en euskera. Ese año, el programa de actos acogió el Campeonato de Bizkaia de Bertsolaris, en el que ganó la txapela Jon Lopategi, o la actuación del grupo musical Ez dok amairu, creado el año anterior, y que con posterioridad constituiría una de las referencias básicas de la nueva canción vasca.

Las obras de remodelación que se llevaron a cabo en el pórtico de Santa María en 1967, impidieron la organización de la muestra de Durango, que fue retomada con la tercera edición organizada en 1968. En la misma, se pudo constatar la consolidación de la Feria, al afianzarse, con el pequeño pero continuo incremento de expositores, que aquel año ascendieron a 28.

La labor silenciosa pero constante de los diversos grupos y personas que trabajaban en torno al euskera y la cultura vasca, generó que durante las festividades del 1 de noviembre, Durango se constituyese como una cita ineludible, en la que los diferentes agentes culturales intercambiaban opiniones y experiencias, planificaban proyectos o simplemente se encontraban con otros sujetos interesados en los mismos temas referenciales. El libro y el disco vasco, además de mostrarse estos días en Durango, se fue haciendo más presente en la vida social vasca.

La Feria, va demostrando su vocación en la generación de opinión cultural, al organizar conferencias, como la que en 1973 ofreció el escritor Nicolás Alzola, como acto inaugural, en torno a los escritores del Duranguesado. Sin embargo, la carencia de instalaciones adecuadas provocará que las mismas, en esta etapa inicial, sean puntuales.

La consolidación de la Feria como punto de encuentro cultural, no es del agrado de diversas personalidades y estamentos del régimen franquista. En 1974 el militar Fulgencio Coll de San Simón, que ejercía desde 1968 como Gobernador Civil y Jefe del Movimiento de Vizcaya, determina prohibir la Feria de Durango. Sin embargo, el apoyo manifiesto a la misma de Marcelino Oreja Aguirre, subsecretario de Información y Turismo y miembro de la RSVAP, posibilitó que la Feria continuase celebrándose, aunque obligando su traslado a la Plaza del Mercado.

En la edición de 1975 Gerediaga Elkartea acuerda impulsar, en el programa, actividades relacionadas con la cultura, en detrimento de las actuaciones folklóricas.

Esta edición, el ambiente en la Feria es de incertidumbre dado que Franco, que fallecerá el día 20 del mismo mes de noviembre, se hallaba agonizante. Tras la muerte del dictador, el panorama editorial y discográfico inicia un cambio radical con la irrupción de nuevas editoriales como Hordago, Elkar etc. que presentan libros y discos de temática hasta entonces prohibidos. De algunos de ellos, como Pertur, Que se vayan... el gobierno decreta el "secuestro previo administrativo" que en la práctica no resulta efectivo.

Las elecciones municipales de 1979, que originaron cambios en ayuntamientos y diputaciones, así como la constitución del Gobierno Vasco en 1980, generó un aumento del apoyo institucional a la Feria.

Gerediaga Elkartea, sin embargo, se hallaba inmersa en una crisis, ya que muchos de sus miembros habían encaminado su dedicación a campos sociales, políticos y sindicales. Reducido el trabajo militante a media docena de personas, su actividad cultural se circunscribe a organizar la Feria de Durango y algún otro evento. Conscientes de la importancia de la Feria, y desde la languidez, se decide iniciar una transformación de la misma adecuándola a los nuevos tiempos.

En 1980 el gobierno central modifica el calendario laboral y suprime como día festivo el 1 de noviembre. Gerediaga Elkartea traslada los días de la Feria a la festividad de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre. Este mismo año, con objeto de poder abordar la nueva realidad de la asociación, Gerediaga Elkartea libera a una persona para la organización del evento.

Se habilita un espacio en el propio recinto de la Feria para desarrollar las actividades culturales, que a partir de este año se organizarán en base a un tema central. Será en 1982 cuando se culmine esta primera transformación de la Feria, al retirarse los viejos stands y habilitarse unos nuevos más acordes con ese deseo de renovación y modernización de su imagen.

Otra de las apuestas de la Feria será la organización del Ikasle eta irakasle Eguna dedicado a los más jóvenes. Dicha jornada, con actividades específicas, nace con el objetivo de fortalecer la transmisión cultural y del euskera, objetivo que se vera reforzado en 1990 cuando a iniciativa de Berbaro Elkartea, se inicia la organización del Haur Literatura Txokoa.

En esta década de los 80 corren tiempos de cambio y liberación y la Feria se constituye por antonomasia en el punto de encuentro y muestra referencial de la cultura vasca. En 1982, durante los días de Feria, se funda en Durango Euskal Idazleen Elkartea y en 1984 Euskal Editoreen Elkartea.

El espacio ferial que ofrece la Plaza del Mercado se vuelve insuficiente. Así, en 1985 se desdobla el espacio situando los stands de los libros en la Plaza del Mercado y los de las casas discográficas en el pórtico de Santa María. En años posteriores se tratará de ampliar el espacio cubriendo la calle adyacente o la plaza posterior a la Plaza del Mercado.

Gerediaga Elkartea desarrolló, entre los años 1986 y 1988, en primavera, tres ediciones de la Euskerazko Liburu eta Disko Azoka, feria homóloga a la desarrollada en diciembre, pero en la que sólo tenía cabida material en euskera. La primera edición se organizó dentro del programa de actividades del centenario de la Durangoko Euskal Jaiak 1886-1986 del 29 al 1 de abril. Se continuó organizando los dos años siguientes, 1987 y 1988, pero la baja respuesta tanto de los participantes como de los visitantes, determinó que la asociación optara por no continuar con la misma.

En 1990 con motivo de la 25ª edición, se organiza un importante programa de actividades destacando entre las mismas el regreso a los escenarios de Xabier Lete, acompañado por el músico Antton Valverde.

Conscientes de la importancia que ha tenido el trabajo desarrollado por muchas personas, así como por colectivos, para la conservación del euskera y la cultura vasca principalmente en los tiempos adversos de la dictadura franquista, se instaura, en 1992, el premio anual Durangoko Argizaiola para reconocer su labor a "los que fueron luz en la larga noche". En esta primera edición, el reconocimiento recaerá sobre Jon Bilbao, por su labor y su trabajo en torno a la bibliografía vasca.

En el año 1996, conscientes de la imposibilidad de continuar organizando la feria en la Plaza del Mercado, se opta por trasladar el evento a otro solar de Durango, donde se habilitó una gran carpa. Ésta, acoge en esta 31ª edición, 206 stands, 12 de ellos dedicadas a multimedia y nuevas tecnologías. La anterior, última organizada en la Plaza del Mercado, había acogido 183 stands.

Dado que el libro y el disco se van convirtiendo en meros soportes para la divulgación de la cultura y el conocimiento, la Feria se abre a las nuevas tecnologías, destinando un espacio a los grupos y empresas que desarrollasen productos en este campo.

En 1999 se desarrolla un proyecto, de carácter comercial, de Feria de Libro y Disco Vasco virtual, bajo el dominio de durangokoazoka.com. El proyecto no prosperó, y actualmente esta página web se encuentra destinada a la comunicación y gestión del evento.

A inicios del siglo XXI, el ayuntamiento de Durango inicia los pasos y gestiones para la construcción de un recinto ferial. En 2003 se inaugura Landako Erakusazoka, el nuevo pabellón de 3.750 m2 que le otorgará otra imagen y posibilidades a la Feria de Durango.

En los últimos años, Gerediaga Elkartea ha trabajado en aras a consolidar dicho evento como acto de encuentro multidisciplinar de la cultura vasca. Paulatinamente, se esfuerza en reforzar el programa de actos culturales paralelos al evento comercial, que desde que en 2006 se invitase a Eslovenia, se ha visto reforzada con la muestra anual en Durango de otras culturas minoritarias.

En 2009 se consolida un espacio específico, denominado Ahotsenea, donde los creadores en euskera puedan mostrar sus trabajos literarios o musicales. También se trabaja en la difusión de las múltiples facetas de la misma en la red, o a través de los medios audiovisuales como ha sido el proyecto de Azoka Telebista. En el transcurso del la 45ª edición tomaron parte 138 expositores haciendo uso de 285 stands, presentándose los días de Feria 505 novedades.