Politicians and Public Officials

Arteaga Gómez, Tomás Clodomiro

Político uruguayo de origen vasco, nació en Montevideo (Uruguay), el 18 de noviembre de 1836. Falleció el 8 de marzo de 1902.

Hijo de Juan Antonio Arteaga Cucullo, natural de Plencia, (Bizkaia), que había llegado a Montevideo en el año 1810 y de Lucía María Gómez y Calvo, natural de Montevideo. Era además sobrino del santurzano Ramón de Artagaveytia Urioste, que fuera jefe del batallón vasco Voluntarios de Oribe u Oribe Erri, que combatió en la Guerra Grande (1843-1851) del bando sitiador del general Manuel Oribe.

Tomás Clodomiro se inició a la vida pública y al periodismo en la ciudad de Paysandú (Uruguay) cuando el coronel Caraballo y su hermano el general Francisco Caraballo, se sublevaron contra el gobierno de Lorenzo Batlle, nombrándolo a él como Jefe Político del departamento. Sin embargo su puesto duraría poco, pues cuando las tropas del gobierno se aproximaban a la ciudad, todos se dieron a la fuga. En esa época había adquirido una imprenta en la que publicaba el periódico La Tribuna Popular.

Siendo suplente de diputado por el departamento de Tacuarembó, fue convocado para ocupar un escaño vacante, pues su titular había sido expulsado del Cuerpo por solidarizarse con el los sublevados del 15 de enero. En el siguiente período fue electo por el departamento de Paysandú, aunque no llegaría a ocupar el cargo al producirse el golpe de Estado del coronel Lorenzo Latorre.

Posteriormente se radicaría en Montevideo, donde editó el periódico La Nación, que se caracterizó por su decidido apoyo al gobernante de turno. Sin embargo, tras ser electo como Presidente Batlle y Ordóñez, perdió todo vínculo con las autoridades y debió desaparecer. De escaso mérito periodístico, La Nación respondía a los vaivenes de la política y a los dictados del gobierno del día, dándose el caso de que en la presidencia de Lindolfo Cuestas, el propio presidente le enviaba diariamente sus artículos, caracterizados por su procacidad e insolencia. Arteaga supo sacar partido a esta incondicionalidad con los gobernantes, ocupando durante veinticinco años escaños de diputado o senador.

Pero a pesar de su singularísima actuación político-periodista, fue un hombre querido en la sociedad montevideana, lo que en 1885 le valió la encomienda de la Cámara de Diputados de representar al Cuerpo en la misión destinada a proceder a la devolución de los trofeos de guerra conquistados a la República del Paraguay.

Opulento hombre de negocios, viajó a Europa donde adquirió el título de Conde de Marcosena.