Lexikoa

AIZKOLARIS

Aizkolaris y Pruebas.

Existiendo desde tiempos antiguos leñadores y carboneros en el País Vasco, también desde antiguo habían de existir las apuestas. Pero nada nos ha quedado escrito. Hojeando viejos documentos sobre las fiestas patronales de los pueblos guipuzcoanos, en los siglos XVI y XVII, se habla de toros de fuego, de fuegos artificiales, de mascaradas y comparsas, de corridas de toros. Pero nada se dice de aizkolaris o de cualquier otro deporte rural, antes de Iztueta. Es de suponer que fueran consideradas como diversiones brutales, impropias de gente civilizada e indignas de ser recogidas en los archivos. Las primeras noticias nos llegan en la segunda mitad del s. XIX, en las competiciones de las Fiestas Eúskaras. Pero son Santa Agueda y Achumberrita quienes elevan a mito el nombre del aizkolari, tras su famosa lucha, el 26 de diciembre de 1903, en la Plaza de Toros de Azpeitia, en la que resultó vencedor Achumberria en 76 minutos 16 segundos. «Keixeta» y «Beizama» son nombres famosos que aún perduran en la memoria de los viejos aficionados. El 11 de marzo de 1912, en Azpeitia, llevaron a cabo una de las más duras pruebas realizadas en el País Vasco: cortar 20 troncos de 54 pulgadas y correr, seguidamente, 14 kilómetros. Ganó «Keixeta» en el increíble tiempo de 69 minutos y 32 segundos. «Errotazar», «Errekalde» y «Korta» son aizkolaris que, en sus tiempos, llenaron también las plazas. Y después, Luxia y Garciarena, en sus épicas luchas en la Plaza de Toros de San Sebastián, con más de 16.000 espectadores presenciando las pruebas. Yurrebaso, Goñi, Polipaso, Beracoechea, el gran Latasa, Arriya, y el actual campeón Astibia, entre otros muchos, constituyen la historia contemporánea del aizkolarismo, donde, hoy en día, la supremacía de los navarros es evidente, pues la zona de aparición de nuevos aizkolaris se va reduciendo a los términos municipales de explotación del haya.

Rafael AGUIRRE FRANCO