General carlista, nacido en Morentín (Navarra) el 3 de marzo de 1812. Murió en su pueblo natal el 9 de agosto de 1883.
Figura destacada del carlismo navarro, tomó parte muy activa en el triple levantamiento carlista del siglo pasado. A los veinte años (1832) figuraba ya en el Tercer Batallón de la Columna de Voluntarios de Navarra. Un año más tarde pasará como cadete al primer Batallón carlista. Interviene valientemente en la batalla de Nazar (1833), lo que le vale el nombramiento de subteniente. En 1834 inscribe su nombre en gran número de acciones carlistas: Güesa (febrero), Vitoria (marzo), Alsasua (22 de abril), Erro (11 de mayo), Muez (24-25 mayo), Gulina (18 junio), Olazagutía (25 julio), donde obtuvo el ascenso a teniente. En el año siguiente (1835) seguirá la misma tónica. Su actuación en el bloqueo de Elizondo (enero) será tan destacada que en premio a su valor le condecorará Don Carlos con la Cruz de San Fernando de primera clase. Días más tarde (7 de febrero) se le concederá el grado de capitán por su participación en la batalla de Ziga (Baztán), Labayen (19 marzo), Saldías y Ezkurra (abril), Bera, Hernani (13 mayo), Zazpiturrieta (29 mayo), Mendigorría (14 julio), Los Arcos (2 de septiembre), Mendigorría (11 de septiembre), Muru-Astrain (29 septiembre), Villatuerta y la Solana (15 y 16 noviembre) constituyen otros tantos hechos de armas que se sucedieron a lo largo de 1835 y en los que Iturmendi dejó constancia de su valor.
Por los méritos contraídos en la batalla de Dicastillo (14 de mayo de 1836) se le concedió el grado de teniente coronel. Poco más tarde (6 de julio) se le otorgó el grado de segundo comandante por su comportamiento en una escaramuza en San Adrián. Puente de Muniain (19 julio), Cilveti (1 de agosto), Lanz (17 agosto), Tirapegui (1 de septiembre), Alto de San Cristóbal (13 de octubre), Campos de Viana (octubre 1836 y marzo de 1837) fueron escenarios en los que Iturmendi se destacó por su entrega en defensa de la causa carlista. En 1837 formó parte de la expedición militar de Don Carlos a Aragón, Valencia, Cataluña y Castilla la Vieja. Su intervención en la batalla de Huesca (24 de mayo) le valió el empleo de primer comandante. Reintegradas a Navarra las fuerzas carlistas, participa en las acciones de Puente la Reina (26 diciembre 1837), Vado de Mendavia (18 enero 1838) y Monreal (18 junio 1838). En este último lugar sería herido por bala de fusil, lo cual le obligó a permanecer inactivo durante algunos meses.
Se opuso a Maroto y al Convenio de Vergara. Temeroso de que el primero lo hiciese pasar por las armas se retiró por algún tiempo a un monasterio solitario. Con el advenimiento de la segunda guerra carlista, Iturralde nuevamente se lanzará a los campos de batalla. En febrero de 1849 se entregará, junto con otros dos jefes carlistas, a los liberales. Cumpliendo una orden gubernativa pasará de la cárcel de Pamplona a la de Valencia, y de allí será embarcado hacia ultramar. No debió durar mucho tiempo su destierro ya que en 1851 era depositario de los fondos municipales de Aberin. En su pueblo natal permanecería hasta el 21 de abril de 1872, fecha en la que, por tercera y última vez en su larga vida, se levantó en armas en apoyo de la causa carlista. Tras el desastre de Oroquieta, el general Rada dividió el mando de Navarra en dos zonas, encomendando a Iturmendi la parte media y S. de la provincia.
En 1873 su nombre se inscribiría en las siguientes batallas, todas ellas favorables a las armas carlistas: Eraul, Udabe, Allo, Dicastillo, Santa Bárbara, Mañeru y Montejurra. El único revés sufrido fue el de Velavieta. Este mismo año sería ascendido a brigadier. Al año siguiente luchará en los combates de Portugalete, Luchana, Desierto, sitio de Bilbao, Somorrostro, sitio de Hernani, Abárzuza, Laguardia, Oteiza, Biurrun, sitio de Irún, etc. En 1875 destacó su intervención en la famosa batalla de Lácar en la que estuvo al frente del cuarto batallón de Alava. Iturmendi, que ya el año anterior había sido ascendido a general, fue nombrado por Don Carlos, el 11 de diciembre de 1875, para el mando de la división de Navarra, junto con el general Argonz y otros brigadieres. Este mismo año se creó el Supremo Consejo de Guerra y el general Iturmendi pasó a formar parte del mismo. Al término de la contienda (1876), el bravo general se vio obligado a abandonar de nuevo a Navarra, cruzando la frontera francesa. De esta forma concluía su actividad militar en pro de la causa de Don Carlos. Ref. Núñez de Cepeda, M.: El general Iturmendi, Pamplona, 1960.