Actor y director vizcaíno nacido en Bilbao en 1949.
De formación autodidacta, espectador compulsivo de teatro y cine desde la infancia, se inició con 24 años como actor en círculos independientes teatrales de Bilbao. Con las compañías Cómicos de la Legua y Karraka se forjó un nombre en el mundo de la interpretación. Es una figura clave en la consolidación de un teatro independiente en Euskadi durante los setenta.
Esta labor teatral fue la que le abrió las puertas del cine. Debutó con La fuga de Segovia (1981) de Imanol Uribe. A partir de ese momento participó en varias producciones del emergente cine vasco de los ochenta encarnando un amplio abanico de personajes alternando, en general, composiciones que desbordan comicidad con registros oscuros y sórdidos. Su vis cómica es patente en el policía municipal de Tu novia está loca (1987) de Enrique Urbizu. En cambio hay un tono más siniestro en sus intervenciones dentro de películas como La muerte de Mikel (1983) (el dirigente político Jon Uriarte), Golfo de Vizcaya (1985) (el matón parapolicial), Ehun metro (1985) (el policía torturador), 27 horas (1986) (el chulesco capataz del muelle), Ander eta Yul (1988) (el policía tullido). Más allá del registro empleado en todas ellas, Barea demostraba un talento excepcional para el arte dramático. Finalizando la década de los ochenta le llegó su primer papel protagonista dando vida al cura Santa Cruz en Santa Cruz, el cura guerrillero (1990) de José María Tuduri.
A partir de los noventa los jóvenes cineastas vascos encuentran en Barea, gracias a su ironía y a su querencia por lo tragicómico y por el esperpento, al cómplice ideal para sus ácidas e innovadoras propuestas. De hecho, el actor bilbaíno ya había dado pistas de hasta dónde podía llegar por esta vía participando en cortos emblemáticos del cine vasco como Mama (1988) de Pablo Berger o Mirindas asesinas (1990) de Alex de la Iglesia. Así, en películas como Todo por la pasta (1991) de Enrique Urbizu, Acción mutante (1993) de Alex de la Iglesia o La madre muerta (1993) de Juanma Bajo Ulloa, Barea interpreta personajes casi salidos de un cómic sangriento adaptándose a este territorio sin ningún problema. En 1995 logró un gran éxito como director con el cortometraje Adiós, Toby, adiós, obra instalada, de nuevo, en la farsa y en la tragicomedia, con planos abigarrados de personajes grotescos. El corto logró el Premio a la Mejor Dirección y el Premio al Mejor Cortometraje en Alfaz del Pi (Alicante) y fue seleccionado para la Semana de la Crítica en el Festival de Cannes. También en ese año inició su cómplice colaboración con los directores Luís Guridi y Santiago Aguilar, "La cuadrilla", en Justino, un asesino de la tercera edad (1995). De la mano de estos cineastas al año siguiente interpretó a Pellejo, uno de sus más celebrados papeles, en Matías, juez de línea (1996). También en 1996 dirigió el cortometraje Muerto de amor (1996) obra que combina a la perfección humor negro y un romanticismo de corte surrealista. La película fue seleccionada para el Festival de Cannes en 1997 donde ganó el Premio "Raíl de Oro". Obtuvo también el Gran Premio del Cine Vasco en el Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao y el Premio "El Mundo" al Mejor Cortometraje en la V edición de sus premios al Cine Vasco. En 1997 interpretó otro papel protagonista, el electricista en paro de En la puta calle (1997) de Enrique Gabriel.
Su trabajo le valió la complicidad de al crítica y galardones como el premio al Mejor Actor en los VII Premios "El Mundo" al Cine Vasco y premios en el Festival de Amiens y en el Festival de cine Iberoamericano de Huelva. También en 1997 tuvo el papel protagonista de Entre todas las mujeres de Juan Ortuoste. Y en 1998, de nuevo a las órdenes de "La cuadrilla", coprotagonizó Atilano, presidente. En ese año presentó en el Festival de San Sebastián su primer largometraje como director, la comedia Pecata minuta, obra basada en un texto teatral escrito por el propio Barea y representado con éxito por toda Euskal Herria. Con reminiscencias de las comedias italianas y españolas de los cincuenta el cineasta vasco hacía el retrato conmovedor de un grupo de monjas que se fugan del convento en el que viven recluidas para ver el mundo exterior. En su debut en el terreno del largometraje logró el Premio Especial del Público en el Festival de Cine de Alcalá de Henares, el Premio Calabuch a la Mejor Opera Prima en la XI edición del Festival Internacional de Comedia de Peñíscola (1999), el premio del Público en el Festival Atlántico de Cádiz o el Premio Noray al Mejor Director Novel en el Festival de Santander en 1999. Tras interpretaciones destacadas en películas como Muertos de risa (1999), Las huellas borradas (1999), Silencio roto (2001), El otro lado de la cama (2002) -Premio al Mejor Actor de Reparto en los XI Premios "El Mundo" al Cine Vasco-, 800 balas (2002) o Torremolinos 73 (2003) de Pablo Berger, Barea dirigió su segundo largometraje, El coche de pedales (2004), crónica sentimental con referencias autobiográficas del propio autor sobre la oscura España del franquismo. En Éramos pocos (2005) de Borja Cobeaga, cortometraje nominado al Oscar al Mejor Corto de Ficción, Barea volvía a dar rienda suelta a ese peculiar humor negro que ha sido marca de estilo durante toda su trayectoria. En el festival de San Sebastián de 2007 Barea estuvo casi omnipresente presentando su documental Nos sentamos a hablar (2007), aterrador diagnóstico sobre la situación de las artes escénicas en el País Vasco y participando como intérprete en las películas Cosmos (2007) de Diego Fandos y Siete mesas (de billar francés) (2007) de Gracia Querejeta.
En 2008 la Filmoteca Vasca rindió homenaje a su trayectoria dedicándole un capítulo del libro Secundarios vascos de primera de Carlos Roldán Larreta, trabajo de investigación centrado en la carrera de ocho actores y actrices del País Vasco.
Posteriormente dirigió el documental sobre la trayectoria de la compañía Ur Ur-20 años (1988-2008) (2008), obtuvo notoriedad con su papel de Santi en la serie de humor de ETB Euskolegas (2009) y encarnó al general Alfonso Armada en la tv-movie de Antena 3 Adolfo Suárez, presidente (2010).
Además, ha trabajado en series televisivas como Acusados (2009-2010), Ciudad K (2010), Los misterios de Laura (2011), Plaza de España (2011), El precio de la libertad (2011), Tierra de Lobos (2011), Historias robadas (2012), Gernika bajo las bombas (2012) o Gran reserva (2013).
Ha participado en numerosas obras de teatro, ya sea como director o actor.
Como actor de cine, caben destacar cortometrajes más recientes como 5 millones (2010), Maquillaje (2011) o Al otro lado (2013). Así como otros trabajo bajo los título Naufragio (2010), No controles (2010), De tu ventana a la mía (2011), Blancanieves (2012) o La herida (2013).