Eclesiástico benedictino y escritor. Nació en Saint Nicolas de Beaumésnil (Evre) en 1729, cerca de Caen, murió en Oloron el 9 de enero de 1796.
Era profesor de Retórica, Historia y Literatura en el Colegio de Pau en 1789. Fue elegido durante la Revolución obispo de la nueva diócesis de los Bajos Pirineos. La mayoría del clero se negó a reconocerlo por lo que Sanadon se vio obligado a nombrar nuevos curas constitucionales. Efectuó el juramento cívico en Pau el 30 de enero de 1791. Autor de dos pastorales en francés y euskara en 1791 y 1792, en las que insistía sobre la necesidad de separar las competencias civiles y eclesiásticas otorgando al poder civil el lugar que el clero refractario le negaba. Instaba a sus sacerdotes a obedecer a las autoridades civiles y a prestar el juramento preceptivo. Miembro de la Convención, no votó por la muerte de Luis XVI sino a favor de su deportación y sobreseimiento. Dimitió el 15 de agosto de 1793.
Durante el Terror fue encarcelado en la ciudadela Jean-Jacques Rousseau donde, al estar detenido durante varios meses, sin conocer los motivos de su prisión, justificó su conducta por medio de una carta escrita el 11 frimaire del año II -diciembre de 1794-, en la que daba cuenta de su delicado estado de salud y de su inquebrantable fe en la justicia revolucionaria. Fue liberado en 1794. El 15 de diciembre de 1795 se estableció en Oloron, en casa de Joseph Vicent donde enfermó. Le sucedió, a la cabeza del obispado, Saurine.
Inspirado en los manuscritos de Bela (1709-1796) escribió y publicó en Pau (1785) su Essai sur la noblesse des Basques... par un ami de la Nation, obra en la que hace una lectura ilustrada de los Fueros vascos y que fue traducida al castellano por Diego de Lazcano al año siguiente, apareciendo la segunda edición, sin nombre, en 1786. Esta obra se hace eco de las tesis vasco-iberistas y vasco-cantabristas según las cuales, los vascos, descendientes de Tubal, son un residuo de los primitivos pobladores de España, los iberos o cántabros que consiguieron siempre mantener su libertad originaria. Merced a esta calidad insumisa, tanto sus personas como sus propiedades estuvieron siempre exentas de todo vasallaje y servidumbre, razón por la que todos los vascos eran de calidad noble por lo que disfrutaban de las exenciones fiscales de la nobleza y de los derechos individuales de la misma. Sanadon -y Bela, sobre el que se basa- sintetiza el cantabrismo de Henao, Garibay y Larramendi con el vasconismo de Oihenart y Moret. La antigua Cantabria abarcaría a todos los pueblos conocidos como "cántabros y bascones, y después con el (nombre) de bascongados", "desde Jaca en Aragón, hasta Calahorra, desde esta última ciudad... hasta el Reino actual de León, después atravesando las Asturias, abrazaba todas las costas del Océano hasta Fuenterrabía y finalmente por la cumbre de los Pirineos volvía de esta ciudad a la de Jaca". Los cántabros se constituyeron en Monarquía bajo los Reyes de Navarra rigiéndose por un contrato entre "la Nación y el Príncipe" llamado Fuero. Todos estos antecedentes históricos sirven a Sanadon para demostrar que los "bascongados de Soule y Labort han gozado de las mismas ventajas que los de Baxa-Navarra" y que "no están sujetos sino a las Leyes constitutivas de su Reino particular, y de ningún modo a las que se han hecho o se hacen para toda Francia". La calidad noble atribuida a los vascongados y que se quiere asegurar a los vascos de Francia les exime también de deberes feudales, de tributación personal no votada "por el Cuerpo de la Nación en la Junta de sus Estados generales", de probar su hidalguía por otros medios que no sean el de su nacimiento "de familia bascongada" (como en todos los Tribunales de España), de servir fuera de su provincia en tiempos de guerra, de castigos infamantes, etc. Se le ha querido relacionar con el conde de Boulainvilliers, autor de Essais sur la noblesse de France (1732), pero pensamos que la tesis de éste -la nobleza sería descendiente de los antiguos francos- se halla más cerca de las de Arce de Otalora que identificó (1570) a los vascos con los descendientes de los godos. Bela y Sanadon adoptan la doctrina aristocrático-igualitarista de la nobleza universal no sólo para acogerse a sus beneficios sociales sino también para hacer frente al absolutismo de los Borbones franceses y preservar la autonomía político-administrativa de los tres cantones vascos de Francia.