Pintor y grabador. Nacido en Bermeo en 1932.
Desde su niñez sintió inclinación por el dibujo y la pintura. Hacia 1942 sus padres fijaron la residencia en Portugalete, y ya en 1944, con ocasión del Certamen de Barakaldo, expuso varios óleos obteniendo un tercer premio. Por estas fechas trabajó en colaboración con el pintor Chemin Babio, en la decoración de un café de Portugalete: La Guerniquesa. Cursó cuatro años de bachillerato en el Colegio de Santa Maria de Portugalete. Más tarde, por el año 1950, inició a prepararse, sin gran entusiasmo, para el ingreso de facultativo de minas que, como es lógico cuando falta la vocación, no logró resultado positivo. Como era necesario trabajar para poder vivir, Martín Callejo trabajó como peón en unos talleres de Portugalete hasta el año 1953, fecha en que tiene que abandonar el trabajo para incorporarse al servicio militar obligatorio y teniéndolo que realizar en Madrid, en donde conoce y admira el Museo del Prado y San Antonio de la Florida.
Hasta entonces había pintado poco, exponiendo de vez en cuando en algún salón de verano en Portugalete. En Madrid participó en varias exposiciones, entre ellas en la organizada y titulada Marruecos y Colonias, en el Homenaje a Goya en 1955 y en la Creación del Fondo Goya, en diferentes concursos de carteles de las fiestas del santo patrón de Madrid, San Isidro. Terminado el servicio militar, y sin horizonte claro, decidió trasladarse a Bélgica, donde residían dos de sus hermanos. Martín Callejo se vio obligado a trabajar en las minas durante cuatro largos años, en la región de Charieroi. Durante estos cuatro años pintó poco, paisajes y bodegones de mucho color, antítesis tal vez de su vida. Pintó bastantes cuadros sobre Maternidad. Después de abandonar los trabajos de las minas de carbón, realiza otras profesiones menos fatigosas, tales como montador de automóviles, almacenero, etc. Fuera de las minas empezó a pintar lo que vio en ellas. ¿Nostalgia? ¿Sentimentalismo? Ambas cosas.
En el mes de enero de 1964 celebró su primera exposición personal en Bruselas, siendo la mina su tema principal. Desde entonces Adolfo Martín Callejo expone regularmente una vez al año.
Martín Callejo es autodidacta, pero en los años 1965 y 1966 acudió a la Academia de Boitsfort (Bruselas), interesándose en la técnica de la tapicería, donde realizó algunos cartones bajo la dirección de R. Somville. Este artista produce un promedio de sesenta obras al año, vendiendo aproximadamente la décima parte, a un precio medio de quince mil francos fuertes. Considerando únicamente la propia experiencia, el artista estima que un autodidacta ama profundamente lo que hace. Y en pintura, donde los caminos son tan amplios y variados, la curiosidad indaga con vehemencia para acapararlo todo. Martín Callejo no cree en la paleta de un pintor como un hecho; en ese caso se trata de un pintor intelectualmente cómodo o profesionalmente astuto, o las dos cosas. Cree que la pintura es una cuestión de sensibilidad y oficio, y le parece que un pintor es algo así como un médico consciente y preocupado, que no cesa de estudiar a lo largo de su vida, y cuyos conocimientos y hallazgos tienen una aplicación práctica inmediata. Estima que la plástica es el lenguaje del tema; que el tema ganará en riqueza si el lenguaje plástico es rico; y que así como el lenguaje es el vehículo del pensamiento, tomando aquél vida real sólo en función de éste, el lenguaje plástico se verá únicamente justificado por el contenido; y no cree en el esteticismo en sí, en estado puro, demagogia ocular. Es partidario del realismo en pintura, sin confundir realismo con naturalismo. De un realismo donde el hombre sea el foco central de la obra.
De sus exposiciones realizadas en Bruselas, donde residió el artista, reseñamos las celebradas en las Galerías La Maison des Architectes, De Galerij le Creuset y Galerie de L'Escalier. Participa, ya con grabados, en Arteder'82.
Entre sus obras más conocidas: Campesina, La siega, De regreso al caserío, Campesino, Descansando, Campesina y perro, Jóvenes, Flores, Desnudo, Pareja, Puerto, Paisaje, Hacia el campo, Campesinos y cabra, Aldeanas en el Mercado, Tertulia, La florista, La lechera, La siega, Pareja, Maternidad en la aldea, Arlequín, Carnaval pobre y El carnaval se duerme.