Metteurs en scène

Larruquert Aguirre, Fernando

Director, fotógrafo y montador guipuzcoano nacido en Irun en 1934. Cineasta clave para la historia del cine vasco. Su capacidad artística y su impulso creador ejercieron la labor de nexo de unión entre los heroicos esfuerzos de los pioneros del cine vasco de principios de siglo y los cineastas que, envalentonados por el ejemplo de Ama Lur (1968), se lanzaron a rodar creando un ambiente que dio paso al nacimiento del cine vasco de los ochenta.

Sus inicios artísticos están ligados al mundo de la música. Fundó y dirigió el coro Alaiki (1950) y la Coral Irunesa de Cámara (1959). Su trayectoria con la Coral Irunesa de Cámara está marcada por el éxito ya que bajo su batuta logró galardones tan importantes como el Segundo Premio Mundial de conjuntos corales en Lille (1962), el Primer Premio Nacional de Dirección Coral (1963) y el Primer Premio Nacional de Agrupaciones Corales (1964). En 1962 Charles de Gaulle, presidente de la República Francesa, otorgó al artista irundarra la Medalla de Oro al Mérito Cultural Francés.

A la vez se sentía irremediablemente atraído por el mundo del cine, pasión compartida por sus amigos, artistas de la talla de Jorge Oteiza y Néstor Basterretxea. Fruto de estas inquietudes es el cortometraje Operación H (1963) obra de corte experimental financiada por el mecenas navarro Juan Huarte y realizada por Larruquert y Basterretxea. Este proyecto, centrado en el mundo del diseño industrial, presentaba ya una de las obsesiones de los dos artistas; la idea de que el vasco tiene la habilidad de sublimar su actividad cotidiana para transformarla en obra de arte. Este primer trabajo tuvo colaboradores ilustres como Jorge Oteiza (prestó esculturas y aportó ideas para el argumento y el montaje), Luis de Pablo que compuso la música que acompaña el film o el genial fotógrafo tunecino de origen judío Marcel Hanoun. Animados por los resultados obtenidos Larruquert y Basterretxea fundaron después la productora Frontera Films y rodaron dos cortometrajes más. Pelotari (1964) es un canto estético dedicado al juego de la pelota vasca y prima en él un tono épico que ensalza la figura del pelotari. Ese tono épico viene dado por el uso del ralentí, la teatralización de los gestos o los coros de la banda sonora. Merece la pena destacar el talento a la hora de jugar con las imágenes en el montaje o la fusión del juego de pelota con los paisajes vascos. En todo caso la frase que cierra la película resume con claridad el espíritu de la obra:

"...y sobre las verdes tierras de Euskal Herria vive perdurable el recuerdo de aquellos hombres, pelotaris de otros tiempos que pertenecen ya a la historia de los héroes populares del País Vasco".

Sería en todo caso un error no contemplar el tono enfático de este, por otra parte, soberbio trabajo cinematográfico, sin tener en cuenta la situación de brutal represión política que vivía el pueblo vasco durante su rodaje. En 1965 rodaron Alquezar. Retablo de pasión, otra obra de una belleza extrema, centrada en un pueblo aragonés de los Pirineos llamado Alquezar. El tratamiento dado por los cineastas y el hecho de que el rodaje se realizó durante la Semana Santa -por motivos laborales sólo podían rodar durante las vacaciones- dan a la película un aire religioso y atemporal muy sugerente. Ya en 1968 Larruquert y Basterretxea logran estrenar la que es su obra maestra, Ama Lur. Filmada durante dos años, superando las enormes trabas de la censura franquista, los cineastas buscaron ante todo indagar en torno a un nuevo lenguaje cinematográfico propio vasco (tomaron el modelo de las kopla zaharrak para aplicar esta técnica al sorprendente montaje de relación que tiene la película) e informar al pueblo vasco sobre su identidad, perseguida y pisoteada por el régimen de Franco. Ama Lur es un bello y emocionante retrato de las tierras vascas que demuestra el talento cinematográfico de sus autores. Además por primera vez desde antes de la Guerra Civil se estrenaba una película de largo metraje hecha por vascos sobre temática vasca. Es indiscutiblemente un punto de partida ineludible para el cine vasco moderno.

En 1974 Larruquert partió al Nepal para rodar un documental sobre una expedición vasca que intentó coronar el Everest. Los montañeros fracasaron en su intento y el material filmado no pudo ser exhibido por motivos técnicos. En 1978, con patrocinio del Banco de Vizcaya, dirigió un largometraje documental centrado en la música popular vasca titulado Euskal Herri-Musika. Utilizando la técnica de relación en el montaje ya presente en Ama Lur, Larruquert rodó un hermoso documental incomprendido en su tiempo. Y es que los sectores más intransigentes y combativos del nacionalismo vasco acusaron al trabajo de refugiarse en un pasado idílico para dar la espalda a la lucha del pueblo. En su ceguera no fueron capaces de vislumbrar que Larruquert estaba recogiendo para la posteridad un rico legado en peligro de extinción y que ésa era precisamente una forma de lucha más, pues ese legado se encontraba en esa situación, en parte, gracias a un nacionalismo español incapaz de respetar la singularidad vasca. En 1981, ya en los inicios del famoso "cine vasco" de los ochenta, Larruquert estrenó Namasté, Chamo Longmu Agur Everest. Ya había logrado solventar los problemas técnicos del material filmado en 1974 y unió esos metros a la histórica expedición de 1980, filmada por Juan Ignacio Lorente, que logró colocar por primera vez la ikurriña en lo alto del Everest.

Posteriormente Larruquert inició un progresivo distanciamiento con el mundo del cine. Colaboró en labores de montaje y fotografía en películas de cineastas vascos tan interesantes como Rafael Treku, Francisco Bernabé, Mirentxu Loyarte, Montxo Armendáriz, Iñigo Silva, Koldo Izagirre, Felipe Uriarte o Pello Varela. Pero a partir de principios de los noventa dejó definitivamente el cine para dedicarse a su comercio de Fotografía en Irun. El cine de Euskadi perdía así, lamentablemente, a uno de sus talentos más grandes y más desaprovechados. En el 2006 Ama Lur volvió a ser noticia porque la Filmoteca Vasca lanzó una llamada de socorro por medio de la prensa ante el delicado estado de conservación del film. En el 2007 el propio Larruquert supervisó el proceso de digitalización de la edición en DVD de Ama Lur sufragada por EKHE (Euskal komunikabideen hedapenerako elkartea), sociedad editora del periódico Gara. Esta iniciativa ha permitido que, por lo menos, se conserve una copia digital de esta obra maestra de la cultura vasca.

En 2008 la familia Larruquert -Fernando Larruquert y sus dos hijos Aitor y Fernando -agrupados bajo el nombre de Lamia- celebraron sus 25 años dedicados a la fotografía con una exposición en las salas Boulevard Kutxa de San Sebastián. La exposición, bajo el título La piel estremecida, reunió 132 fotografías. Entre ellas había retratos de personalidades destacadas de la vida social y cultural vasca como Jorge Oteiza, José Miguel Barandiaran, Mikel Laboa o Francisco Escudero. Pero además las cámaras de los Larruquert también captaron la esencia de personajes anónimos como Joxe Maria Zubillaga "Artzaia" o Pedro Mari Irazoki "Kuartokilo". Y es que para Lamia todos los personajes son importantes. De hecho, la aventura en el campo de la fotografía tras abandonar el cine se inició con una frase lanzada por Fernando a su familia que resume bien la filosofía de los Larruquert tras la cámara: "¿Por qué no construimos un barco nuevo? Quiero ser fotógrafo de pueblo". Una frase tan llena de fuerza como ese lema rescatado, muchos años antes, de una antigua casa de Laburdi e inmortalizado para siempre en Ama Lur; "Ni tiranos, ni esclavos".