Musiciens

Balzola Garamendi, Miguel de

Compositor vizcaíno nacido en Gernika y fallecido en Irún en 1823. Organista-Maestro de Capilla de la iglesia de Santa María del Juncal de Irun entre 1780 y 1817, fue tío del célebre compositor Juan Crisóstomo Arriaga Balzola y padre del inventor y urbanista irunés Policarpo Balzola.

Miguel de Balzola Garamendi Emparanza y Arribalzagogesacoa nació en Guernica en fecha desconocida, ya que su padre Miguel de Balzola Emparanza (nacido en Bergara, en torno a 1730) ejercía a la sazón el cargo de organista en la Iglesia de Santa María de Guernica. Hasta que fue nombrado organista de Irún, se desconoce la actividad musical llevada a cabo por Miguel de Balzola Garamendi.

En 1780 había quedado vacante el magisterio irunés por fallecimiento del organista y Maestro de Capilla titular, Joaquín Martínez, suceso que tuvo lugar el día 13 de enero de aquel mismo año. El músico irunés y sacristán de la Iglesia de Santa María del Juncal, Joaquín Tadeo de Murguía (1759-1836), fue el encargado de desempeñar interinamente la organistía durante la enfermedad de Joaquín Martínez y, con motivo del fallecimiento de éste, remite un memorial al Ayuntamiento de Irún en el que solicita la plaza de organista, a lo que accede el Consistorio de Irún, si bien matiza que dicha plaza ha de cubrirse por oposición. Efectivamente, al cabo de cuatro meses tuvieron lugar las oposiciones a la plaza de organista de Santa María del Juncal, resultando vencedor de las mismas, Miguel de Balzola, el cual fue nombrado oficialmente el 16 de abril de 1780. Al mismo tiempo que Balzola tomaba posesión de la plaza de organista de Irún en 1780, Joaquín Tadeo de Murguía renunciaba a sus puestos como organista interino y sacristán, sin que aclaren las actas municipales las causas de su dimisión. Cabría preguntarse si Murguía se presentó a las oposiciones: lo más lógico es responder afirmativamente a esta cuestión (se habla de la elección de Balzola "en el primer lugar") y al no obtener la plaza, posiblemente Murguía se sintió defraudado con su ciudad natal y prefirió abandonar Irún.

En febrero de 1796 Balzola se encontraba en Madrid, sin que las actas municipales citen las razones de su ausencia, la cual se alargó de tal manera (desde 1794 nos consta el abandono de sus responsabilidades en Irún) que el Ayuntamiento apremió por escrito a su Organista para que regresara a Irún en el plazo de un mes y retomara sus funciones, amenazándole incluso con declarar vacante la organistía. Al cabo de varios días, Balzola respondió a las autoridades municipales de Irún desde Madrid, pretextando el mal estado del tiempo como explicación para la tardanza de su regreso, ante lo cual el Ayuntamiento acepta prorrogar el plazo dado para su retorno a Irún. Las relaciones de Balzola con sus superiores se agravaron a causa de su ausencia, hasta tal punto que el organista guerniqués acudió al Supremo Consejo de Castilla con el fin de buscar amparo en dicho organismo central para que el Ayuntamiento no le importunara. Ante la actitud de Balzola, a quien se recrimina el camino elegido, el Ayuntamiento decide recurrir asimismo al Supremo Consejo de Castilla (delegando esta vía en un vecino de Madrid), y en último caso, declarar vacante la plaza de organista si Balzola no regresara a Irún antes del plazo impuesto del 15 de abril de 1796.

Transcurrido el plazo, en junio seguía Balzola ausente de sus funciones en la Iglesia de Santa María del Juncal y durante este tiempo desempeñó la organistía de manera provisional Juan José de Boneta, iniciativa adoptada por el propio Balzola con la que el Ayuntamiento no está de acuerdo pues el citado Boneta la "verifica desconociendo su obligación y faltando a ella, valiéndose de medios impropios". Afirma el Alcalde que el ocho de junio se presentó Boneta en su casa por la noche para comunicarle que al día siguiente abandonaría sus funciones como organista en Irún para tomar posesión en la villa riojana de Uzquirrita, proponiéndole como sustituto a un músico ciego, alternativa que no convence en absoluto al Alcalde, llegándose a la conclusión de que "se halla desairada de nuevo la universidad de parte de don Miguel de Balzola, acreditándose más el abandono con que tiene su obligación y los efectos impropios con que se maneja" (Archivo Municipal de Irún: Acta de 12-6-1796, vol. 41, fol. 122v-123r). Ante tal situación se plantea elegir un nuevo organista en la Iglesia Parroquial de Santa María del Juncal.

El 27 de junio de 1796, y después de varios meses de ausencia, Miguel de Balzola se encuentra de regreso en Irún, ocasión que es aprovechada por el Ayuntamiento para recordar a su organista que estuvo a punto de perder su plaza y que en el futuro debe respetar las obligaciones inherentes al cargo. Además, se acuerda no abonar el salario de Balzola desde el 15 de abril hasta su regreso a finales de junio.

Parece que los siguientes años del magisterio de Balzola fueron relativamente tranquilos, pues las actas no lo mencionan hasta el 8 de enero de 1803, cuando solicita al ayuntamiento la reparación del órgano, debido a su estado de deterioro. El Ayuntamiento de Irún aceptó las razones expuestas en el memorial de su organista y comisionó a dos concejales para que verificaran la reparación del órgano de Santa María del Juncal. Se encarga al maestro organero Diego de Amezúa esta labor. Siete años después, en 1810, vuelven a surgir problemas con el órgano: en esta ocasión son los fuelles del cilindro los que precisan renovarse y nuevamente es Diego de Amezúa el encargado de asumir esta tarea.

Relacionado con el órgano durante la etapa de Balzola, sabemos que al mes siguiente (abril de 1810) fue contratado Bernardo de Sistiaga para asumir la plaza de manchador. Asociada al organista aparece la figura del manchador, que era una especie de entonador o palanquero: su función consistía en mover los fuelles del órgano pues el sonido del órgano dependía del viento al ser activados dichos fuelles manualmente.

A pesar de la querella causada a finales del siglo XVIII por su ausencia, el prestigio de Miguel de Balzola fue en aumento, como lo demuestra el hecho de debatir en enero de 1813 el nombramiento del organista de Irún como consejero municipal, nombramiento que no pudo efectuarse por la falta de refrendo por parte de la Intendencia provincial. Sin embargo, un nuevo conflicto estalla en diciembre de 1814 entre el Ayuntamiento y su organista, relativo al asunto de la casa seroral y huerta que disfrutaba Balzola, acordándose introducir una rebaja de 450 reales de vellón en su salario como renta de las dos propiedades. Al año siguiente, Balzola solicita que se le restituya la casa seroral y su huerta así como un terreno de labor en Arrainputzu, acordando el Ayuntamiento irunés concederle una compensación económica al no poder restituirle las propiedades.

Después de más de 37 años de servicio como organista de la Iglesia de Santa María del Juncal de Irún, Miguel de Balzola dimitió de su puesto el 4 de junio de 1817 debido a sus continuos problemas de salud, tal como él mismo manifiesta en un memorial dirigido al Ayuntamiento irunés, solicitando al mismo tiempo ayuda económica para hacer frente a los gastos que acarrea su enfermedad. El Ayuntamiento abordó la solicitud de Balzola el nueve de junio de 1817, refiriéndose a la enfermedad que le ha llevado a la dimisión de su puesto: "...de resulta de un insulto paralítico y le tiene después acá impedido de todos sus nervios como también los continuos ataques que con frecuencia le sobrevienen..." (Archivo Municipal de Irún, Acta de 9-6-1817, vol. 60, fol. 241v). El Consistorio acepta la petición de su Organista, consignándole la mitad de su salario (200 ducados de vellón), reservando los restantes 200 para la provisión del nuevo organista, a los que habrá que añadirse 100 ducados procedentes de la fábrica de la iglesia de Santa María del Juncal. Al poco tiempo (13-8-1817) se recibe contestación por parte del Provisor y Vicario General de este Obispado aceptando el aumento de cien ducados acordado por el Ayuntamiento, pero limitándolo a los años que le queden de vida a Balzola, planteamiento que causa el rechazo de la corporación municipal argumentando el encarecimiento del coste de la vida.

Dos años después de la jubilación de Balzola, éste reclama el 10 de febrero de 1819 el devengo de su salario, situación en la que asimismo se encuentra el médico, el cirujano y el maestro de la villa. Conociendo el Ayuntamiento esta circunstancia en el retraso de los citados salarios, acuerda al mes siguiente que éstos se satisfagan de las partidas destinadas al sostenimiento de las tropas acantonadas en Irún. A pesar del acuerdo adoptado en marzo de 1819, cinco meses después los salarios pendientes aún no habían sido devengados, lo que provoca un nuevo memorial de los afectados, en el que exponen que su situación es "deplorable" y que "están llenos de deudas y no tienen recurso alguno para vivir". En esta ocasión el Consistorio les promete destinar parte de los réditos de unos derechos de la villa a la satisfacción de las deudas contraídas con el médico, cirujano, maestro y organista jubilado de la villa.

Miguel de Balzola falleció, según el auto de defunción conservado en el Archivo Histórico Diocesano de San Sebastián, el 23 de abril de 1823. No se han conservado obras musicales de este organista.